ROMA - Gabriel Boric, un milenial de izquierda que saltó a la fama durante una serie de protestas estudiantiles, fue elegido el domingo como nuevo presidente de Chile, derrotando a su oponente populista de derecha José Antonio Kast por más del 10% de los votos.

Kast, un católico practicante padre de nueve hijos tiene un historial de defensa de la pasada dictadura militar de Chile, surgió de la extrema derecha después de obtener menos del ocho por ciento de los votos en 2017. Apoyándose en un discurso divisivo que ha demostrado ser eficaz en muchos países -con una retórica anti-migrantes y enfatizando los valores familiares tradicionales-, había terminado por delante de Boric por dos puntos en la primera ronda el mes pasado, pero no consiguió la mayoría.

Los obispos de Chile se apresuraron a felicitar al ganador, que asumirá la presidencia en marzo.

"El país ha expresado un voto de confianza en usted y le ha encomendado una gran misión, destinada a dirigir los destinos de nuestro país como primera autoridad y primer servidor", dice el mensaje difundido el domingo por la noche.

"Pedimos a Dios que le dé su sabiduría y su fuerza, que sin duda necesitará", dice la declaración firmada por el cardenal Celestino Aos Braco, arzobispo de Santiago, la capital del país, y presidente de la conferencia episcopal.

"La misión es siempre superior a nuestras posibilidades y capacidades, pero confiamos en que -con la colaboración de los ciudadanos, el trabajo de los distintos actores sociales y políticos, y la fuerza espiritual que proviene de la fe y de las convicciones humanas más profundas- sabréis afrontar su tarea con generosidad, compromiso y prudencia", dicen los obispos.

"La Iglesia católica que peregrina en Chile quiere seguir contribuyendo, desde su misión particular, a construir una humanidad más justa y fraterna, donde especialmente los pobres y los que sufren sean respetados en su dignidad", continúa el comunicado. "Cuenten con nuestro apoyo y oración, y con el aporte de nuestra acción pastoral, que desarrollaremos siempre con el debido respeto al orden democrático de nuestro país y a sus autoridades legítimamente elegidas."

Durante su presidencia, Boric desempeñará un papel clave para ayudar a dar forma a un nuevo marco legal para Chile, que actualmente está reescribiendo su constitución. La actual data de la dictadura militar de Augusto Pinochet. La decisión de reescribirla con una asamblea constitucional se produjo tras el referéndum de octubre de 2020.

Boric, de 35 años, se convertirá en el presidente moderno más joven de Chile cuando asuma el cargo. Fue elegido al Congreso en 2014, tras las protestas nacionales por una educación universitaria de mayor calidad. Durante la campaña, prometió "enterrar" el modelo económico neoliberal heredado de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) y aumentar los impuestos a los "superricos" para ampliar los servicios sociales, luchar contra la desigualdad e impulsar la protección del medio ambiente.

Aunque en las últimas décadas Chile fue considerado uno de los países más estables de América Latina, las protestas que comenzaron en 2019 pusieron de manifiesto la profunda desigualdad que caracterizó el desarrollo de la nación. La revuelta civil se tornó a menudo violenta, lo que llevó al presidente saliente, Sebastián Piñera, a llegar a decir que el país estaba "en guerra" para justificar el despliegue dl ejército.

Durante los festejos con miles de partidarios en el centro de Santiago este domingo, Boric comenzó su discurso de victoria en la lengua indígena mapuche.

"Somos una generación que emergió en la vida pública exigiendo que nuestros derechos sean respetados como derechos y no tratados como bienes de consumo o como un negocio", dijo el presidente electo. "Sabemos que sigue habiendo justicia para los ricos y justicia para los pobres, y no vamos a permitir más que los pobres sigan pagando el precio de la desigualdad en Chile".

El ambicioso objetivo de Boric es implantar una socialdemocracia a la europea que amplíe los derechos económicos y políticos para atacar la persistente desigualdad sin virar hacia el autoritarismo que abraza gran parte de la izquierda en América Latina, desde Cuba a Venezuela, y evitar también la vena autoritaria que ha caracterizado al otro milenial presidente de un país de la región: El salvadoreño Nayib Bukele.

Durante la campaña, estableció una ambiciosa agenda, que incluye el empoderamiento de las mujeres y la lucha contra el cambio climático. El presidente electo tiene previsto bloquear un proyecto minero en el que es el mayor productor de cobre del mundo.