ROMA - Tras denunciar que fue "perseguido" y "acosado" por la policía el jueves, un obispo de Nicaragua se declara en huelga de hambre "indefinida" hasta que las autoridades le aseguren, a través de la conferencia episcopal, que tanto él como su familia están a salvo.
"Hoy he sido perseguido durante todo el día por la policía sandinista, desde la mañana hasta esta hora de la noche y en todo momento, durante todos mis desplazamientos durante el día", dijo el obispo Rolando Álvarez, de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí.
El prelado dijo que cuando trató de averiguar con los agentes por qué lo perseguían y les pidió que se comunicaran con el jefe de la Policía, Francisco Díaz, los agentes entraron a la casa donde estaba con su familia.
"Entraron en mi círculo de intimidad familiar, llegaron a mi domicilio particular, el de mis padres, poniendo en riesgo la seguridad de mi familia", dijo. Ante lo ocurrido, se dirigió a Managua, donde fue acogido en la parroquia del Santo Cristo de Esquipulas, en Las Colinas.
Álvarez ha sido uno de los más fuertes críticos del régimen del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, quienes el año pasado encarcelaron a decenas de líderes políticos y sociales después de que expresaran su oposición al gobierno o declararan sus intenciones de postularse a la presidencia. Se sumaron a los cientos de disidentes que fueron encarcelados en 2018, tras una serie de protestas en el país.
"Inicio un ayuno con agua y suero (indefinido) hasta que la Policía Nacional a través del presidente o vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua me haga saber que respetará mi círculo familiar y mi privacidad", dijo el obispo.
Álvarez invitó a los fieles de ambas diócesis a ayunar y rezar ante el Santísimo por su seguridad. La policía le dijo que le seguía "por su propia seguridad", a lo que él dijo, en el vídeo transmitido en directo por Facebook, que "todo el mundo sabe que, en Nicaragua, los que nos hacen sentir inseguros con esta persecución son ustedes, hermanos policías".
El prelado exhortó a los fieles a "adorar al Santísimo Sacramento, a rezar, a cantar, a alabar al Señor y a ayunar el tiempo que consideren conveniente. También a hacer vigilias unidas a este servidor. Estaré en oración y haré exorcismo desde aquí".
Este miércoles, el padre Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Divina Misericordia de Matagalpa, dijo que agentes de la policía lo asediaron cuando estaba en la Nunciatura Apostólica en Managua.
Asimismo, el padre Harving Padilla, de la iglesia San Juan Bautista en el departamento de Masaya, ha sido acosado por policías y paramilitares, que lo han amenazado con detenerlo y responsabilizarlo de la muerte del policía Gabriel Vado Ruíz, incinerado en un retén en 2018 por paramilitares.
A principios de este mes, los diputados de dos comisiones de la Asamblea Nacional discutieron sobre "los religiosos y directores de organizaciones de derechos humanos que estuvieron involucrados en la aventura golpista."
Tras estas "discusiones", el gobierno de Ortega expresó su intención de encarcelar a los sacerdotes por supuesta "traición". Los dirigentes del régimen se han referido en el pasado a la jerarquía católica como terroristas, golpistas y engendros del diablo.