En una contundente misiva, los cardenales venezolanos Baltazar Porras y Diego Padrón afirman que el pueblo venezolano votó en contra de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. Los cardenales denuncian que el gobierno ha manipulado los resultados para mantenerse en el poder.

"La mayoría abrumadora del pueblo se manifestó en su contra y decidió un cambio", escribieron los cardenales. Sin embargo, acusaron al gobierno de negar los resultados y proclamar a Maduro como ganador sin mostrar las actas de votación. "Se ha proclamado irregularmente a un supuesto ganador, lo que técnicamente constituye una usurpación", afirmaron.

"La reacción del gobierno venezolano ha sido, hasta ahora, negar rotundamente el triunfo opositor y, sin mostrar pruebas, que son las actas de votación, que deben ser reflejo auténtico de la expresión popular materializada en el voto, ha proclamado oficialmente ganador al actual presidente Nicolás Maduro Moros", afirmaron los cardenales.

Las protestas pacíficas, que estallaron tras el anuncio de los resultados, han sido reprimidas violentamente, dejando una veintena de muertos y numerosos heridos. Los cardenales critican al gobierno por "utilizar la fuerza policial y de grupos armados para reprimir las legítimas y pacíficas protestas".

En lugar de facilitar un diálogo con la oposición para reconocer la verdad electoral, el gobierno ha optado por "aniquilar a sus adversarios con represión, cárcel y violencia". La misiva advierte que el conflicto podría prolongarse, afectando la gobernabilidad del país debido a la falta de legitimidad del gobierno.

El Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus el domingo 7 de agosto, expresó su preocupación por la situación en Venezuela. "Encomendemos Venezuela a la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto", dijo el Papa. "Dirijo un sentido llamamiento a todas las partes para que busquen la verdad, resuelvan las disputas mediante el diálogo y se preocupen por el verdadero bien del pueblo y no por los intereses partidistas".

La comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, varias naciones europeas y la mayoría de América Latina, ha pedido una revisión de los resultados electorales. Mientras tanto, la situación en Venezuela sigue siendo tensa, con la oposición y la población exigiendo justicia y transparencia en el proceso electoral.

Los prelados también escriben que "es previsible" que el gobierno, en señal de "pretendida legitimidad y seguridad" convoque a “diálogos”, que incluya a las instituciones religiosas, "bajo la premisa de reconocer la proclamación de los resultados". Sin embargo, afirman que "eso para nosotros es inadmisible porque sería ignorar el fraude evidente, la usurpación manifiesta, desconocer la soberanía popular inequívocamente expresada, y el consecuente derecho a expresar pacífica, pero decidida y firmemente la legítima protesta."

Fraternalmente, los cardenales concluyen su carta reafirmando su compromiso con la verdad y la justicia. "No podemos ser neutrales: corresponde comprobar cuidadosamente los hechos, para denunciar proféticamente las injusticias, y proclamar nuestros principios y valores, acompañando solidaria y pastoralmente al pueblo", subrayan.