SAO PAULO, Brasil -- Diciendo que Brasil enfrenta uno de los períodos más desafiantes de su historia, los obispos católicos del país pidieron a funcionarios una investigación imparcial de quejas de que el gobierno federal manejó mal compras de la vacuna contra el COVID-19.
Sin mencionar específicamente la investigación del Congreso de Brasil sobre cómo el gobierno federal llevó a cabo los planes de la compra de vacunas, los obispos dijeron que una investigación exhaustiva de las acciones del gobierno debe "defender las vidas amenazadas, los derechos irrespetados y apoyar la restauración de la justicia, haciendo que la verdad cuente".
"La trágica pérdida de más de medio millón de vidas se ve agravada por las acusaciones de malversación y corrupción en la lucha contra la pandemia del COVID-19", decía un extracto de la nota emitida por la conferencia episcopal y firmada por el arzobispo Walmor Oliveira de Azevedo. de Belo Horizonte.
El senado brasileño está llevando a cabo una audiencia para determinar si el presidente Jair Bolsonaro y funcionarios del Ministerio de Salud cometieron un delito tratando de manejar la pandemia. Las sospechas en torno a las negociaciones para la compra de vacunas han rodeado a la administración de Bolsonaro en las últimas semanas.
Un empleado del Ministerio de Salud declaró la semana del 5 de julio que había sido presionado para que autorizara la compra de 400,000 dosis de la vacuna Astra-Zeneca, ofrecida por un empresario al gobierno brasileño con un aumento de precio de 1 dólar por cada dosis. Si la venta hubiera sido autorizada, el gobierno habría pagado $400,000 a un intermediario y sus cómplices.
No es la primera vez que los obispos han criticado el manejo de la pandemia por parte del gobierno federal.
En marzo, el obispo auxiliar Vicente de Paula Ferreira de Belo Horizonte utilizó las redes sociales para criticar al gobierno y defendió el proceso de destitución de Bolsonaro.
"Estamos en guerra. Cada día nos volvemos más vulnerables. Es muy triste ver a tanta gente enferma o muriendo. Tenemos la obligación ética de luchar por la civilización. La barbarie es el objetivo de nuestro mal gobierno", dijo el obispo Ferreira.
En abril, la asamblea general de la conferencia episcopal criticó a Bolsonaro, quien habitualmente ha negado la gravedad de la pandemia y minimizado las medidas de seguridad que otros países han implementado para minimizar la propagación del COVID-19.
Los obispos dijeron que la respuesta a la pandemia exigía "competencia y lucidez" de los líderes del país y que "los discursos y actitudes que niegan la realidad de la pandemia desprecian las medidas sanitarias y amenazan el estado de derecho democrático son inaceptables".
Para el 11 de julio, Brasil había registrado más de 19 millones de casos de COVID-19 y más de 533,000 muertes desde que se declaró la pandemia en marzo de 2020.