El cardenal nicaragüense, Leopoldo José Brenes Solórzano, expresó este domingo su alegría por la masiva asistencia de católico a las iglesias durante Semana Santa. El gobierno de Daniel Ortega intento “cancelar” la Semana Santa este año, prohibiendo toda expresión de fe en las calles.

"Me alegro porque los informes, los comentarios que he recibido de los sacerdotes, de sus parroquias, (es que en) toda la liturgia, nuestros templos han estado prácticamente llenos", afirmó Brenes, también arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, durante su homilía en la misa de Pascua.

Como bien dijo, los católicos nicaragüenses vivieron la Cuaresma con "altibajos, pero al final aquí estamos".

El régimen de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, a través de la Policía Nacional, busco prohibir las procesiones en las calles, haciendo cumplir una prohibición efectiva desde febrero, cuando inicio la Cuaresma, y el gobierno se negó a autorizar los tradicionales viacrucis que se celebran públicamente en todas las diócesis a lo largo y ancho del país.

Católicos se reúne para una procesión de Viernes Santo en las afueras de la Catedral Metropolitana de Managua, Nicaragua, ya que el gobierno prohibió las procesiones en las calles durante la Semana Santa y Cuaresma este año debido a preocupaciones de seguridad no especificadas, Nicaragua, 7 de abril de 2023. Las parroquias de Nicaragua llevaron a cabo las tradicionales procesiones del Viacrucis dentro de los terrenos de las iglesias o en las mismas iglesias. (Foto OSV News/Reuters)

La orden policial fue adoptada después de que el presidente de Nicaragua y jefe supremo de la Policía Nacional, Daniel Ortega, tildara de "mafia" a sacerdotes, obispos, cardenales y al mismo papa Francisco. También ha acusado a los obispos de golpistas y de ser hijos del diablo.

"He sentido la bendición y la gracia del Señor que nuestras tres celebraciones (principales), la iglesia Catedral ha estado totalmente llena", continuó Brenes, que destacó, en especial, la masiva participación en el viacrucis penitencial "que celebramos alrededor" de la Catedral de Managua.

La agencia de noticias EFE informa que la Catedral Metropolitana de Managua acogió el Viernes Santo a miles de católicos que se congregaron en sus afueras para participar en el tradicional viacrucis penitencial, que rememora el calvario de Jesucristo antes de ser crucificado.

"Allí están nuestros fieles, en acción de gracia al Señor participando y viviendo los grandes misterios. Creo que el Señor nos ha bendecido y, sin duda alguna, este tiempo lo hemos celebrado con mucho gozo, con mucha interioridad", señaló el cardenal el domingo.

Brenes también resaltó que miles de católicos siguieron de forma virtual las eucaristías durante la Semana Santa, a través de las transmisiones que en directo hace la Arquidiócesis de Managua en sus redes sociales.

La persecución contra la Iglesia Católica en Nicaragua es tan dramática, que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) – América Central y el Caribe había pedido al gobierno que permita “la celebración de procesiones religiosas”, señalando que “su prohibición generalizada viola la libertad religiosa, que exige que todas las personas puedan ejercerla individual y colectivamente, tanto en privado como en el ámbito público”.

Al menos 21 personas fueron detenidas por la policía durante las celebraciones de Semana Santa, en un intento por disuadir a otros de expresar publica y libremente su fe.

La prohibición de vivir la fe en público es una más de tantas medidas que el régimen de Ortega y Murillo han tomado en contra de la Iglesia desde el 2018, cuando obispos y sacerdotes abrieron las puertas de los templos para proteger a los manifestantes pacíficos que fueron violentamente reprimidos con balas y cañones.

Durante el 2022, el gobierno expulsó al nuncio apostólico de Nicaragua, a las religiosas de las Hermanas de la Caridad, la orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta, y a más de una docena de sacerdotes, la mayoría de los cuales se encuentran hoy exiliados en Miami, donde se radico en el 2019 el obispo Silvio Báez, auxiliar de Managua, cuando fue forzado a dejar el país.

En febrero de este año, Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador de la Diócesis de Estelí, fue condenado de manera clandestina a 26 años y 4 meses de cárcel, sin pruebas, sin testigos y sin derecho a un debido proceso. Nada justifica su encarcelamiento, excepto la furia de la dictadura ante su valentía para predicar el evangelio y hablar sin tapujos la verdad al poder.