El gobierno de Nicaragua continúa sus ataques contra la Iglesia Católica, esta vez con la cancelación este jueves 18 de la Universidad Católica Inmaculada Concepción de la Arquidiócesis de Managua, que funcionaba como casa de estudio del seminario mayor local.

Según informa La Prensa de Nicaragua, un acuerdo ministerial estableció la cancelación de la personalidad jurídica del instituto, afirmando que fue solicitada por los miembros de la Asociación Universidad Católica “Inmaculada concepción” de la Arquidiócesis de Managua.

En los últimos meses, mas de 40 organizaciones sin fines de lucro- muchas ligadas a la Iglesia Católica- cerraron por “solicitud de disolución voluntaria". Sin embargo, fuentes locales afirmaron a Ángelus que no es mas que una nueva modalidad del régimen para cerrar forzosamente instituciones que el gobierno no podría cerrar más que por decreto.

El primer rector de la Universidad “voluntariamente” disuelta fue el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, quien se vio obligado a salir del país en 2019 luego de una serie de amenazas por parte del régimen. El primado, que se encuentra viviendo en Miami, compartió la noticia de La Prensa en su Twitter, y confirmó que la Universidad se encuentra en el Seminario Mayor Arquidiocesano La Purísima. La casa de altos estudios había sido inaugurada en 2011 con el objetivo de mejorar la educación de los futuros sacerdotes de Nicaragua.

El régimen de Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo, considera a los obispos como opositores. Los mandatarios han acusado a los obispos de haber intentado orquestar un golpe de estado en su contra en abril de 2018, cuando cientos de miles de nicaragüenses salieron libremente a la calle a protestar contra una serie de medidas gubernamentales. Las protestas fueron violentamente reprimidas, y desde entonces, obispos, sacerdotes y religiosas están en la mira de gobierno.

Durante la Semana Santa, las procesiones por las calles estuvieron prohibidas, y varios sacerdotes fueron obligados al exilio, acusados de querer organizar actividades religiosas fuera el templo.

En agosto de 2022, el obispo de Matagalpa, Rolando Alvarez, fue encarcelado, y el pasado febrero fue condenado a 26 años de prisión, acusado de “traición a la patria”, menoscabo a la integridad nacional”, “propagación de noticias falsas” y “desobediencia o desacato a la autoridad”. El privado a demás fue despojado de su nacionalidad.

Articulo 66, un medo independiente de Nicaragua, informo este miércoles que el obispo se encuentra aislado en una celda de máxima seguridad en un ala de Sistema Penitenciario Jorge Navarro de Managua conocida como “El Infiernillo”. El nombre viene del hecho de que las celdas esta al constante rayo del sol sin ventilación, con una temperatura promedio de 40 grados. Por otra parte, esta semana, el gobierno también retiro, de manera arbitraria, el titulo profesional a la abogada que defendió a Monseñor Alvarez y a otros sacerdotes. El Poder Judicial no dio explicación alguna.

En marzo, el gobierno cancelo las actividades de Caritas, la agencia de ayuda ligada a la Santa Sede. A los pocos días, el Papa Francisco pronuncio sus palabras más críticas contra el régimen en años, diciendo al periódico argentino Infobae: “Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige [Daniel Ortega]. Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas. Guarangas.”

Acto seguido, el gobierno de Ortega suspendió unilateralmente las relaciones diplomáticas con el Vaticano, que ya eran en si débiles luego de que Nicaragua declarara al nuncio apostólico persona non grata.