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LOS ÁNGELES -- Un hombre hispano de 65 años fue detenido la mañana del 20 de febrero por agentes del Sheriff del Condado de Los Ángeles como principal sospechoso del asesinato del Obispo Auxiliar David G. O'Connell de Los Ángeles.

El Sheriff del Condado de Los Ángeles, Robert G. Luna, anunció en una conferencia de prensa el lunes por la tarde (hora local) en el Salón de Justicia del Condado de Los Ángeles, en el centro de la ciudad, que las pistas de ciudadanos llevaron a la detención a las 8:15 a.m. de Carlos Medina, el esposo de una ama de llaves que había trabajado en la casa del Obispo O'Connell en Hacienda Heights, después de una búsqueda que duró toda la noche.

El Obispo O'Connell, un sacerdote de origen irlandés que pasó la mayor parte de sus 43 años de sacerdocio en el centro de Los Ángeles, fue hallado muerto en su casa la tarde del 18 de febrero.

Al día siguiente, el Departamento del Sheriff de Los Ángeles anunció que la muerte del obispo O'Connell se estaba investigando como un homicidio.

Luna estableció una cronología basada en el trabajo de los detectives que indicaba que a las 7 p.m. del 19 de febrero se recibió una pista que relacionaba a Medina con el asesinato.

"Estaban preocupados porque actuaba de forma extraña (e) irracional, e hizo comentarios sobre que el obispo le debía dinero", dijo Luna sobre el indicio del informante.

El informante también dijo que Medina había abandonado su residencia en Torrance y se dirigía a la zona de California Central.

Tras obtener una orden de detención y una orden de registro, la policía empezó a registrar la casa de Medina. Otra información recibida a las 2 a.m. del 20 de febrero indicaba que Medina había regresado a su casa, por lo que se envió a los agentes de Carson al lugar. Medina se negó a salir de su residencia cuando se le pidió que se entregara, dijo Luna.

La orden de registro original se modificó para poder registrar de nuevo la casa de Medina. Un equipo táctico enviado de nuevo pidió la entrega de Medina, que fue detenido sobre las 8:15 a.m. sin más incidentes.

Luna dijo que se recuperaron dos armas de fuego que están siendo analizadas para ver si fueron utilizadas en el asesinato.

En una emotiva conferencia de prensa, Luna dijo "mi corazón está acongojado" por la muerte del Obispo O'Connell, en base a todas las llamadas de apoyo que recibió en la investigación durante las últimas 48 horas.

"Este hombre, este obispo, marcó una gran diferencia en nuestra comunidad", dijo Luna. "Era muy querido. Es muy triste que estemos reunidos hoy aquí por este asesinato".

El Arzobispo de Los Ángeles José H. Gomez, uno de los oradores de la rueda de prensa, se detuvo varias veces durante su intervención para serenarse. En un momento dado, Luna le pasó el brazo por el hombro para reconfortarlo.

"En nombre de toda nuestra comunidad, quiero compartir el agradecimiento por su profesionalidad y sensibilidad", dijo el Arzobispo Gomez sobre la investigación. "Es un momento triste y doloroso para todos nosotros. Sigamos rezando por el Obispo Dave y su familia, al igual que él rezó por los agentes de la ley."

El Arzobispo Gomez pidió el 19 de febrero a los católicos que rezaran por el difunto obispo y por quienes investigan su muerte.

"Seguimos orando por el Obispo Dave y por su familia en Irlanda, y rezamos por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley mientras continúan su investigación sobre este terrible crimen", dijo en una Misa en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles esa mañana.

Luna confirmó que un diácono de la cercana Iglesia de San Juan Vianney, en Hacienda Heights, fue el primero en encontrar al Obispo O'Connell, comprobando su estado después de que estuviera tarde a una reunión, y llamando al 911. El Obispo O'Connell fue encontrado en su cama con al menos una herida de bala. No se recuperó ningún arma de fuego en la casa, ni había signos de entrada forzada, dijo Luna.

Después de entrevistar a los vecinos, Luna dijo que el vídeo de vigilancia mostró que un vehículo había entrado en el camino de entrada del Obispo O'Connell -- un SUV compacto de color oscuro -- que más tarde fue vinculado con el coche que su ama de llaves había utilizado.

Luna hizo hincapié en que su investigación no ha confirmado nada acerca de una disputa financiera entre Medina y el Obispo O'Connell, sólo que esa información provino de un testigo.

"Nuestra investigación continúa ... para obtener una mejor idea de lo que sucedió aquí", dijo Luna. "Los detectives saldrán y corroborarán los hechos".

Luna agregó que no toda la información de la investigación será revelada en estos momentos, ya que "mantener la integridad de la investigación es una prioridad", dijo. "El siguiente paso es presentar todas las pruebas e intentar que se inicie un proceso penal (contra) Medina".

El Obispo O'Connell era originario de Brooklodge, Glanmire, en el condado de Cork, el más grande de Irlanda. Estudió para el sacerdocio en el antiguo All Hallows College de Dublín y fue ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Los Ángeles en 1979.

El Obispo O'Connell fue nombrado obispo auxiliar de Los Ángeles por el Papa Francisco en julio de 2015. Desde entonces, había sido vicario episcopal de la Región Pastoral de San Gabriel, una de las cinco regiones de la arquidiócesis de Los Ángeles.

Durante su tiempo como obispo auxiliar de Los Ángeles, la evangelización, la atención pastoral a los inmigrantes y garantizar el futuro de las escuelas católicas de su región fueron las principales prioridades del Obispo O'Connell, quien creía que "las parroquias y las escuelas son poderosos instrumentos de transformación de la vida de las personas y de los barrios".

Antes de haber sido nombrado obispo, él era conocido por su trabajo pastoral al sur de Los Ángeles -- donde sirvió como párroco de cuatro parroquias -- en los años anteriores y posteriores a los disturbios por el caso Rodney King de 1992. Él jugó un papel fundamental, junto con otros líderes religiosos, en unificar comunidades que ya estaban sufriendo a causa de la violencia de las pandillas, la pobreza, y drogas, mientras trabajaba para restaurar la confianza entre miembros de la comunidad y la policía.