ROMA - El obispo argentino Gustavo Zanchetta fue declarado culpable por un tribunal argentino y condenado a 4 años y seis meses de prisión efectiva por abuso sexual continuo agravado de dos ex seminaristas.

Su detención inmediata fue ordenada por el tribunal de Orán, Salta, el viernes por la mañana, hora local.

"No podemos determinar la magnitud del daño sufrido por las víctimas, pero sí tenemos la obligación de darles una respuesta desde la Justicia y dar una respuesta a la sociedad", había dicho el jueves el fiscal Pablo Rivero, antes de pedir la condena y la inmediata detención.

La sentencia fue anunciada por la cuenta de Twitter del ministerio público de Orán:


Por medio de un comunicado, la Conferencia Episcopal Argentina manifestó “nuestra cercanía con las víctimas y expresarles un fuerte y sincero pedido de perdón en nombre de toda la Iglesia.”

“Estos dolorosos acontecimientos nos renuevan en la tarea comprometida y urgente de erradicar este tipo de conductas abusivas y continuar trabajando arduamente por la implementación de las medidas que la Santa Sede ha pedido a las Diócesis de todo el mundo en la búsqueda de la verdad y la justicia,” dice el comunicado.

Zanchetta, ex obispo de la diócesis de Orán, en Salta, al norte de Argentina, se jactaba de su amistad con el Papa Francisco, quien cuando se conocieron las denuncias en su contra, creyó la versión del obispo.

Nombrado obispo y designado en Orán por Francisco en 2013, cuando el obispo renunció a los 53 años en 2017 dijo que la medida era por "razones de salud".

Unos meses después, Francisco lo nombró Asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), que administra la cartera de finanzas del Vaticano.

En 2018, se hizo público que Zanchetta había sido acusado tanto de conducta sexual inapropiada como de irregularidades financieras, aunque un portavoz del Vaticano insistió en que no había acusaciones de abuso en el momento en que Zanchetta fue llevado a Roma.

En una entrevista en 2019, Francisco explicó el caso con sus propias palabras: "Antes de pedir su renuncia, hubo una acusación, e inmediatamente lo hice venir con la persona que lo acusó y explicarlo".

La acusación tenía que ver con el teléfono del obispo, que contenía pornografía homosexual, e imágenes sexuales explícitas de Zanchetta en su dormitorio.

"La defensa es que tenía su teléfono hackeado, y él hizo una buena defensa", dijo el Papa, añadiendo que creó suficiente duda, por lo que Francisco le dijo a Zanchetta que volviera.

"Evidentemente tenía, algunos dicen, un trato despótico con los demás -era mandón-", y un "manejo no del todo claro de las finanzas", aunque como señaló el papa, esto no ha sido probado.

"Pero ciertamente, el clero no se sentía bien tratado por él", dijo Francisco. "Se quejaron hasta que hicieron una denuncia como cuerpo a la Nunciatura", es decir, a la embajada del Vaticano en Argentina.

El papa dice que entonces llamó al nuncio, quien le dijo que la denuncia de maltrato era "grave", y el papa entendió que era un caso de "abuso de poder". Así que envió a Zanchetta a España para que recibiera tratamiento psicológico y le pidió que renunciara a la diócesis de Orán.

El tratamiento, según Francisco, determinó que Zanchetta estaba dentro de la normalidad, pero le aconsejaron que recibiera más tratamiento una vez al mes en Madrid, por lo que el papa lo llevó a Roma. En sus propias palabras, "lo aparcó" en Italia.

Zanchetta tuvo un trabajo creado ad-hoc en APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, y se le permitió vivir en Santa Marta, el mismo lugar donde vive Francisco. Siguió viviendo allí incluso después de que los fiscales argentinos comenzaran a investigar las acusaciones.

El Ministerio Público Fiscal había solicitado cuatro años y seis meses de prisión efectiva para Zanchetta, quien fue encontrado culpable del delito de abuso sexual simple continuado agravado cometido por un ministro de culto reconocido en perjuicio de dos víctimas.

En los alegatos, la Fiscalía argumentó que a lo largo de las audiencias que comenzaron el 21 de febrero, que habían aportado pruebas que permitieron concluir que Zanchetta abusó sexualmente de los dos alumnos del Seminario Juan XXIII.