WARSAW, Polonia -- Los católicos en Rusia quedaron "afligidos, enojados, y desconcertados" por la invasión de Ucrania por parte de su país, según expresó un portavoz de la iglesia rusa, quien también advirtió que los ciudadanos enfrentarían duras consecuencias económicas por el conflicto.
El padre Kirill Gorbunov, quien es portavoz de la conferencia de obispos rusos, manifestó que muchos católicos están enojados "y no saben a dónde dirigir esa ira; algunos la están volviendo contra Dios, la iglesia, el gobierno ruso, y el mundo".
"Mientras que algunos católicos están reaccionando como si nada de esto les afectara, algunos grupos de discusión formados como parte del proceso sinodal de la iglesia ahora se han unido para apoyarse mutuamente en el estado actual de dolor, ira, y desconcierto", señaló el padre Gorbunov, quien es también vicario general de la Arquidiócesis Madre de Dios con sede en Moscú.
"Es obvio que esta situación tendrá consecuencias muy, muy graves para el bienestar de los ciudadanos aquí. Nuestra tarea más importante como sacerdotes es recordarle a la gente las enseñanzas de la iglesia sobre la guerra y la paz. Pero también debemos estar muy atentos a los más vulnerables -- los ancianos, los enfermos, y los pobres -- y actuar como consejeros, ayudando a las personas a reaccionar de una manera significativa y piadosa, que conduzca a la integridad en lugar de la locura".
Grupos de la fuerza de invasión rusa, acumulados en las regiones fronterizas desde el otoño pasado, atacaron Ucrania en la madrugada del 24 de febrero, lo que provocó una dura resistencia de las 200,000 fuerzas armadas de Ucrania y un enorme éxodo de refugiados, así como una fuerte caída de la moneda rusa: el rublo. El 1 de marzo, las tropas rusas continuaron atacando Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y se informó que una fila de 40 millas de tanques y vehículos rusos se encontraba a 20 millas de la capital, Kyiv.
En un mensaje pastoral del 24 de febrero, cinco miembros de la conferencia de obispos de Rusia dijeron que estaban "profundamente conmocionados" por el estallido de la guerra "a pesar de los enormes esfuerzos de reconciliación". Los obispos también respaldaron el llamado del Santo Padre para el 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, a que sea marcado por "intensa oración y ayuno por el bien de salvar vidas humanas".
También pidieron a los sacerdotes que celebren misas "para la preservación de la paz y la justicia" y llamaron a los hermanos cristianos a "resistir la mentira y el odio, y ser fuente de reconciliación".
"Este enfrentamiento trae muerte y destrucción y amenaza la seguridad del mundo entero", expresaron los obispos.
"Los pueblos de nuestros países están unidos no sólo por una historia común, sino también por un gran sufrimiento común que nos sacudió en el pasado a causa de la locura de la guerra . . . Que nuestros contemporáneos sepan que tendrán que rendir cuentas estrictas por las acciones militares que han tomado. El curso de los próximos siglos depende en gran medida de sus decisiones actuales".
Mientras que la guerra avanza, las iglesias católicas rusas realizan vigilias de oración por la paz. La Diócesis de San Clement, con sede en Saratov, comenzó una adoración de nueve días al Santísimo Sacramento el 1 de marzo.
El arzobispo de Moscú, Paolo Pezzi, presidente de la conferencia episcopal, hizo circular una "oración por la paz y la patria", para ser leída en las misas. Pide a los católicos que "puedan ver un futuro común" y, al mismo tiempo, evitar las "mentiras que destruyen el mundo".
El padre Gorbunov dijo a CNS que los obispos de Rusia habían basado su mensaje en la constitución dogmática de la iglesia, "Lumen Gentium", y estaban "expresando la enseñanza de la iglesia, no solo su propia opinión".
"Veremos si desean ampliar esto en los próximos días, pero, personalmente, creo que las cosas cambian no por las declaraciones, sino por el cambio de corazón que experimentan las personas durante la oración, el pensamiento, y el habla", acotó. "En la vida cotidiana normal, la gente no siempre entiende lo que está pasando. Sin embargo, cuando empiezan a orar, entienden el terror, sienten compasión, y ven la necesidad de hacer algo".
"Como mucha gente común, no soy un experto en predicciones: los que toman las decisiones obtendrán lo que se merecen y espero que no sea el peor de los casos ni para Ucrania ni para nuestro país", dijo.