ROSARIO, Argentina - Esta semana, los más de 90 prelados de la Conferencia Episcopal de Colombia celebraron su primera reunión de 2022, y debatieron sobre las próximas elecciones presidenciales.

"Los colombianos estamos viviendo un momento crucial en la historia de nuestra nación", dice el comunicado. "Los graves problemas sociales que persisten -como la desigualdad, la corrupción, la acción devastadora del narcotráfico, la pobreza y la violencia- exigen el fortalecimiento de nuestro sistema democrático y un compromiso común con el desarrollo integral de toda la población."

Durante los cuatro días de trabajo, los prelados escucharon el testimonio de varios de sus pares que "nos confirmaron las dramáticas situaciones que se viven en sus regiones".

Uno de ellos fue el obispo de la ciudad portuaria de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo, quien ha recibido varias amenazas de muerte en los últimos meses por denunciar el incremento de la actividad de los grupos armados en el país.

"Varios actores ilegales (guerrilla del ELN, disidentes de las FARC, clan del Golfo y otros) quieren apoderarse de los territorios, forzando la migración interna de las poblaciones", dijo el jueves a Crux el secretario general de la Conferencia y obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Luis Manuel Alí. Estos grupos se financian a través del "narcotráfico, el microtráfico y la minería ilegal, todas estas realidades que van en aumento".

Una mujer habla cerca de una imagen de la Virgen de Guadalupe mientras la gente se manifiesta contra la eliminación del aborto del código penal, en Bogotá, Colombia, el 18 de noviembre de 2021. El aborto es actualmente un delito castigado con entre uno y cuatro años de prisión. (Crédito: Luisa González/Reuters vía CNS.)

Dijo que el país se encuentra actualmente en un escenario de "situaciones muy complejas de orden público", en muchas regiones, incluyendo Arauca y Tibú, en la frontera con Venezuela, donde las bandas criminales de ambos países se disputan los territorios donde quieren sembrar cultivos ilegales.

"Por ello, vimos prioritario invitar a todos los ciudadanos a comprometerse con el ejercicio de la democracia; y a los políticos a ejercer un liderazgo motivado por el bien común y el servicio a las nuevas generaciones y a los pobres", dijo el prelado, que también es miembro de la Comisión de Protección de Menores del Vaticano.

Monseñor Juan Carlos Cárdenas, obispo de Pasto, una diócesis en el oeste de Colombia que tiene muchos territorios rurales también codiciados por los grupos armados, dijo a Crux que los obispos han "pedido reiteradamente que se aborden los problemas estructurales que perpetúan los males que afligen sistemáticamente a la nación".

También ve necesario que los líderes políticos "se centren en programas a largo plazo y no en enfrentamientos personales; que se desvinculen del cáncer de la corrupción y que piensen ante todo en el interés superior de la nación y en el bien común de todos los colombianos".

Como contrapartida, los ciudadanos están llamados a ser responsables en el ejercicio de sus derechos democráticos, dijo Cárdenas.

Entre los temas que plantean algunos candidatos presidenciales están el aborto y la eutanasia, ambos permitidos en Colombia, pero con fuertes restricciones.

"San Pablo nos recuerda que debemos predicar a tiempo y a destiempo, con o sin oportunidad", dijo Cárdenas al ser preguntado por estos temas de la vida. "Más allá de esas discusiones puntuales, hay algo más fundamental: la relativización del valor de la vida".

"Como pastores no podemos callar cuando se pone en cuestión este valor fundamental: defender y cuidar la vida humana en todas sus etapas y situaciones", dijo. "La vida desde el momento en que es concebida, y a medida que va terminando. Pero también estamos llamados a pronunciarnos en defensa del derecho a la vida de los campesinos, de las comunidades étnicas, y de la vida de un ciudadano que es arrebatada durante un robo por un celular o una bicicleta."

"Creo que debemos ser misioneros incondicionales del evangelio de la vida", dijo Cárdenas.

La asamblea de obispos también discutió cómo se llevará a cabo la consulta nacional para el Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad. El tema de la cumbre del 14 al 18 de febrero fue "El caminar juntos de la Iglesia en Colombia", y la reunión se vivió en "un espíritu de sinodalidad, escuchándonos unos a otros y discerniendo lo que el Espíritu le dice a nuestra Iglesia", dijo Alí.

Además, varios católicos colombianos participaron en noviembre en la Asamblea Eclesial de América Latina, celebrada en México, y también se compartieron sus experiencias y conclusiones, especialmente las de los laicos.

"Una de nuestras prioridades para el próximo trienio es insistir en el liderazgo efectivo de los laicos en las iglesias particulares", dijo Alí. "Para nosotros, el ministerio del catequista es fundamental en muchas áreas donde no tenemos ministros ordenados. Y, por supuesto, la gran mayoría de nuestros catequistas son mujeres".

Cárdenas coincidió en que el espíritu de esta asamblea es la sinodalidad, argumentando que los obispos locales "nos hemos dejado permear por el llamado del papa a escuchar".

"Más allá de responder a la llamada del papa en este camino hacia el sínodo universal, es un buen ejercicio para renovar nuestra fraternidad y colegialidad episcopal", dijo. "Con este espíritu, estaríamos mejor dispuestos a liderar desde la experiencia y el testimonio de una Iglesia en Colombia animada por el espíritu del sínodo".