CIUDAD DEL VATICANO -- El gobierno de Nigeria debe abordar urgentemente el "mal del secuestro" y la "crisis inminente" en el país, dijeron dos funcionarios del Vaticano.
"Además de tomar medidas sobre el terreno para asegurar vidas y propiedades, el Estado, con el apoyo de la Iglesia, debería buscar formas de reposicionar a la nación en el camino del crecimiento económico, la estabilidad política y la cohesión religiosa", afirmó un carta de los responsables de la Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares del Dicasterio para la Evangelización.
El cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del dicasterio, y el arzobispo nigeriano Fortunatus Nwachukwu, secretario de la sección, enviaron la carta al arzobispo Lucius Iwejuru Ugorji de Owerri, presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Nigeria.
La agencia Fides del dicasterio informó sobre el contenido de la carta el 16 de febrero.
El Dicasterio para la Evangelización "ofrece su más profunda y sentida solidaridad con el pueblo nigeriano, que se enfrenta a una crisis que se expande en alcancey se intensifica en proporción", dijeron los responsables.
"Nada puede justificar el mal del secuestro", escribieron, señalando que "entre aquellos tragicamente atrapados en el fuego cruzado de estos actos reprobables se encuentran miembros del clero, religiosos y fieles laicos".
"La violencia física y la tortura mental que acompaña al secuestro socavan los pilares de la armonía civil y social, ya que traumatizan a las personas involucradas, a sus familias y a la sociedad en general", escribió el cardenal y arzobispo.
"Hacemos un llamado al gobierno de Nigeria para que actúe rápidamente para abordar esta amenaza y detener la crisis que se avecina", escribieron, y agregaron: "Nuestra esperanza es que esta Cuaresma resulte espiritualmente fructífera para cada creyente y cada comunidad eclesial en Nigeria".
Un total de 3.964 personas han sido secuestradas en Nigeria desde mayo de 2023, según SBM Intelligence, una consultora de gestión de riesgos, informa la Agencia Fides.
Mientras tanto, los obispos católicos del suroeste de Nigeria dijeron: "Nuestro querido país Nigeria se está convirtiendo rápidamente en un campo de exterminio".
"El barco de la nación se está hundiendo bajo el peso de la inseguridad generalizada, las dificultades económicas debido a la hiperinflación y el colapso de la naira (moneda de Nigeria), el cibercrimen, el alto costo de los alimentos, la gobernanza indiferente y la corrupción generalizada", dijeron en un comunicado publicado por Vatican News 15 de febrero.
Los obispos de la provincia eclesiástica de Ibadan, que incluye la Arquidiócesis de Ibadan y las Diócesis de Ilorin, Ondo, Oyo, Ekiti y Osogbo, afirmaron que la vida cotidiana "se está convirtiendo rápidamente en una prueba dura para millones de nigerianos debido a la pobreza generalizada, impulsada por el duro entorno, que ha llevado a muchos a la desesperación e incluso al suicidio".
Sería "hipócrita", dijeron, culpar "de toda la miseria que sufren hoy los nigerianos" a una economía mundial en constante cambio.
"La verdad es que a menudo los nigerianos simplemente son abandonados a su suerte y a merced de los criminales más crueles y agresivos por parte de líderes políticos y civiles ineptos y egoístas", afirmó. "Pedimos una acción urgente por parte de todos nuestros líderes para evitar que el barco de Nigeria se hunda".