Cáritas Argentina ha renovado un acuerdo con el gobierno federal para proporcionar refrigerios en los comedores sociales gestionados por la Iglesia. La medida se tomó en medio de la preocupación de la Iglesia por el hambre rampante en el país.

Cáritas Argentina anunció la renovación el 7 de febrero en un breve comunicado en X, antes Twitter, que decía: "(Cáritas) seguirá trabajando junto a los que sufren la crisis alimentaria en el marco de la grave situación social que se vive". El gobierno también firmó un acuerdo similar con un grupo de iglesias evangélicas, informó el diario Clarín.

Los obispos argentinos expresaron previamente su preocupación por los posibles recortes del gobierno a los comedores parroquiales, advirtiendo al presidente libertario Javier Milei que "la comida no puede ser la variable de ajuste".

"Es que en nuestra patria nadie deberi?a pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan", decía la declaración de los obispos, emitida el 5 de febrero y firmada por cuatro obispos que dirigen la conferencia. "Sin embargo, hoy, a cientos de miles de familias se les hace cada vez ma?s difi?cil alimentarse bien".

La declaración marcó la primera declaración de la conferencia episcopal argentina de 2024, pero llega mientras Milei se prepara para una reunión el 11 de febrero con el Papa Francisco en el Vaticano.

También marcó una postura más crítica hacia Milei, cuyo ascenso político fue recibido con comentarios cautelosos -- incluso cuando acusó a su colega argentino el Papa Francisco de "predicar el comunismo".

Pero los observadores de la Iglesia dicen que la declaración se produjo tras la decisión del gobierno federal de renovar el proceso de compra de alimentos y suministro a los comedores sociales.

El proceso revisado lo descentralizaría, según el Ministerio de Capital Humano, informó el periódico La Nación.

Los observadores dicen que el gobierno pretende cumplir una promesa de campaña de Milei eliminando intermediarios, lo que provocará escasez en los comedores -- incluidos los lugares operados por la Iglesia Católica -- mientras se desarrolla el proceso.

El director de una organización católica, que habló desde el anonimato, dijo que el gobierno había auditado la organización, pero acogió con satisfacción el escrutinio.

"Quiere sacar a los intermediarios que son en el fondo los que se quedan con mucha plata que son de los pobres", dijo el director. "El ministerio está yendo a recorrer lugares por lugares para que la ayuda llegue de manera directa".

La declaración de la conferencia episcopal se refirió a los recortes en los comedores populares diciendo: "Todos los espacios de cuidado que dan de comer, todos los comedores comunitarios, de parroquias, Iglesias evangélicas, y de movimientos populares deben recibir ayuda sin dilación. Ningún sector de los que hoy están actuando, ninguna institución o Iglesia, podría hacerlo solo. La complejidad de la crisis así lo está indicando".

Los observadores afirman que los recortes han tocado la fibra sensible de algunos miembros de la conferencia episcopal, ya que la Iglesia tiene una larga historia de servicio a los pobres y de lucha por encontrar la paz social en tiempos de crisis económica y política.

"Entre los obispos hay bastante malestar por los recortes a los comedores", dijo a OSV News Mariano De Vedia, redactor de religión de La Nación. Hay distanciamiento entre los obispos y Milei, agregó.

Milei heredó una turbulencia económica al asumir el 10 de diciembre. Pero prometió recortar lo que consideraba un Estado inflado supervisado por una clase política corrupta a la que tildó de "La Casta".

Ha impulsado una ley ómnibus en el Congreso, que otorga al presidente amplios poderes para dictar decretos, ayuda a privatizar industrias estatales e impulsa reformas económicas. Pero el proyecto de ley quedó empantanado en el Congreso, que lo devolvió a comisión el 7 de febrero.

La pobreza afectaba al 44,7% de la población en diciembre, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Pontificia Universidad Católica, mientras que la inflación superaba el 200% en 2023.

"La inflación desde hace años crece día a día y pega fuertemente en el precio de los alimentos. Lo siente claramente la clase media trabajadora, los jubilados y aquellos que no ven crecer sus salarios", señalaron los obispos.

"Ante este escenario de trabajo sacrificado y de bajos ingresos, las familias se privan de muchas cosas".

Los comedores sociales de la Iglesia se han ampliado en tiempos de crisis, atendiendo a poblaciones vulnerables y a desempleados. Los obispos mencionaron la pandemia del COVID, que "nos enseñó el valor de la respuesta comunitaria organizada: unidos para curar, cuidar y compartir fue la consigna de ese tiempo".

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David Agren escribe para OSV News desde Ciudad de México.