BUENOS AIRES -- Ocho sacerdotes han sido trasladados a una prisión conocida por ser un lugar de torturas y condiciones deplorables, en un momento en que el régimen nicaragüense intensifica la represión contra la Iglesia católica.

Los religiosos fueron trasladados el 15 de octubre a la prisión de El Chipote, en las afueras de la capital del país, Managua, después de haber estado bajo arresto domiciliario en el Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima, según fuentes que hablaron con la organización de noticias independiente nicaragüense La Prensa.

Seis de los sacerdotes habían sido secuestrados por la policía y los paramilitares en sus parroquias y residencias parroquiales entre el 1 y el 9 de octubre en las Diócesis de Estelí, Jinotega y Bluefields.

Otros dos sacerdotes de la Diócesis de Estelí, retenidos en el seminario, también fueron trasladados a El Chipote, según La Prensa. Los sacerdotes fueron identificados como el padre Osman Amador Guillén, director de Cáritas diocesana, que fue sacado de la residencia de la catedral el 8 de septiembre, y el padre Eugenio Rodríguez Benavides.

El padre Rodríguez y otro sacerdote de la Diócesis de Estelí, el padre Leonardo Guevara, fueron detenidos en mayo por "asuntos administrativos" en el extinto capítulo diocesano de Cáritas.

El padre Guevara fue puesto en libertad y se reincorporó a sus funciones en la catedral de Estelí, informó el 6 de octubre la agencia española de noticias EFE.

El capítulo de Cáritas fue uno de los muchos proyectos caritativos y educativos de la Iglesia -- y de otras más de 3.500 organizaciones no gubernamentales -- cerrados por el régimen del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

La pareja gobernante ha tachado a sacerdotes y prelados de "terroristas" y ha roto lazos con el Vaticano después de que el Papa Francisco calificara al régimen de "hitleriano".

Las autoridades nicaragüenses no han comentado públicamente los traslados a El Chipote, que abogados y defensores de los derechos humanos describen como una "cámara de tortura" donde los reclusos permanecen en "penumbra" y se les niega alimentación y tratamiento médico adecuados.

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión tras un juicio plagado de irregularidades, se encuentra recluido en la cárcel La Modelo, también conocida por sus malas condiciones. El régimen exilió en febrero a 222 presos políticos, muchos de ellos recluidos en El Chipote, pero el obispo Álvarez se negó a abandonar el país.

El traslado de los sacerdotes recluidos en el seminario nacional a El Chipote se produjo tras conocerse la noticia de que otro eclesiástico se había librado del arresto domiciliario. El padre Harving Padilla, párroco en una iglesia de de Masaya, escapó del seminario arquidiocesano de Managua tras 16 meses de detención allí. Posteriormente huyó del país el 28 de septiembre, según el medio nicaragüense Confidencial.

Actualmente hay 13 sacerdotes encarcelados en Nicaragua, incluido el obispo Álvarez, informó La Prensa. La mayoría de los sacerdotes encarcelados pertenecen a la diócesis de Estelí, donde el obispo Álvarez es administrador apostólico.