Manifestantes se unen a una marcha nocturna en Viotá, Colombia, el 26 de junio de 2025, con cientos de residentes que llevan velas y pancartas con fotos del padre Carlos Jaimes Guerrero. Durante casi tres semanas, las autoridades colombianas han estado buscando al fraile agustino de 30 años, que desapareció el 17 de junio, y todavía no habían identificado las posibles razones de su desaparición. (OSV News photo/local government Facebook page)(OSV News photo/local government Facebook page)
Durante casi tres semanas, las autoridades colombianas han estado buscando al padre Carlos Jaimes Guerrero, un fraile agustino de 30 años, desaparecido el 17 de junio, y aún no han identificado las posibles causas de su desaparición.
La preocupación por su paradero aumentó tras el macabro descubrimiento de los cuerpos de ocho misioneros cristianos que desaparecieron sin dejar rastro en abril, lo que conmocionó al país.
Los cuerpos pertenecían a misioneros evangélicos y protestantes.
El 1 de julio, la Fiscalía General de la Nación confirmó que se habían encontrado en una fosa común los cuerpos de ocho líderes religiosos y comunitarios que habían desaparecido en abril.
La Confederación Evangélica de Colombia (Cedecol) pidió oraciones y consuelo para estas familias en un comunicado tras el anuncio. "Solicitamos oración por paz y consolación a estas familias; elevamos una voz firme de clamor y exigencia a las autoridades para que estos crímenes no queden impunes".
El grupo desapareció en la ciudad de Calamar, departamento del Guaviare, tras ser invitado a una reunión por miembros de una organización guerrillera. Al no regresar, sus familiares interrogaron a los guerrilleros, disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que firmaron un acuerdo de paz con el gobierno en 2017.
Según las autoridades, la organización quería evitar la creación de una célula local por parte de otro grupo guerrillero. Al parecer, las víctimas fueron interrogadas por ellos sobre el tema.
Héctor Lizarazo, secretario adjunto de la Conferencia de Religiosos de Colombia, afirmó que los conflictos entre grupos armados en el país muchas veces terminan afectando a la población civil.
"Quienes tienen una presencia profética son especialmente atacados", declaró a OSV News, señalando especialmente a líderes sociales y organizaciones religiosas, y añadió que "su compromiso y testimonio a veces perturban a los agentes de la violencia".
Los cristianos suelen ser objeto de ataques en Colombia por oponerse a los cárteles de la droga y a los grupos guerrilleros del país, según la Lista Mundial de Persecución 2025 de la organización Puertas Abiertas sobre los 50 países donde es más difícil ser cristiano.
El padre Jaimes fue visto por última vez al salir de la finca Casacoima, un lugar histórico donde promovía actividades para jóvenes y adultos mayores cerca de la ciudad de Viotá, a 88 kilómetros al suroeste de Bogotá, la capital de Colombia.
Frailes agustinos locales informaron a la policía que el padre Jaimes había programado una reunión cerca de la finca. Salió de la propiedad por la mañana y condujo durante aproximadamente media hora.
Ese mismo día, su camioneta fue encontrada en un camino vecinal con el motor encendido y las puertas abiertas. No se encontraron señales de violencia en el vehículo ni pistas que pudieran dar con su paradero. Desde entonces, no ha respondido a ningún mensaje.
La policía ha estado colaborando con varios organismos gubernamentales, incluyendo la agencia nacional de inteligencia, para encontrar pistas sobre la desaparición del fraile agustino.
La Fuerza Aérea realizó vuelos en helicóptero sobre la zona. El ayuntamiento de Viotá ofrece una recompensa por información que permita a la policía encontrar al sacerdote. Los agustinos de Colombia pidieron oraciones y aseguraron su cooperación con las autoridades.
La madre del padre Jaimes y una de sus hermanas grabaron videos desesperados que se viralizaron en las redes sociales colombianas, rogando a sus posibles secuestradores que lo liberaran.
"Es solamente un servidor de Dios, un sacerdote, una persona muy querida, muy amada por toda su familia y su comunidad", dijo Erika Lucía Guerrero, su hermana mayor, en un video. "Por favor, libérenlo".
Durante la última semana de junio, se promovió una marcha nocturna en Viotá, con cientos de residentes que portaron velas y pancartas con la imagen del padre Jaimes el 26 de junio. Una novena en línea, concluida el 30 de junio, también fue realizada por una emisora ??de radio agustiniana.
El teólogo Heyner Hernández Díaz enfatizó que los grupos guerrilleros y los cárteles de la droga se han disputado territorios en muchas zonas de Colombia, con una crisis particularmente grave en el Catatumbo, al norte del país.
"Las desapariciones siempre han formado parte de la grave violencia perpetrada por grupos armados aquí, incluyendo la de religiosos", declaró a OSV News.
Aún es pronto para saber si la desaparición del Padre Jaimes está vinculada a grupos armados, afirmó, pero sin duda estos -- junto con los cárteles de la droga -- han fomentado "una tremenda devaluación de la vida humana".
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Eduardo Campos Lima escribe para OSV News desde São Paulo.