El alto el fuego negociado por Estados Unidos y Francia entre Israel y el grupo militante libanés Hezbolá ha sido acogido con "profunda esperanza", dijo el obispo A. Elias Zaidan de la Eparquía Maronita de Nuestra Señora del Líbano, presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos.
La Casa Blanca anunció el 26 de noviembre el alto el fuego, que básicamente retoma la Resolución 1701 de la ONU de 2006 que puso fin al anterior conflicto entre Israel y Hezbolá. El presidente Joe Biden dijo a los periodistas en la Casa Blanca que los gobiernos de Israel y Líbano habían aceptado la propuesta, elaborada en colaboración con el presidente francés Emmanuel Macron.
Según los términos del alto el fuego, que entró en vigor a las 4 a.m. hora local del 27 de noviembre, "se terminarán los combates a lo largo de la frontera entre el Líbano e Israel" en lo que "está diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades", dijo Biden.
En los próximos 60 días, el ejército y las fuerzas de seguridad del Estado libaneses retomarán el control del sur del Líbano desde la llamada "Línea Azul" (la frontera no oficial entre Israel y Líbano) hasta el río Litani -- asegurándose de que no se reconstruya la infraestructura de Hezbolá -- a medida que Israel retire gradualmente sus fuerzas. Se permitirá a los civiles de ambos lados de la frontera "regresar con seguridad a sus comunidades" y comenzar la reconstrucción, dijo el presidente.
Subrayó que "si Hezbolá o cualquier otro (grupo) rompe el acuerdo y supone una amenaza directa para Israel, entonces Israel conserva el derecho a la autodefensa conforme al derecho internacional, como cualquier país cuando se enfrenta a un grupo terrorista empeñado en la destrucción de ese país".
El alto el fuego pretende abordar uno de los frentes de la guerra entre Israel y Hamás, que se inició tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, cuando militantes de la Franja de Gaza mataron a tiros a más de 1.200 personas, la mayoría civiles, y tomaron como rehenes a más de 240 civiles y soldados. En septiembre, el conflicto se extendió al Líbano, donde tiene su base la milicia chiíta Hezbolá, respaldada por Irán.
Estados Unidos y Francia supervisarán el alto el fuego, que no se aplica a la guerra de Israel con Hamás.
"En un espíritu de profunda esperanza, acojo con beneplácito la noticia de que, tras más de un año de combates y miles de muertos, Israel y Hezbolá han acordado un alto el fuego a partir de hoy, miércoles 27 de noviembre", declaró el obispo Zaidan en un comunicado.
Añadió que estaba "agradecido por el papel crucial y pacificador que Estados Unidos ha desempeñado en este desarrollo en Líbano e Israel".
Al mismo tiempo, el obispo Zaidan subrayó que queda mucho trabajo por hacer para establecer una paz duradera en toda la región.
"Mientras nos alegramos de esta oportunidad para que la paz eche raíces, insto a todas las partes, así como a la comunidad internacional en general, a que permanezcan vigilantes y sigan trabajando por la consolidación de la paz en la región mediante el desarme de Hezbolá y la plena aplicación de las resoluciones de la ONU relativas al Líbano", dijo. "Esto conducirá a que Líbano recupere su plena soberanía e independencia".
En medio de la guerra, casi el 90% de la población "en el sur del Líbano ha huido hacia el norte", dijo el director regional de la Catholic Near East Welfare Agency-Pontifical Mission, Michel Constantin, que supervisa los esfuerzos en el Líbano y Siria, durante una conferencia de prensa en vivo organizada por CNEWA a principios de noviembre.
Este desplazamiento ha agravado las dificultades socioeconómicas que sufre desde hace tiempo esta nación, que también acoge a cerca de 1,5 millones de refugiados sirios que huyen de la represión y la inestabilidad política de su país.
"Rezo para que este alto el fuego demuestre ser un faro de esperanza real, y que inspire mayores ambiciones para una paz duradera en Oriente Medio en todos los frentes, especialmente en la terrible situación de Gaza", dijo el obispo Zaidan. "Me uno en solidaridad con el Papa Francisco, quien, en octubre, pidió un alto el fuego, diciendo: ‘Sigamos los caminos de la diplomacia y el diálogo para lograr la paz’".
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Gina Christian es reportera multimedia de OSV News.