La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba envió un emotivo mensaje de Navidad al pueblo de Dios en su país, en el que compartieron una serie de anhelos para el día del Nacimiento de Jesús, en especial, el recibir la “buena noticia de que las cosas cambien para bien y en paz”.
“Queridos hermanos: Ante la cercanía de la Navidad, reiteramos el anuncio de la Buena Noticia del Nacimiento de Jesucristo, el Salvador. Este acontecimiento ha motivado la dicha, generado el compromiso y fundamentado la esperanza de muchos hombres y mujeres que, desde hace más de 2000 años, han acogido con fe el anuncio del Ángel en la Nochebuena”, escribieron los obispos este 12 de diciembre al iniciar su mensaje de Navidad.
“Este anuncio llega hoy a todos los cubanos y al mundo entero en momentos en los cuales anhelamos encontrar la fuente de la alegría y de la esperanza verdaderas que todos necesitamos para vislumbrar un futuro mejor y más seguro en medio de las dificultades que padecemos.
Jesucristo nace para que tengamos vida y la tengamos en abundancia, para que seamos felices. Confiemos, pues, Él sabe lo que necesitamos, Él desea lo mejor para cada uno, Él no quiere que estemos desesperados ni angustiados sino felices, llenos de la esperanza que nace del verdadero amor y de la confianza en Dios, que procura y puede realizar lo mejor para todo ser humano”, continuaron.
Los prelados sostuvieron que, entre las buenas noticias que podrían recibir los cubanos para esta Navidad es que “las cosas cambien para bien y en paz”.
Otro anhelo, señalaron, es que “que el agobio por conseguir los alimentos se convierta en un sereno compartir el pan cotidiano en familia”.
“Una buena noticia para los cubanos sería que el anunciado reajuste de la economía nacional, lejos de aumentar las preocupaciones de muchos, ayude a que cada cual pueda sostener a su familia con un trabajo digno, con el salario suficiente y con la siempre necesaria justicia social”, indicaron.
Otra buena noticia, escribieron, “sería que se evite la violencia, la confrontación, el insulto y la descalificación para crear un ambiente de amistad social y fraternidad universal”; y que “la intolerancia dé paso a una sana pluralidad, al diálogo y a la negociación”.
También, los obispos creen que “una buena noticia sería que los cubanos no tengamos que buscar fuera del país lo que debemos encontrar dentro; que no tengamos que esperar a que nos den desde arriba lo que debemos y podemos construir nosotros mismos desde abajo”.
“Una buena noticia para los cubanos sería que cesen todos los bloqueos, externos e internos, y dar paso a la iniciativa creadora, a la liberación de las fuerzas productivas y a leyes que favorezcan la iniciativa de cada cubano, así cada uno sentirá y podrá ser protagonista de su proyecto de vida y, de ese modo, la Nación avanzará hacia un desarrollo humano integral”, añadieron.
Para la Navidad 2020, los obispos de Cuba invitaron “a acercarse, contemplar y recibir el significado de lo que aconteció en la primera Navidad: En ese Niño que nace, Dios se ha acercado al mundo, ha venido a acompañar como hombre la vida de cada persona, familia y pueblo para todos los tiempos”.
“Su presencia en el pesebre de Belén es un rayo de luz que ilumina las pobrezas materiales de aquella Noche Santa y las innumerables noches de la historia de los hombres, en las que las sombras del desaliento hacen desaparecer la esperanza y la alegría de los corazones”.
Los obispos recordaron al “pueblo cansado y agobiado” del que se sienten parte, e invitaron “a todos los cubanos a dirigirnos a Jesús, el Hijo de Dios que se hace hombre, para que podamos encontrar el alivio y el consuelo, la paz y la esperanza que tanto necesitamos”.
“Las carencias materiales, el cansancio espiritual, la insuficiente economía personal, familiar y nacional que afectan duramente la vida presente y ensombrecen el futuro, están pesando en el alma de la inmensa mayoría de los cubanos. La crisis económica ya existente, la pandemia de la COVID-19 y las consecuencias de los fenómenos naturales provocan en la población temores e incertidumbres”, lamentaron.
Sin embargo, ante esa realidad, el episcopado expresó “cercanía hacia los más desfavorecidos: los pensionados, los desempleados, las madres solteras, los enfermos, los presos y los ancianos que viven solos y en situación de necesidad”.
“Detrás de las categorías antes mencionadas hay rostros y nombres concretos que están reclamando, por parte del Estado y de toda la sociedad, una atención cuidadosa y eficaz a fin de aliviar los sufrimientos y socorrerlos en sus necesidades. Dios pone ante nosotros la gran oportunidad de practicar la caridad para con los más vulnerables”, afirmaron.
Además, señalaron que en medio de esta situación, además de las propuestas de solución aportadas por las autoridades del país, “se han expresado otras tantas, fruto del genuino amor y compromiso de los cubanos”, de “una sociedad emprendedora y rica en talentos”.
En su mensaje, recordaron también a “la Virgen María, que hizo posible por su fe el nacimiento de Jesús, sigue acompañando y enseñando a todos sus hijos a vivir confiando en Dios, a contar que Dios nunca abandona a sus hijos ni permite que sean probados por encima de sus fuerzas”.
“El misterio de la Navidad es más que un hecho histórico, es sobre todo una presencia, la del Hijo de Dios, que se actualiza con su fuerza salvadora, especialmente en nuestras celebraciones religiosas y familiares en la Nochebuena. Con fe miremos a Jesús, a la Virgen María y a San José, sintamos la compañía de la Sagrada Familia que nos alienta a vivir y celebrar con esperanza la Navidad de este año 2020, que ha sido de pruebas y temores”, sostuvieron.
En ese sentido, recordaron que los cubanos tiene “la dicha de que la Virgen de la Caridad nos esté acompañando como Madre y Patrona desde hace más de cuatro siglos”.
“Estamos seguros de que no nos faltará la ayuda maternal de su fortaleza y de su consuelo para afrontar los desafíos y la pesadumbre del momento actual que vivimos. A ella elevamos nuestra oración y, como ella, ponemos nuestra confianza en Dios, para que ilumine y conceda acierto y rectitud a quienes están conduciendo el actual proceso de ordenamiento monetario, así como también le pedimos por todos nosotros, para que pacíficamente logremos lo mejor para Cuba y todos sus hijos”, fue el pedido del episcopado.
Finalmente, aprovecharon para “dar gracias a Dios por tantas realizaciones bonitas en este año que termina”. Entre éstas “la entrega sacrificada de médicos y personal sanitario, permanecer en la casa durante más tiempo, compartir los alimentos con tantas personas por parte de las comunidades católicas y de los buenos vecinos, los mensajes televisivos con contenido religioso como la retransmisión de la Santa Misa desde el Santuario de El Cobre, algunas celebraciones del Papa Francisco desde Roma, así también las alocuciones, radiales y por WhatsApp”.
“Con estas riquezas vividas empezar el 2021 animados por el deseo de multiplicar el amor y la concordia familiar que a todos tan felices nos hacen. Estas vivencias nos disponen a afrontar el nuevo tiempo que se abre ante nosotros y lo ponemos como ofrenda en el portal de Belén”.
“A todos les deseamos una Nochebuena en familia, una santa Navidad y un año nuevo lleno de paz. Emprendamos el 2021 con renovada esperanza y la disposición de acoger los dones que el buen Dios hace nacer cada día en el corazón de todo hombre. Con paternal afecto nuestra plegaria abraza a todos los cubanos, donde quiera que se encuentren, como expresión de comunión en la cercanía y en la esperanza”, concluyeron los obispos.
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