El 4 de junio, el Arzobispo José H. Gómez ordenará a ocho nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis de Los Ángeles en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.
La clase de 2022 es el grupo más joven de nuevos sacerdotes en LA en varios años, unidos por su llamado al servicio. En los días previos a su ordenación, presentaremos a un nuevo que pronto será Padre. ¡Los Ángeles, conoce a tus nuevos sacerdotes!
Edad: 37 años
Lugar de origen: Covina
Parroquia a la que pertenece: Iglesia St. Louise de Marillac, Covina
Cargo parroquial: St. Dorothy Church, Glendora
Ya desde la escuela primaria, Daniel Vega empezó a pensar en el sacerdocio. Fue durante una celebración del aniversario de ordenación de un tío que se le ocurrió por primera vez la idea, y esto se reforzó cuando otras personas de su parroquia, inclusive un sacerdote, le preguntaron si había considerado esa posibilidad.
“Eso me puso a pensar, así que consideré orar al respecto”, dice él.
El padre de Vega, es de España y su madre, de Nicaragua, y ambos se conocieron en el sur de California después de haberse trasladado a vivir a Estados Unidos para aprender inglés. Vega, que es el segundo de los cuatro hijos de la familia, es un talentoso narrador y artista. Cuando llegó el momento de decidir la dirección que había de tomar su vida, estaba considerando dedicarse a la animación, cosa que él describe como “la carrera de mis sueños”.
“Me sentía verdaderamente desgarrado”, dice. “Algo que me ayudó fueron unas palabras de mis padres. Ellos me dijeron que, como era aún un adolescente joven, no había ninguna razón para que me apresurara a tomar una decisión. Me dijeron que el discernimiento es un compromiso importante y que tenía mucho tiempo para explorar opciones”.
Y, en cuanto a explorar, sí que lo hizo. Tomó clases de animación y escritura creativa, hizo películas estudiantiles y terminó haciendo su trabajo de posgrado en animación, en UCLA. Aunque con frecuencia le venía a la mente el considerar el camino que lo conduciría en pos de una vocación, dice que sentía que “yo estaba haciendo lo que quería hacer. Me encanta el proceso creativo y me fascinó trabajar allí”.
Le fue bien en esa industria y finalmente consiguió un trabajo en una conocida serie animada. Para evitar el tráfico, llegaba temprano a la oficina y se acostumbró a ir a una iglesia cercana para asistir a la misa matutina.
Un día se encontró con un sacerdote que, casualmente, era también el director de vocaciones de la arquidiócesis. Se pusieron a platicar y Vega escuchó nuevamente la pregunta de si en alguna ocasión había considerado el sacerdocio.
“Yo dije, ‘Oh, sí, sí lo he considerado’, y luego hablamos un poco más sobre mis esperanzas, mis sueños, mis frustraciones, mi entusiasmo y mis temores”, dice él. “Él terminó diciéndome: ‘No puedes discernir solo. Hay que discernir con la Iglesia, con grupos de apoyo, con otras personas que están en situaciones similares’. Fui a esos grupos porque, si yo quería tomar verdaderamente en serio este asunto, entonces era el momento de dar el siguiente paso”.
Y una vez más, se sintió desgarrado. No sólo se preguntó si Dios lo estaba llamando, sino que tuvo que admitir también que el trabajo que alguna vez había considerado como su sueño, “no me estaba llenando creativamente”.
Aun así, le preocupaba tirar por la borda todo aquello en lo que había invertido un esfuerzo tan grande.
Al final, después de discutirlo con varios consejeros y compañeros, decidió darse la oportunidad de entrar en discernimiento, considerando que incluso si encontraba que ésa no era su vocación, al menos eso le proporcionaría una respuesta definitiva para todas sus preguntas.
Su respuesta llegó cuando, siendo ya seminarista, realizó prácticas de campo con la gente y vio cómo al poner sus talentos al servicio de las personas, éstos no sólo eran muy apreciados, sino que ofrecían una “experiencia transformadora”, tanto para los que recibían el servicio como para los que lo proporcionaban.
Ahora, ya convencido de estar en el camino correcto, él anima a cualquiera que esté considerando la vida religiosa a que siga los consejos de ese sacerdote.
“Es importante discernir con la Iglesia; no puedes hacerlo solo”, dice él.
“Necesitas acudir con un director espiritual o con un grupo de apoyo que pueda moldearte y desafiarte en modos que tú nunca podrías anticipar por tu cuenta”.
La ordenación de este año está abierta sólo a los invitados con entrada. Para asistir virtualmente, visite LACatholics.org/ordination.