Muchos católicos de generaciones pasadas, pertenecientes a países históricamente católicos como Irlanda, pueden todavía recordar el ritual nocturno del rosario familiar. Madre, padre e hijos interrumpían lo que estuvieran haciendo, se reunían en la sala de estar y rezaban sus décadas del rosario, frecuentemente de rodillas.
En Irlanda, en donde la fe se ha visto muy afectada por las revelaciones de abuso sexual por parte del clero, es actualmente más difícil encontrar ese tipo de devoción. Pero la oración mariana puede estar gozando de un renacimiento, como parte de una tendencia mundial a realizar reuniones públicas con el fin de rezar el rosario.
En particular, desde otoño del año pasado, el rezo del rosario en las plazas públicas de las principales ciudades tanto de Irlanda del Norte como de la República de Irlanda ha atraído a cientos de personas los primeros sábados de cada mes.
Lo más sorprendente no es sólo que estos actos públicos de oración estén surgiendo donde lo están haciendo, sino que estén siendo organizados casi exclusivamente por hombres, que son también casi los únicos que asisten a ellos.
Sin embargo, esto no sólo ocurre en Irlanda. Cada vez hay más reuniones públicas para el rezo del rosario en Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Francia, Italia, Croacia, el Líbano, India, Australia y otros lugares. A principios de este mes, el 5 de febrero, un grupo de 25 a 30 hombres se reunieron en un parque público en Austin, Texas, para la “cruzada del rosario” inaugural de la ciudad. Estos hombres planean continuar reuniéndose en un lugar diferente cada mes.
La gente que se reúne para estos rosarios públicos lo hace por una gran variedad de intenciones: por la protección de la vida y de la familia tradicional, por una renovación de la fe en las sociedades cada vez más secularizadas, por la sanación de las divisiones sociales y por el fin de la pandemia de COVID-19.
Según varias personas con las que habló Angelus, el movimiento empezó en Polonia. Maciej Maleszyk, del Instituto Piotra Skargi, en Varsovia, dijo que el instituto organizó un rosario público en 2009, para oponerse a un desfile del “orgullo gay” que tuvo lugar en la capital polaca. Luego, en 2017, para conmemorar el centenario de las apariciones de la Virgen María en Fátima. Y el instituto, que está afiliado al movimiento conservador Tradición, Familia y Propiedad, organizó nuevamente rosarios públicos.
Algunas de las motivaciones que están en el origen de algunas de las campañas del rosario no son compartidas por todos los católicos. Una de ellas, “Rosario en las fronteras”, se organizó en Polonia para implorar la protección contra lo que se percibía como la propagación de una rama militante del islam, dado que grandes oleadas de refugiados del norte de África y de Oriente Medio huyeron a Europa, muchos de ellos escapando de la guerra en Siria y de las condiciones de opresión en otros países.
Pero Maleszyk dice que siente que los años de oración pública han dado resultados tangibles. Por ejemplo, él conoce a un hombre que solía burlarse del grupo que rezaba en público pero que ahora ya se ha unido al rezo del rosario frente a un hospital que practicaba abortos.
“A nivel institucional, había grupos rezando el rosario frente a los hospitales que realizaban abortos y hubo por lo menos varios de ellos que dejaron de practicarlos”, dijo Maleszyk. A un nivel todavía más alto, señala él, el tribunal supremo de Polonia dictaminó el año pasado que el aborto eugenésico es contrario a la constitución.
En respuesta a lo que estaba sucediendo en Polonia durante el centenario de Fátima, el Padre Marius O'Reilly, sacerdote de Cork, Irlanda, reunió a un equipo e inició una iniciativa similar, “Rosario en la costa”. Se animó a la gente a que fuera a las zonas costeras, o si estaban demasiado lejos del mar, a lagos o ríos y, en cierto sentido, a que rodearan a Irlanda con el rosario, rogándole a Dios que protegiera al país de las fuerzas de la secularización.
El Padre O'Reilly —el cual publica actualmente una revista llamada Totus Tuus, que cubre todo tipo de acontecimientos relacionados con el rosario en todo el mundo— dijo que desde que han surgido actividades a partir del “Rosario en la Costa”, tales como el “Rosario en las Grutas” en el mes de mayo y las conferencias temáticas sobre el rosario, esto ha “encendido en mucha gente el deseo de empezar a rezar el rosario nuevamente en Irlanda”.
Después, el otoño pasado, Patrick McCrystal, director de Human Life International (HLI) en Irlanda, inspirado por fotos que vio en las redes sociales en las que cientos de hombres de Polonia aparecen rezando el rosario en público, comenzó un proyecto llamado Rosario público de hombres para la reparación y el arrepentimiento.
McCrystal lo discutió con su colega de HLI, Owen Gallagher y ambos acordaron que podían “hacer algo como eso”.
Una cosa llevó a otra y fijamos cinco fechas para realizarlo en Irlanda del Norte, a partir del 4 de octubre”, dijo McCrystal.
Esta iniciativa, dijo, responde a la petición que hizo Nuestra Señora de Fátima de la devoción de los Cinco Primeros Sábados, en reparación por las ofensas y blasfemias en contra de su Inmaculado Corazón. De entonces para acá, se ha extendido por toda la isla.
En un video, McCrystal dijo que los hombres están orando en reparación por los pecados de los que son responsables como hombres, los cuales —dice él— han precipitado a Irlanda en su estado actual, en el que prevalece el secularismo y en donde se han legalizado el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Los hombres están reparando, específicamente —dice McCrystal— por los pecados “del aborto, la anticoncepción y todas las formas de impureza, de imprudencia al conducir un vehículo, de deshonestidad y de engaño”.
“Uno de los principales comentarios que les hice a estos hombres el mes pasado fue: ‘Si los hombres de Irlanda asumieran desde un principio la adecuada responsabilidad que tienen hacia las mujeres que hay en sus vidas, no habría una crisis de aborto’”, le dijo él a Angelus. “El aborto es, en cierto sentido, una manifestación de la irresponsabilidad de los hombres. A eso se debe el hecho de que sean sólo los hombres los que pueden reparar y arrepentirse adecuadamente de él. Las mujeres no pueden hacerlo por nosotros”.
Sin embargo, añadió: “Cuando la gente se arrepiente, Dios promete sanar nuestra tierra”.
Los organizadores piensan que el hecho de rezar el rosario en público lo hace mucho más efectivo. María “le comunicó a San Luis de Montfort que la oración pública es mucho más poderosa que la devoción privada”, dijo McCrystal. “Así que decidimos arrodillarnos e implorar la misericordia de Dios para toda Irlanda”.
Timothy P. O'Malley, director de educación del Instituto McGrath para la Vida de la Iglesia en la Universidad de Notre Dame, dijo que hay una larga historia de manifestaciones públicas de devoción en la Iglesia, similares a ésas. Pero él cree que se corre un riesgo cuando se las considera más como reuniones políticas que de oración.
“Anteriormente, en el pasado, la oración y las protestas políticas han estado vinculadas, tal como sucedió con el Movimiento de Solidaridad, en Polonia”, dijo. “Las dimensiones de la oración no pueden ser superadas por la protesta”. Aunque rezar el rosario es algo bueno, dijo, esos grupos deberían “pensar en lo que distingue su práctica de una típica protesta común y corriente. ¿En qué momento la oración deja de serlo y pasa a ser protesta más que oración?”.
Es importante recordar, dice él, que la Iglesia enseña que la oración y la adoración son, ante todo, para la glorificación de Dios y luego para la santificación de hombres y mujeres.
“Puedes equivocarte si empiezas por la santificación del mundo, ya sea que lo realices de manera política o bien que hayas olvidado que el primer objetivo de tu oración es la glorificación de Dios”, dice él.
Aquí en Estados Unidos, Enrique Suárez también observó en las redes sociales las impresionantes reuniones que han tenido lugar en sitios tales como Polonia e Irlanda. Él habló con Angelus justo después de la primera cruzada del rosario en Austin, Texas, el 5 de febrero, en un parque cercano al centro de la capital.
“Estaba siguiendo algunas fotos de los rosarios de otros hombres en todo el mundo”, dijo Suárez, un nativo de México que ha vivido en Austin desde hace algunos años. “Había una invitación para inaugurar un grupo local y pensé: ‘¿Por qué no?'”
Se puso en contacto con Owen Gallagher, en Irlanda, quien le aconsejó sobre la manera de elegir un lugar, de invitar a la gente y de promover el evento. El siguiente mes, los hombres planean orar frente al Ayuntamiento de Austin.
“Parte de nuestro problema dentro de la sociedad es que los hombres no prestan atención a su vida de oración ni a su participación en las actividades de la iglesia o en la vida espiritual”, dijo Suárez, un cristiano maronita. “Estamos tratando de resaltar la importancia de la Iglesia doméstica”.
Al mismo tiempo que los rosarios públicos masculinos se han incrementado, ha habido un movimiento paralelo para reunir a la gente (hombres y mujeres) para rezar el rosario en lugares públicos los miércoles por la noche. La iniciativa, iniciada durante el confinamiento por la pandemia por un comerciante de vinos en Austria, se organiza en varios países a través de la aplicación móvil de Telegram. En Líbano, esto llamó la atención de Dominic Chikhani.
“La oscuridad está envolviendo a la humanidad en muchos niveles, principalmente por la confusión sobre la fe y por todos los errores y pecados que se cometen”, dijo Chikhani, en una entrevista desde Beirut. “Los cristianos no tienen ni idea de su fe. No estamos juzgando; es simplemente un hecho. No conocen el camino de la salvación”.
En el Líbano, que tiene la proporción más alta de cristianos del Medio Oriente, hay actualmente alrededor de 100 lugares en los que se reza el rosario de los miércoles, generalmente frente a las casas de la gente más que en espacios públicos como sería un parque. Al reunirse ante una imagen de la Santísima Virgen María colocada frente a ellos, incluso si es un grupo pequeño el que recita la oración de rodillas, esto puede llegar a causar un gran impacto, dijo Chikhani, un católico melquita. “Se trata de una herramienta eficaz para la evangelización”.
Chikhani dijo que cuando hizo esto frente a su propia casa, los transeúntes se unieron para orar con ellos. Él considera estos rosarios como una oportunidad para ser “pescadores de hombres a través de nuestros rosarios y de nuestra penitencia”, y que la gente que reza el rosario público “hace un esfuerzo adicional para vivir la fe, para ofrecer reparación”.
“No se trata sólo de la ‘fe de los buenos’”, dijo. “Nosotros ofrecemos reparación por la salvación de las almas. Ésa es la meta”.
John Burger es escritor de Aleteia y autor de un libro de Our Sunday Visitor sobre el líder de la Iglesia greco-católica ucraniana que está por publicarse.