En las últimas 48 horas, el régimen de Daniel Ortega a través de la Policía aliada al régimen ha secuestrado a cinco sacerdotes católicos en Nicaragua, incluido el vicario general de la Arquidiócesis de Managua.

Los sacerdotes secuestrados desde el miércoles 27 son: Marcos Díaz Prado, vicario de la iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto, Héctor Treminio de la parroquia Santo Cristo de Esquipulas de la Arquidiócesis de Managua, Fernando Calero, Párroco de Nuestra Señora de Fátima Rancho Grande, Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua y Monseñor Pablo Villafranca de la Parroquia de Nuestro Señor de Veracruz, municipio de Nindirí, Masaya.

El cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, aún no se ha pronunciado sobre la detención de los tres sacerdotes de su diócesis, como tampoco por la detención de un obispo días antes de Navidad.

Estos cinco sacerdotes se suman a una larga lista de miembros del clero de Nicaragua, incluidos dos obispos, que han sido secuestrados por el régimen de Ortega y su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo, o forzados al exilio.

Fuentes con conocimiento de la causa, han dicho a Ángelus que la reciente escalada en la persecución contra la iglesia no es más que un intento del gobierno de Ortega de forzar al Papa Francisco a nominar dos nuevos obispos aliados al régimen dictatorial para reemplazar a los encarcelados Monseñor Rolando Álvarez de la diócesis de Matagalpa, condenado a 26 años de prisión y Isidoro Mora Ortega de la diócesis de Siuna, secuestrado el 20 de diciembre. Hace meses que la Santa Sede no se refiere a la crisis en Nicaragua.

El Papa Francisco ha condenado el régimen de Ortega, comparándolo con la “dictadura hitleriana” y defendiendo públicamente a Monseñor Álvarez. Sus comentarios llevaron a que Nicaragua suspendiera unilateralmente las relaciones diplomáticas, en un movimiento principalmente simbólico, ya que el gobierno expulsó al embajador papal en 2022. Como consecuencia, Francisco debió pedir al presidente de Brasil, Ignacio Lula Da Silva, que interviniera en la negociación por la liberación de 12 sacerdotes que estaban presos. Los mismos se encuentran en Roma desde octubre.

Tanto en el caso de Mora como los cinco sacerdotes secuestrados en estas horas, se trata de personas que pidieron públicamente oraciones por Monseñor Álvarez, a quien el gobierno quiere ver olvidado luego de que fuera condenado por “traición a la patria”.

La investigadora y abogada nicaragüense Martha Patricia Molina se ha encargado de mantener al mundo actualizado de lo que sucede en Nicaragua a través de la red social X. Según la letrada, se desconoce el paradero de la mayoría de los sacerdotes secuestrados, incluido Mora, y Monseñor Óscar Escoto, vicario general de Matagalpa, secuestrado el 22 de diciembre.

Al obispo y los cinco sacerdotes secuestrados en desde el 20 de diciembre, hay que sumar a demás a dos seminaristas secuestrados junto con Mora. Se desconoce también su paradero.

A través de la red social X (antes Twitter), Mons. Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de Managua quien vive en el exilio por orden del Papa Francisco, expresó el 28 de diciembre: “Me indigna el injusto secuestro de tres queridos sacerdotes de Managua de parte de la criminal dictadura sandinista”.

Baez vive en Miami desde 2019, luego de sufrir amenazas contra su persona y también su familia. Desde entonces, las autoridades de Nicaragua lo han declarado “traidor a la patria" y lo despojaron de su nacionalidad.

Según un informe preparado por Molina, Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?, desde el año 2018 hasta la fecha, la Iglesia Católica sufrió 756 ataques en su contra, con 291 este año.

En su informe 2023, la Comisión de EE.UU. para la Libertad Religiosa Internacional recomendó al Departamento de Estado que volviera a designar a 12 naciones como países de especial preocupación, parangonando la situación en este país centroamericano a la de Birmania, China, Cuba, Eritrea, Irán, Corea del Norte, Pakistán, Rusia, Arabia Saudí, Tayikistán y Turkmenistán.