Mientras que los graves problemas que el mundo está enfrentando están en su mayoría fuera del control de la Iglesia, los católicos pueden "brillar con su luz" y atraer a la gente a un camino de paz y solidaridad, dijo el obispo Andrew Cozzens de Crookston, Minnesota, presidente de la junta directiva del Congreso Eucarístico Nacional, Inc.

Después de dirigir el exitoso Congreso Eucarístico Nacional en Indianápolis del 17 al 21 de julio, Mons. Cozzens participó en el Congreso Eucarístico Internacional en Quito, Ecuador, que comenzó el 8 de septiembre y terminó con la Misa final el 15 de septiembre.

"El Congreso en Estados Unidos superó nuestras expectativas en todos los sentidos. Fue un momento hermoso para todo el país", dijo el obispo Cozzens a OSV News. "Experimentar a la Iglesia viva en América Latina es también un gran regalo".

Ambos eventos enfatizaron el tema de la sanación traída por la Eucaristía. En Indianápolis, el tercer día del congreso se centró especialmente en las oportunidades de curación física, psicológica y espiritual. En Quito, las "heridas del mundo" -- los numerosos retos a los que se enfrentan actualmente las sociedades, entre ellos la crisis de la inmigración, la polarización política y las profundas divisiones causadas por ella en muchas naciones -- se debatieron en diferentes ponencias a lo largo de la semana.

Estas problemáticas son una realidad tanto en EE.UU. como en América Latina, dijo el obispo Cozzens.

"Las divisiones en la sociedad son tan profundas que sólo Dios puede superarlas. La Eucaristía, como se ha dicho bellamente en este Congreso Internacional, nos invita a vivir una especie de fraternidad", dijo, añadiendo que "somos hijos e hijas de nuestro Dios creador, por lo que cada ser humano en ese sentido es un hermano y una hermana".

Aunque no podemos cambiar la oscuridad, argumentó el obispo Cozzens, podemos hacer brillar nuestra luz para atraer a la gente hacia el bien.

"El poder que sana al mundo es el poder de Dios. Estamos llamados a demostrar con nuestra forma de vivir y de perdonar que somos capaces de amar como Cristo ama", afirmó.

Tanto en Estados Unidos como en América Latina, la Iglesia ha apoyado históricamente a los inmigrantes, trabajando por sus derechos y por políticas que puedan mejorar sus condiciones. Pero con las elecciones en Estados Unidos a la vuelta de la esquina, no es un momento fácil para defender los puntos de vista católicos al respecto, señaló el obispo Cozzens.

"Por supuesto, como obispos estamos constantemente hablando a favor de la dignidad de toda vida humana, especialmente de aquellos que son vulnerables como los inmigrantes. Pero no parece que se esté escuchando nuestra voz", dijo.

Sin embargo, con muchas iniciativas caritativas centradas en los inmigrantes, los católicos ofrecen acciones concretas que muestran cuáles son sus creencias, subrayó Mons. Cozzens.

"Estamos atendiendo a los inmigrantes e intentando tratarlos como a nuestros hermanos y hermanas. Queremos que experimenten la dignidad, y queremos que experimenten un hogar, especialmente en la iglesia", afirmó.

A pesar de todas las dificultades y desafíos sociales, los católicos están llamados a mantener una vida eucarística, algo que se expresó a través de varios testimonios -- muchos de ellos ofrecidos por laicos -- durante el congreso internacional. Mons. Cozzens dijo a OSV News que esos relatos le impactaron especialmente.

La participación de los laicos también fue fundamental en la organización del congreso en Estados Unidos, dijo el obispo.

"La mayoría de los ponentes eran laicos. Y tuvimos todo un comité de personas que planificaron el Congreso formado en su mayoría por laicos. Creo que es algo hermoso que la Eucaristía sea un don para la Iglesia y que la Iglesia trabaje hoy en colaboración de esta manera", añadió.

El obispo Cozzens añadió que la creciente participación de los laicos en la vida de la iglesia está relacionada con la práctica de la sinodalidad, especialmente con el proceso de corresponsabilidad.

"Construimos nuestro congreso a partir de un proceso sinodal", dijo. "Organizamos sesiones de escucha en todo el país con líderes laicos y líderes apostólicos. Resultó muy eficaz. Creo que eso se ve también aquí en Quito entre los ponentes y los diferentes testimonios".