SAN FRANCISCO - El domingo, a los pies de Nuestra Señora de Guadalupe, se inauguró en México un "nuevo organismo sinodal" para América Latina. Unas 1.000 personas -entre laicos, obispos y sacerdotes- participarán en un encuentro de una semana, de manera presencial y virtual.

A través de un videomensaje, el Papa Francisco expresó su cercanía con la Asamblea Eclesial, con dos palabras clave para el proceso de discernimiento: Escuchar y desbordar.

"Les pido que traten de escucharse unos a otros y de escuchar los gritos de nuestros hermanos más pobres y olvidados", dijo.

Por otro lado, el desbordamiento "requiere mucha oración y diálogo para que juntos podamos encontrar la voluntad de Dios, y también requiere encontrar caminos para superar las diferencias para que no se conviertan en divisiones y polarizaciones".

"Pido al Señor que vuestra Asamblea sea expresión del ‘desbordamiento’ del amor creador de su Espíritu, que nos impulsa a salir sin miedo al encuentro de los demás, y que anima a la Iglesia a ser cada vez más evangelizadora y misionera mediante un proceso de conversión pastoral", añadió.

El arzobispo peruano Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), fue el encargado de presidir la misa de apertura.

El arzobispo de Trujillo dijo que la Asamblea Eclesial llega después de "un largo camino juntos, escuchando a todos, sintiendo lo hermoso que es ser miembro del Cuerpo Místico de Cristo, protagonistas y corresponsables de la evangelización como discípulos misioneros".

Pidió a Dios que abra el corazón de los participantes, para que se dejen guiar por el espíritu de escucha, sinodalidad y unidad eclesial.

"La verdadera grandeza está en dejarse iluminar por la Luz de la Verdad, en descubrir la acción de Dios en la historia, en adherirse al proyecto de Jesucristo y tener la verdad como norma suprema de comportamiento", dijo.

El prelado peruano comparó esta Asamblea con la Conferencia del CELAM de 1968 en Medellín, a la que definió como "la 'recepción creativa' del Concilio Vaticano II en un contexto marcado por la pobreza y la exclusión".

La razón por la que el encuentro es una verdadera Asamblea Eclesial, dijo Cabrejos, proviene del hecho de que no es sólo una reunión de obispos, sino de todos los representantes del Pueblo de Dios. De hecho, los obispos representan sólo el 20% de los participantes.

Cabrejos señaló que en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe "estamos unidos en la diversidad de ministerios y carismas".

"Inaugura un nuevo organismo sinodal a nivel continental, que coloca la colegialidad episcopal en el corazón de la sinodalidad eclesial, expresión del vínculo entre el obispo y el Pueblo de Dios en su iglesia local, y de la concepción de la iglesia universal como "iglesia de iglesias locales", presidida en unidad por el obispo de la iglesia de Roma, con Pedro y bajo Pedro."

La asamblea

El teólogo venezolano Rafael Luciani dijo este domingo a Crux que el modo de proceder eclesial inaugurado con la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe da un nuevo paso en la recepción del Concilio Vaticano II inaugurado por el papa Francisco en 2013: "Es una nueva etapa centrada en la eclesiología del Pueblo de Dios de Lumen Gentium", dijo. "Este fue el sentimiento de las palabras de monseñor Cabrejos en su homilía durante la Eucaristía de apertura de la Asamblea".

La puesta en práctica de la teología del sensus fidelium ha sido uno de los ejes prácticos en la nueva recepción del Concilio Vaticano II que ha hecho la Iglesia de América Latina desde el Sínodo para la Amazonia, dijo el Luciani.

El proceso comenzó con la escucha de muchas voces del continente -no todas católicas- y esta semana se ampliará con el discernimiento común de lo escuchado.

"Esto es algo nuevo para nosotros hoy", dijo. "Sin embargo, esta práctica rescata lo que fue la tradición de la Iglesia durante el primer milenio, que se inspiró en una cultura de discernimiento común y de consenso eclesial, como lo muestra la praxis episcopal del obispo [del siglo III] San Cipriano".

"Una de las novedades más significativas es que estamos ante una Asamblea eclesial y no episcopal", señaló Luciani. "Pero no es una asamblea formada sólo por miembros de la Iglesia católica. Participan en ella, en igualdad de condiciones unos de otros, individuos, movimientos sociales, religiosos y otras instituciones, a los que la Iglesia quiere y debe escuchar para discernir los cambios que ella misma tiene que hacer."

Su carácter eclesial no se define por su identidad eclesiástica, sino por su capacidad de implicar y escuchar al mundo, y no sólo a los creyentes, explicó el teólogo.

La idea del evento comenzó a formarse en mayo de 2019, durante una asamblea de obispos de todo el continente. Se pidió a la nueva presidencia del CELAM que enviara una solicitud al Papa Francisco para que convocara a los obispos a una nueva conferencia general del episcopado. La última reunión de este tipo fue en 2007 en Aparecida, Brasil.

Este tipo de asamblea es única en América Latina, y ninguna otra conferencia continental de obispos católicos ha hecho algo similar.

Sin embargo, cuando la dirigencia del CELAM llevó la iniciativa al Papa, éste argumentó que hay muchas cosas de Aparecida que nunca se aplicaron, y les aconsejó que, en cambio, hicieran un encuentro del pueblo de Dios para reforzar las orientaciones que se plantearon en 2007.

De ahí la idea de una Asamblea Eclesial en la que participen no sólo los obispos, sino también sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos y laicos. El "Proceso de Escucha" comenzó en marzo, y cada iglesia local elaboró su propio plan para que la gente pudiera participar, ya sea en persona o en línea, debido a las restricciones de la COVID-19.

La Asamblea Eclesial también preparará dos aniversarios importantes en 2031 y 2033. La primera fecha hace referencia al Año Jubilar de la Virgen de Guadalupe en el 500 aniversario de sus apariciones, y la segunda marca el 2.000 aniversario de la resurrección de Cristo.

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