Monseñor Rolando Álvarez y José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla. (Twitter José Ángel Saiz Meneses)
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, compartió dos fotografías con Monseñor Rolando Álvarez, las primeras públicas desde que fue excarcelado y expulsado de Nicaragua en enero pasado. Según el arzobispo, Monseñor Álvarez realizó una visita de cortesía y descanso en su arzobispado, aunque no se especificó la fecha exacta.
Monseñor Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, fue condenado en febrero de 2023 a 26 años y 4 meses de prisión por delitos considerados traición a la patria. En febrero de 2023, se negó a subirse a un avión que lo llevaría a Estados Unidos junto con otros 222 presos políticos nicaragüenses, lo que provocó la indignación del presidente Daniel Ortega.
Tras pasar más de 500 días encarcelado- incluídos seis meses en prisión domiciliaria-, Monseñor Álvarez fue exiliado a mediados de enero de este año junto con otros clérigos nicaragüenses, gracias a las gestiones de la Santa Sede y del Papa Francisco. Álvarez ha sido una figura destacada en la defensa de los derechos humanos en Nicaragua, enfrentando la represión del gobierno sandinista, que ha llevado a la expulsión y encarcelamiento de numerosos sacerdotes, así como a la prohibición de actividades religiosas.
Durante su estancia en Sevilla, Monseñor Álvarez visitó el Palacio Arzobispal, el Seminario, la Catedral y la Casa Sacerdotal. Esta visita resalta la continua solidaridad y apoyo de la Iglesia Católica a sus miembros perseguidos y exiliados, subrayando la importancia del diálogo y la defensa de la fe y los derechos humanos frente a la adversidad.
La Iglesia Católica en Nicaragua ha sido un blanco constante del gobierno de Daniel Ortega, quien ha criticado a la institución como una "dictadura perfecta" y ha acusado a sus obispos de conspirar para dar un golpe de estado. Ortega ha atacado verbalmente a los sacerdotes, llamándolos "demonios con sotana" y acusándolos de incitar a la violencia durante las protestas de 2018, en las que murieron más de 300 personas.
Las relaciones entre el gobierno de Ortega y la Iglesia Católica han sido extremadamente tensas, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, y la suspensión de actividades religiosas.
La creciente represión contra la Iglesia en Nicaragua lleva más de 740 ataques contra la Iglesia desde 2018, y la expulsión, destierro o prohibición de entrada al país de 176 sacerdotes y religiosas, según investigaciones de la abogada Martha Molina, experta en temas de la Iglesia nicaragüense y exiliada en Estados Unidos. Desde la desaparición de
El pasado agosto Ortega ordenó la disolución en el país de la Compañía de Jesús, los jesuitas, orden a la que pertenece el propio papa Francisco, además de expropiar todo su patrimonio. El gobierno también expulsó a un grupo de religiosas de la Madre Teresa, y cerró las oficinal de Cáritas.