El 4 de junio, el Arzobispo José H. Gómez ordenará a ocho nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis de Los Ángeles en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.
La clase de 2022 es el grupo más joven de nuevos sacerdotes en LA en varios años, unidos por su llamado al servicio. En los días previos a su ordenación, presentaremos a un nuevo que pronto será Padre. ¡Los Ángeles, conoce a tus nuevos sacerdotes!
Edad: 30 años
Lugar de origen: Mid-City, Los Ángeles
Parroquia a la que pertenece: Santo Tomás Apóstol, Pico-Union
Cargo parroquial: Incarnation Church, Glendale
No es ninguna sorpresa el hecho de que Ramón Reyes haya experimentado por primera vez el llamado al sacerdocio al participar de niño, en las actividades de la Iglesia. La Iglesia desempeñó un papel central en su familia: su madre cuidaba de que, aun si él acudía a la escuela pública, no faltara a la misa dominical ni a las clases semanales de catecismo. Sus dos hermanas mayores trabajaban en la parroquia. La Iglesia era su entorno.
Entonces, lo sorprendente fue quizás el hecho de que quien lo ayudó a descubrir la vocación al sacerdocio fuera la gente a la que el sacerdote servía y no necesariamente el párroco, a quien él menciona como el mejor ejemplo para esto.
“Mi llamado vino de eso, del ejemplo de la gente que acudía a la iglesia: Dios era la principal prioridad de sus vidas”, recuerda él.
Al crecer en Los Ángeles (en lo que él llama "LA LA", cerca de Mid-City), Reyes dice que le impresionaban los feligreses que atravesaban exitosamente pruebas difíciles, enfermedades y otros sufrimientos gracias a su fe. Éstas fueron experiencias que él nunca olvidaría.
“Ellos seguían conservando ese luminoso sentido de su vida. Y Dios era la base de eso”, dice él. “Él los llamó a ellos, a sus familias y a todos los que forman parte de la sociedad. Dios era su primera prioridad, sin importar lo que ellos tuvieran que enfrentar. A los 14, 15 años, miras eso y quieres algo así, algo tan estable y definido como lo es la fe. Yo vi esa fe en ellos y la quería también, la necesitaba”.
Esto lo impulsó a volverse más activo en su iglesia, a unirse a los grupos juveniles, a encontrar diferentes maneras de servir. Y eso, a su vez, lo ha llevado a una comprensión más profunda de “mi llamado a ser santo, entendiendo que mi llamado vino del servicio al pueblo”.
“Creo que tenía 19 años cuando le dije a mi hermana: ‘Quiero ser sacerdote'”, recuerda él. Ella se mostró escéptica, dice él, pero él sabía que “ése era el único camino al que Dios me estaba llamando para llevar mi vida a plenitud”.
Su director espiritual lo animó a ir primero a la universidad, en donde Reyes estudió administración de empresas. Pero después de graduarse, supo que ése era el momento adecuado para “dar el siguiente paso”.
Ahora que se encuentra a punto de empezar ese servicio como sacerdote, Reyes dice que espera especialmente prestar el servicio de ministro del sacramento de la reconciliación. La confesión puede parecer misteriosa y, para algunos, tal vez atemorizante, por lo que también considera que es responsabilidad suya el asegurarse de que su comunidad “entienda en qué consiste”.
“Es el amor misericordioso de Dios y a través de [la reconciliación] somos más capaces de participar en el amor que Dios nos tiene”, dice él.
“Ése es el mayor regalo que se me ha dado: dar consuelo como representante de Dios en ese momento, porque la absolución es cosa de Dios, Dios está ahí y él perdonará cualquier cosa que hayas hecho. Con la luz de Dios, cualquier oscuridad de nuestro corazón puede ser superada”.
Para cualquiera que tenga preguntas acerca de cuál es la voluntad de Dios para su futuro, Reyes les aconseja ponerlo a Dios en el centro de su proyecto de vida, especialmente si están considerando discernir su vocación.
“Si están discerniendo su vocación, el llamado a una vida consagrada, les aconsejaría involucrarse en su parroquia, buscar sacerdotes y figuras religiosas, presentes en su vida, para que los aconsejen”, dice él.
“Pero para entender finalmente lo que pasa en su corazón y ver cómo están respondiendo a este llamado, los invitaría a sumergirse profundamente en el profundo mar de la misericordia de Dios. Él les mostrará el camino. Si él los quiere allí, allí los pondrá”.
La ordenación de este año está abierta sólo a los invitados con entrada. Para asistir virtualmente, visite LACatholics.org/ordination.