CIUDAD DEL VATICANO -- La lucha por la justicia y el amor para todas las personas no ha terminado, pero la batalla debe ser evangélica y nunca política, dijo el papa Francisco a un grupo de católicos de El Salvador.
"Mientras haya injusticias, mientras no se escuchen los reclamos justos de la gente, mientras en un país se estén dando signos de no madurez en el camino de plenitud del Pueblo de Dios, ahí tiene que estar nuestra voz contra el mal, contra la tibieza en la Iglesia, contra todo aquello que nos aparta de la dignidad humana y de la predicación del Evangelio", dijo el papa durante una audiencia en el Vaticano el 14 de octubre.
Este esfuerzo, que es "camino espiritual, de oración, de lucha, a veces tiene que tomar la forma de la denuncia, de la protesta, no política, nunca, evangélica siempre", dijo al grupo, encabezado por el arzobispo José Luis Escobar Alas de San Salvador e incluyó al vicepresidente salvadoreño Félix Ulloa Garay y su esposa, Lilian Alvarenga de Ulloa.
El arzobispo ha sido criticado recientemente por los comentarios que hizo al calificar las detenciones masivas del gobierno, destinadas a poner fin a los homicidios relacionados con pandillas, como "medicina amarga", y por decir que la mayoría de los salvadoreños quieren que el presidente Nayib Bukele se postule nuevamente en 2024 a pesar de que la constitución limita el cargo a un período. Si bien muchos pensaron que el arzobispo respaldaba los esfuerzos de reelección del presidente, el arzobispo lo negó y dijo que solo estaba afirmando un hecho.
La delegación de El Salvador llegó al Vaticano para agradecer las beatificaciones del padre jesuita Rutilio Grande y sus dos compañeros en enero, así como la beatificación del padre franciscano Cosme Spessotto.
Refiriéndose también a San Óscar Romero, a quien el papa canonizó en 2018, el papa Francisco le dijo al grupo que "Yo sentí mucho la vida de estos mártires, la viví mucho, viví el conflicto de pro y contra".
Explicó su devoción personal por estos mártires diciendo: "A la entrada de mi estudio tengo un pequeño cuadrito con un pedazo del alba ensangrentada de san Óscar Romero y una catequesis chiquitita de Rutilio Grande, para que me hagan acordar que siempre hay injusticias por las que hay que luchar, y ellos marcaron el camino".
Los mártires, dijo el papa, son "el más precioso don que puede dar Dios a la Iglesia, pues en ellos se actualiza ese «amor más grande» que Jesús nos mostró en la cruz".
Dios "es quien los convocó a este combate, quien les dio la fuerza para alcanzar la victoria, y quien nos los presenta ahora para nuestra edificación y como camino a seguir, porque los problemas no terminaron, la lucha por la justicia y por el amor de los pueblos sigue", dijo el papa Francisco.
"Para luchar no bastan las palabras, no bastan las doctrinas, lo cual sí es necesario, pero no bastan", dijo.
Sin embargo, dijo, el testimonio personal es "suficiente" y es "lo que tenemos que seguir".
Por eso los mártires son "un regalo para nuestra edificación, un regalo inmenso, tanto para la Iglesia que peregrina en El Salvador, como para la Iglesia universal", dijo.
Citando la homilía que San Romero pronunció en 1977 en la misa del funeral por el padre Grande asesinado, el papa dijo: "Inspirémonos en este amor, vivamos esta fe y les aseguro que hay solución para nuestros grandes problemas".
Hay una solución, dijo el papa.
Si bien la situación actual del mundo no es la misma que la de entonces, Dios sigue llamando a las personas "al compromiso, a la fidelidad, a poner la fe en Dios y el amor al hermano en primer lugar, a vivir de esperanza".
El llamado de Dios es "intemporal", dijo, porque es el Evangelio, "un evangelio vivo, que no se aprende de los libros, sino de la vida de quienes nos han trasmitido el depósito de la fe".
El papa Francisco dijo: "Animémonos unos a otros, pensemos en aquellos que están en dificultad en nuestro pueblo: los más pobres, los presos, los que no les alcanza para vivir, los enfermos, los descartados. Y agradezcamos a Dios el poder caminar con la fuerza de la fe para servir a nuestro pueblo".