JERUSALÉN -- Cuando los cristianos se reunieron en Jerusalén para recordar la entrada de Jesús a la ciudad, fue uno de los pocos momentos de alegría en Tierra Santa, "aplastada por tanto odio" en los meses posteriores al ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.

"A pesar de la guerra y de todo lo que sucede a nuestro alrededor este año, hemos elegido una vez más celebrar la entrada triunfal de Jesús en la Ciudad Santa", dijo el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, mientras la tradicional procesión del Domingo de Ramos avanzaba por las calles de la ciudad.

"Hemos unido voces con quienes cantaron en Jerusalén hace dos mil años: 'Hosanna Filio David', Hosanna al Hijo de David", dijo. Especialmente ahora, es "aún más importante y necesario gritar con fuerza que Jesús es nuestro Mesías, Él es nuestro Señor", dijo el patriarca el 24 de marzo.

En los últimos meses, dijo el cardenal Pizzaballa, muchos se sintieron "perdidos o solos y sin puntos de referencia" y "aplastados por tanto odio".
"Esta guerra, tan terrible y que parece no tener fin, a veces nos hace temer por el futuro de nuestras familias", añadió.

Caminando por las calles inusualmente vacías de Jerusalén, teniendo en cuenta que era el inicio de la Semana Santa, el patriarca subrayó que la celebración en este tiempo, en el que muchas de las diócesis "no pudieron unirse a nosotros", hace aún más importante "gritar con fuerza y la fe en que tenemos un punto de referencia, Jesucristo".

"¡No estamos solos, no estamos abandonados y, sobre todo, no tenemos miedo!" enfatizó el líder de la Iglesia en su mensaje por el Domingo de Ramos.

"Seguir a Jesús significa también aceptar el vía crucis", algo que los cristianos de Tierra Santa "desgraciadamente saben bien", continuó, porque su "vida ordinaria es a menudo un 'via crucis', un camino doloroso, marcado por numerosos obstáculos, malentendidos, rechazos y hostilidades de todo tipo."

"Sin embargo, esto no nos desanima", afirmó el patriarca.

El padre Waldemar Cislo, director de la sección polaca de la organización pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN por sus siglas en inglés), dijo que cuando vio al patriarca, "me dijo que es la experiencia más triste que jamás haya tenido en Tierra Santa --ver las calles vacías de Jerusalén para la Pascua" y experimentar el sufrimiento de tantos cristianos en la región.

"No hay peregrinos, y eso significa que no hay ingresos para los cristianos locales, a quienes también se les prohíbe trabajar en Jerusalén", si su residencia permanente está en Cisjordania palestina, dijo el padre Cislo a OSV News.

El cardenal Pizzaballa dijo que Jerusalén es una tierra santa, pero "herida porque está invadida por tanto odio y rencor". "Ay de nosotros si nos dejamos contaminar por todo esto", dijo en su mensaje del Domingo de Ramos. "Hoy queremos pedirle a Dios que preserve nuestros corazones de estos sentimientos de enemistad. Porque no podemos seguir siendo amigos de Jesús si cultivamos la enemistad en nuestros corazones. No podemos amar a Jesús si no nos amamos unos a otros y si no tenemos el coraje de estar cerca de todos, incluso en las trágicas circunstancias actuales en las que vivimos. Queremos vivir, sufrir y actuar con Él y para Él".

El padre Cislo, que pasa la Semana Santa en Tierra Santa, dijo que la dolorosa división entre judíos y palestinos es muy visible hoy en toda Tierra Santa. Los militantes de Hamás mataron a más de 1.200 personas el 7 de octubre en un ataque que recordó a muchos israelíes los horrores del Holocausto. Israel inició una guerra con Hamás justo después del ataque, que hasta el 25 de marzo ha matado a más de 32.000 personas en la Franja de Gaza, según el Ministerio de Salud de Gaza.

"El cardenal Pizzaballa me dijo que reza para que el Señor deslice la piedra sobre la tumba del odio, para que acabe de una vez y para siempre aquí en Tierra Santa", dijo el padre Cislo a OSV News.

Rezando por la paz para Jerusalén y la región, el patriarca pidió "la paz, que es una acogida cordial y sincera del otro, una voluntad tenaz de escuchar y dialogar, que abre caminos en los que el miedo y la sospecha dejan paso a la comprensión, al encuentro y a la confianza".

"La paz es el elemento que falta", dijo el padre Cislo. "Jesús vino y dijo: 'La paz sea con ustedes' y es precisamente paz y sólo paz lo que esta tierra necesita. Basta de la matanza de niños", lamentó.

El cardenal Pizzaballa dijo que el sentir de los cristianos presentes durante la celebración del Domingo de Ramos estaba con "aquellos que hoy no pueden estar aquí con nosotros, y especialmente con nuestros hermanos y hermanas en Gaza", a quienes dirigió un mensaje de cercanía: "No están solos", asegurándoles que los acompañaban en la oración.

"Toda la Iglesia en Jerusalén está unida a ustedes, los abraza y agradece su testimonio de fortaleza y valentía", subrayó el patriarca.

Según fuentes cercanas a ACN, las condiciones de la pequeña comunidad cristiana que permanece en la Franja de Gaza se ha deteriorado en los últimos cuatro meses. Desde que comenzó el conflicto, 30 cristianos han muerto en Gaza.

La situación en Gaza es cada vez más desesperada, con la región dividida en dos partes: norte y sur. Encontrar alimentos y combustible sigue siendo muy difícil en el norte, donde los precios exorbitantes hacen la vida aún más difícil.

Pero a pesar de las terribles condiciones, un grupo de más de 500 cristianos refugiados en la Parroquia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza celebraron el Domingo de Ramos "de la manera más solemne", según una publicación en las redes sociales X, antes Twitter, del Patriarcado Latino, que también compartió alegres fotos de la celebración.

"Sabemos bien lo difícil que es, después de casi seis meses, permanecer en medio de esta terrible noche oscura que parece no terminar nunca, permanecer unidos y firmes en medio del hambre y la violencia que os rodea", dijo el cardenal Pizzaballa, añadiendo: "También a ustedes, como a todos, llegará la aurora del tercer día, la noticia de la resurrección".

El patriarca también instó a los peregrinos a regresar a Tierra Santa: "Los estamos esperando. ¡No tengan miedo, regresen a Jerusalén y a Tierra Santa! Su presencia es siempre presencia de paz, y hoy necesitamos sinceramente la paz, que vengas y nos traigas tu paz".

El padre Cislo se hizo eco de su llamado: "Es lo mejor que pueden hacer para apoyar a Tierra Santa: ¡vengan a visitarnos! Los lugares de peregrinación como Jerusalén y Cisjordania son seguros para los peregrinos".
Al entrar la Iglesia en "la semana de la Pasión", el cardenal Pizzaballa pidió que los días "nos den fuerzas" y recordó que esta época del año muestra a todos que el Señor "no nos deja solos".