CIUDAD DEL VATICANO -- La afirmación del Vaticano de que un sacerdote puede dar una bendición informal a una pareja gay que lo solicite no es un primer paso para que la Iglesia católica reconozca los matrimonios entre personas del mismo sexo, dijo el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

"Quien lo dice o no ha leído el texto o tiene 'mala leche', permítame la expresión. La declaración afirma claramente y hasta el cansancio que se trata de bendiciones no ritualizadas, de manera que no se interpreten como un matrimonio", declaró el cardenal al diario español ABC en una entrevista publicada el 25 de diciembre.

El documento del dicasterio doctrinal, "Fiducia Supplicans" ("Confianza suplicante"), que fue aprobado por el Papa Francisco, decía que aunque la Iglesia "se mantiene firme" en su enseñanza que el matrimonio es solamente una unión para toda la vida entre un hombre y una mujer, en determinadas circunstancias los sacerdotes pueden dar bendiciones no sacramentales ni litúrgicas a "las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio".

Varias conferencias episcopales de África y otros lugares del mundo reaccionaron enérgicamente contra el documento, publicado el 18 de diciembre, y emitieron declaraciones prohibiendo a sus sacerdotes ofrecer tales bendiciones.

Aunque el cardenal Fernández insistió en que el documento "sostiene con mucha claridad y sencillez la enseñanza católica de siempre sobre el matrimonio y la sexualidad", dijo que los obispos tienen el derecho y el deber de aconsejar a sus sacerdotes sobre el posible uso de tales bendiciones.

"Lo que plantean es la inconveniencia de realizar en sus contextos regionales bendiciones que fácilmente se confundirían con una legitimación de una unión irregular", dijo.

Además, dijo, varias naciones africanas existen leyes que "penalizan con la cárcel el solo hecho de declararse gay", por lo que sería difícil imaginar a un sacerdote en esos países dando la bendición a una pareja del mismo sexo.

"En realidad", dijo el cardenal, "es propio de cada obispo local hacer ese discernimiento en su diócesis o en todo caso dar ulteriores orientaciones".

En otras situaciones, dijo el cardenal Fernández, las personas que reaccionan negativamente al documento simplemente no lo leyeron.

"El tema central del documento es el valor de las bendiciones 'no litúrgicas', 'no ritualizadas', que no son un casamiento, ni siquiera son un 'visto bueno' ni una ratificación de nada", dijo. "Son solo la respuesta de un pastor a dos personas que piden la ayuda de Dios. Y en ese caso el pastor no pone condiciones".

Bendecir a dos personas que piden la ayuda de Dios no es aceptar su relación como matrimonio, "ni es una ratificación de la vida que llevan, ni tampoco es una absolución", dijo el cardenal. "Es un simple gesto de cercanía pastoral que no tiene las mismas exigencias de un sacramento".

"Si un cura da este tipo de sencillas bendiciones no es un hereje, no está ratificando nada, ni está negando la doctrina católica sobre el matrimonio", dijo el cardenal Fernández.