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Sudán: Líderes católicos amplifican los llamados para poner fin a la guerra

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Mientras un grupo paramilitar anunciaba la toma de El-Fasher, la capital sitiada del estado sudanés de Darfur del Norte, los líderes de la Iglesia católica amplificaban los llamamientos para proteger a los civiles "olvidados" --entre ellos miles de niños-- atrapados en la ciudad del oeste de Sudán.

El 26 de octubre, el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (conocido RSF por sus siglas en inglés) y sus aliados anunciaron la toma de la principal base militar y, técnicamente, de la ciudad, tras un asedio mortal de 18 meses. Las fuerzas paramilitares habían intensificado los bombardeos, la artillería pesada y los ataques con drones, lo que obligó al ejército a retirarse de la base.

Alrededor de 260.000 civiles, entre ellos 130.000 niños, siguen atrapados en el campamento principal para desplazados internos de la zona, soportando condiciones extremas y sin ayuda, según las Naciones Unidas y las agencias de la Iglesia católica.

"Es una guerra olvidada porque la gente está realmente olvidada", declaró a OSV News el obispo italiano Christian Carlassare, de Bentiu, en la vecina Sudán del Sur.

"Desgraciadamente, es una guerra olvidada para la comunidad internacional, pero no lo es para los comerciantes de armas, que están obteniendo grandes beneficios de esta guerra", denunció.

En un llamamiento del 29 de octubre, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, más conocida como OCHA, advirtió de una escalada dramática de la violencia en El-Fasher y sus alrededores, "condenando enérgicamente los ataques perpetrados por las Fuerzas de Apoyo Rápido contra la población civil, las infraestructuras civiles y los trabajadores humanitarios".

Informes creíbles "apuntan a violaciones generalizadas, incluyendo ejecuciones sumarias, redadas casa por casa, violencia sexual y ataques a lo largo de las rutas de escape que impiden a los civiles ponerse a salvo", afirmó la OCHA.

Por su parte, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó en una publicación del 29 de octubre que "la OMS está consternada y profundamente conmocionada por las noticias sobre la trágica muerte de más de 460 pacientes y acompañantes en el Hospital Materno Saudí" de El-Fasher, tras "los recientes ataques y el secuestro de trabajadores de salud".

Antes de este último ataque, la OMS había verificado 185 ataques relacionados con la atención médica en Sudán, con 1.204 muertos y 416 heridos entre trabajadores de salud y pacientes desde el inicio del conflicto en abril de 2023.

"Cuarenta y nueve de estos ataques se produjeron solo este año, causando la muerte de 966 personas", afirmó Ghebreyesus en su publicación. "Todos los ataques contra la atención de salud DEBEN CESAR de forma inmediata e incondicional", continuó, y los pacientes, el personal de salud y las instalaciones de salud "deben estar protegidos por el Derecho Internacional Humanitario".

UNICEF, la agencia de la ONU para la infancia, afirmó que los niños de El-Fasher se estaban muriendo de hambre porque se estaban bloqueando los servicios nutricionales de la agencia que les salvan la vida.

"Bloquear el acceso humanitario es una grave violación de los derechos de los niños y las vidas de los niños penden de un hilo", afirmó Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.

Durante el asedio, las fuerzas paramilitares no permitieron la entrada de ayuda alimentaria y medicinas en la ciudad y sus hombres armados dispararon y mataron a cualquier civil que intentara huir. Decenas de personas murieron en los bombardeos indiscriminados, por inanición y por un brote de cólera, mientras que las agencias humanitarias advertían de que los paramilitares estaban utilizando el hambre como arma en el bloqueo.

"No podemos aceptar lo que está sucediendo en El Fasher. Aunque los medios de comunicación internacionales guardan silencio sobre Sudán, nosotros no podemos olvidarlo", decía una declaración sobre Sudán de los Misioneros Combonianos el 17 de octubre.

"Decenas de mujeres, hombres y niños ya han perdido la vida por falta de alimentos", afirmaban los Misioneros Combonianos.

Según el padre Abdallah Hussein, vicario general de la diócesis de El-Obeid, que incluye la región de Darfur, el bloqueo ha dificultado enormemente llegar a El-Fasher u obtener información de la ciudad.

"En estos días no hay comunicación. No hay red. No tengo información sobre El-Fasher", afirmó cuando se le pidió que informara sobre la situación.

El islam es la religión predominante en Sudán, contando con un 91% de los 48 millones de habitantes. Del resto de la población, el 5,4% son cristianos y el 2,8% profesa religiones indígenas, según el Informe sobre Libertad Religiosa Internacional 2022 del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

La guerra actual enfrenta a las Fuerzas Armadas de Sudán --el ejército nacional liderado por el general Abdel Fattah Al-Burhan-- contra las Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares bajo el mando de Mohammed Hamdan Dagalo, conocido como "Hemedti". La guerra comenzó el 15 de abril de 2023 y, desde entonces, miles de personas han muerto en el conflicto.

Se estima que 9 millones de sudaneses se han desplazado internamente, mientras que casi 4 millones han huido a través de la frontera para establecerse como refugiados en los países vecinos, entre ellos Chad, Egipto, Sudán del Sur y la República Centroafricana.

El obispo Carlassare dijo que las facciones beligerantes y sus partidarios están ahora explotando los recursos naturales, especialmente el oro, para financiar la guerra.

"Estamos siendo testigos de la explotación de estos recursos para continuar el conflicto. Están robando dos veces al pueblo. Están robando la paz y luego los recursos naturales", declaró a OSV News.

Según el obispo, la Iglesia podría dar a conocer cada vez más la situación de Sudán, especialmente porque la población vive en la miseria, sufre pobreza y carece de los servicios más básicos.

Dijo que el obispo Yunan Tombe Trille Kuku Andali, de El-Obeid, ha estado viajando por Europa en los últimos días, dando testimonio de las atrocidades cometidas en Sudán, especialmente de la trágica situación en Darfur.

"Espero que la diplomacia del Vaticano pueda unir a la gente y, sobre todo, dar voz a los más abandonados", dijo el obispo Carlassare.

En Nairobi, el padre Andrew Kaufa, miembro de los Misioneros de Montfort, que ejerce como coordinador de comunicaciones de la Asociación de Conferencias Episcopales de África Oriental (AMECEA por sus siglas en inglés), afirmó que los obispos de la región estaban muy preocupados por la situación en Sudán.

"Han debatido cómo pueden visitar físicamente el país para expresar su solidaridad con los obispos y los cristianos que aún permanecen allí. También seguirán rezando por el país y emitiendo mensajes de solidaridad", declaró el padre Kaufa a OSV News.

Aun así, la búsqueda de la paz en el país continúa, con Estados Unidos liderando los esfuerzos de paz y el ministro de Relaciones Exteriores sudanés visitando Washington para mantener conversaciones de alto nivel. Los gobiernos de Estados Unidos y Egipto también están manteniendo conversaciones con los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, los principales apoyos de las partes rivales.

"Creo que hay algunas acciones conjuntas en favor de la paz. ... El presidente (Donald) Trump está tratando de negociar algún acuerdo, como hizo en el Congo y en otros lugares", dijo el obispo Carlassare.

El obispo instó a que se redactara un acuerdo "con bolígrafo, en lugar de lápiz", para consolidar la intención de establecer la verdad y promover la justicia en una situación que se había salido de control.

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Fredrick Nzwili escribe para OSV News desde Nairobi, Kenia.

Frederick Nzwili
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