CIUDAD DEL VATICANO -- Tras dirigir el rezo del Ángelus el 13 de agosto, el Papa Francisco volvió a asegurar al pueblo de Hawái de sus oraciones.
Con unas 15.000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro para rezar con él, el Papa dijo que rezaba "por las víctimas de los incendios que han devastado la isla de Maui, en Hawái".
El número oficial de víctimas mortales de los incendios había ascendido a 96 el 13 de agosto y se esperaba que la cifra aumente a medida que continúa la búsqueda entre los escombros calcinados.
En sus oraciones y llamamientos públicos tras recitar el Ángelus, el Papa Francisco también hizo un enérgico llamamiento para que se realicen esfuerzos serios en la reforma de la inmigración después de que se informara de que 41 migrantes se habían ahogado en el Mediterráneo a principios de agosto.
"Otro trágico naufragio ocurrió hace algunos días en el Mediterráneo: 41 personas han perdido la vida", dijo el Papa. "He rezado por ellas".
Cuatro inmigrantes procedentes de África fueron rescatados por un barco mercante y llevados a la isla italiana de Lampedusa el 9 de agosto. Dijeron que estaban en un barco con 45 personas que zozobró frente a la costa de Túnez; utilizando cámaras de aire y otros dispositivos de flotación improvisados, llegaron a un barco abandonado a la deriva, sólo para descubrir que no tenía motor. Fueron rescatados por un carguero y transferidos a la custodia de los guardacostas italianos.
"Con dolor y vergüenza", dijo el Papa Francisco, "debemos decir que, desde el inicio del año ya casi 2.000 hombres, mujeres y niños han muerto en este mar tratando de llegar a Europa. Esta es una llaga abierta de nuestra humanidad".
El Papa dijo que quería ofrecer su aliento y apoyo a "los esfuerzos políticos y diplomáticos que tratan de sanarla en un espíritu de solidaridad y de fraternidad", y elogió "el compromiso de todos aquellos que trabajan para prevenir los naufragios y socorrer a los migrantes".
El Papa Francisco también aprovechó la ocasión para ofrecer su apoyo a una peregrinación por la paz el 14 de agosto, víspera de la fiesta de la Asunción, en Camerún, que está "todavía afligido por la violencia y la guerra".
"Unámonos en oración a nuestros hermanos de Camerún para que, por intercesión de la Virgen, Dios sostenga la esperanza del pueblo, que sufre desde hace años, y abra caminos de diálogo para llegar a la concordia y a la paz", dijo el Papa.
Desde 2016, las milicias de las dos regiones anglófonas del país luchan por separarse y formar una nueva nación a la que llaman Ambazonia.
También el 12 de agosto, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, envió un mensaje de condolencia y preocupación al arzobispo de Quito, Ecuador, tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
"Ante el sufrimiento causado por la violencia injustificable, que condena sin reservas, Su Santidad llama a todos los ciudadanos y fuerzas políticas a unirse en un esfuerzo común en favor de la paz", dijo el cardenal.