A pocos días del enfrentamiento entre pobladores y el Ejército mexicano, en medio de reclamos para que las autoridades enfrenten a los cárteles del narcotráfico en Aguililla, en el estado de Michoacán, el párroco de la zona lamentó que “estamos viviendo un estado de guerra”.

El sábado 3 de julio, el P. Gilberto Vergara, párroco de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Aguililla, encabezó una procesión desde el templo católico hasta el exterior del cuartel militar de la localidad.

La procesión concluyó con la celebración de la Santa Misa, en la que el P. Vergara alentó a los fieles a “no dejar que el mal arrebate la paz de nuestros corazones”.

Dos días antes, ante la frustración por el permanente acoso de los grupos criminales Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos y la poca respuesta de las autoridades, un grupo de pobladores atacó el cuartel militar con palos y piedras.

En declaraciones recogidas por Televisa, el P. Vergara indicó que en la procesión “llevamos una imagen de la Virgen de Guadalupe” que luego regalaron al Cuartel Militar, como un signo de que esto que pasó, que fue lamentable, no tiene que volver a pasar”.

“No podemos permitirnos ni que el Gobierno nos vea como enemigos ni nosotros sentir que están en nuestra contra. Sí estamos viviendo un estado de guerra, pero la guerra no es con ellos”, dijo.

El sacerdote mexicano aseguró que con la procesión y la celebración de la Misa, los pobladores de Aguililla “nos comprometimos como pueblo de fe a que la violencia no puede ser el camino para resolver las dificultades y menos para pedir ayuda”.

Sin embargo, alentó a que el Gobierno de México y las autoridades se comprometan de verdad con la pacificación en la región.

“Ya no queremos más promesas, no queremos más plazos largos, necesitamos ver que se solucionan las cosas”, dijo.

La permanente violencia que sufre Aguililla, en la Diócesis de Apatzingán, inspiró en abril de este año al Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, a visitar la región.

Al celebrar la Misa en Aguililla el 23 de abril, Mons. Coppola recordó que vio unas fotos de una masacre causada por los cárteles del narcotráfico en la localidad, pero al tratar de compartir las imágenes en Facebook fueron bloqueadas por la red social.

“Facebook bloqueó estas fotos, no se pueden ver. Lo horrible de lo que hace el hombre no se puede ver. Es horrible”, dijo.

“Las bloquearon. Entonces, nadie puede saber lo que es Aguililla, fue así que me vino al corazón: bien, no quieren que se vea esta foto, vamos a inundar México y todo el mundo”, añadió.

“Vine a Aguililla porque Aguililla está al pie de la Cruz”, dijo el representante del Papa Francisco en México, y agradeció a sus pobladores “por su fe, por su valor, por la gente que está reunida para decir su deseo, su anhelo de paz”.

La visita de Mons. Franco Coppola abrió una ventana de paz en la localidad, pero poco después de su retorno a Ciudad de México los narcotraficantes reiniciaron la violencia.

Este 6 de julio en conferencia de prensa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo “un llamado a la población de Aguililla y de toda esa región de Michoacán, a la gente, a los campesinos, a los productores, a los comerciantes, a religiosos, a todos, a que se ayude a conseguir la paz, que no se tome el camino de la violencia, de la confrontación”.

“No nos hagamos daño, no a la violencia, sí a la paz, al diálogo”, dijo.

“No estoy de acuerdo con la vía violenta, soy pacifista; que, aunque se burlen porque tengo una razón de fondo, aunque se burlen, voy a seguir diciendo: Abrazos, no balazos”, añadió.