ROMA - Días después de que la vicepresidenta de Nicaragua acusara al máximo cardenal del país de "bendecir" las manifestaciones antigubernamentales de 2018 y advirtiera que no lo perdonaría ni lo olvidaría, el prelado habló del perdón al tiempo que advirtió contra el poder temporal.
"Los reinos de este mundo son frágiles, no tienen cimientos fuertes, aunque muchas veces dan la impresión de tenerlos", dijo el cardenal Leopoldo Brenes este fin de semana, durante la celebración del Domingo de Ramos en la catedral metropolitana de Managua. "Cristo viene a establecer un reino que tiene una base sólida, un elemento importante y clave de este reino de Dios es el perdón".
La vicepresidenta Rosario Murillo acusó recientemente al cardenal de "bendecir" las manifestaciones de 2018 contra el gobierno de su esposo, el presidente Daniel Ortega. Aunque una propuesta de cambio en el fondo de pensiones fue la chispa que encendió el fuego, la crisis se venía gestando desde hace tiempo. Los manifestantes exigían la dimisión del longevo presidente, y fueron reprimidos violentamente por el gobierno. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), murieron al menos 355 personas. El gobierno dijo que el número de muertos era de 200.
"Para quienes se atrevieron a bendecir los crímenes no puede haber perdón ni olvido, ni perdón ni olvido para los criminales, ni perdón ni olvido para los terroristas, para los sanguinarios, para los promotores del horror, de la zozobra, para los que mienten y engañan, falsos, también como profetas y pastores", había dicho Murillo la semana pasada. "Ni perdón ni olvido para los que blasfeman y pronuncian el nombre de Dios en vano".
El gobierno ha luchado durante mucho tiempo con los obispos católicos del país, y la ruptura con el Vaticano se profundizó este año, cuando Nicaragua declaró persona non grata al embajador del Vaticano.
Ortega es presidente de Nicaragua desde 2007, su segunda vez al frente del país centroamericano. Originalmente llegó al poder en 1979, como coordinador de la Junta de Reconstrucción Nacional y luego presidente, ejerciendo hasta 1990.
Desde las protestas de 2018, las iglesias católicas han sido atacadas, incluyendo la catedral de Managua en 2020, cuando un explosivo casero dañó el edificio. En 2019, el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, dejó su diócesis a petición del papa Francisco tras recibir varias amenazas de muerte, y ahora se encuentra en Miami.
Cuando comenzó la revuelta civil, los obispos del país y el nuncio papal, a petición de Ortega, intentaron mediar en un diálogo nacional entre los manifestantes y el gobierno. Cuando la iniciativa fracasó, los prelados fueron culpados por el régimen y acusados por el gobierno de ser "golpistas".
Los obispos han evitado en gran medida una confrontación directa con el gobierno, a pesar de sus críticas a las políticas y acciones de Ortega.
Sin embargo, el Domingo de Ramos, el cardenal no pudo evitar mostrar su frustración, y habló de cómo es un corazón verdaderamente incapaz de perdonar: "Es un corazón que está verdaderamente enfurecido, que está en la oscuridad, y puede hacerlo público y gritarlo: No perdono, no tengo capacidad de perdonar, no perdonaremos nunca", dijo Brenes, y luego citó la frase bíblica: "Perdónalos, porque no saben lo que hacen".
El cardenal también celebró a los creyentes: "En este tiempo de Cuaresma, hemos podido ir a nuestros confesores y hemos podido recibir no ultrajes, no señalamientos, sino que hemos recibido el 'te absuelvo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo', esta es la característica del reino, es la característica de Jesucristo."
También aprovechó para recomendar a los fieles que pidan a Dios la capacidad de perdonar.
"Cómo no pedirle al Señor que tenga la capacidad de perdonar, que me conceda la gracia de poder desatar esos odios, ese enfrentamiento, esos sentimientos, para poder ser seguidores de Jesús", subrayó.