ROMA – El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Oscar Ojea, afirmó este domingo que en su país se discute de poder pero no “un proyecto de nación, no discutimos a dónde vamos, no pensamos a dónde tenemos que ir”.

Según el prelado, hay una concordancia en la actitud de los apóstoles de Jesús que concebía a Jesús “como un Mesías que les iba a dar el poder, el poder concreto, el poder temporal,” con la de los argentinos que muchas veces “caemos solo en la trampa de las discusiones de poder, sin animarnos a pensar juntos lo esencial, hacia dónde vamos”.

La reflexión de Ojea viene una semana después de las elecciones primaras obligatorias de Argentina, en las que la oposición sacó una amplia ventaja por sobre los candidatos del gobierno nacional en virtualmente todas las provincias. Esto desató una serie de cambios apresurados en el gabinete del Presidente Alberto Fernández y la vice presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en una clara predisposición a cambiar de rumbo e intentar revertir el resultado en las elecciones de noviembre.

Ojea, que grabó su reflexión en un video posteriormente transmitido por redes sociales, inspirado en el Evangelio de este domingo, refiriéndose a la actitud de los discípulos ante las palabras del Señor Jesús, que “abre el corazón a sus apóstoles como un verdadero amigo y les dice: ‘voy a ser entregado en manos de los hombres, me van a matar y al tercer día voy a resucitar’”.

El presidente del episcopado argentino dice también que “mientras el Señor está confiando esta realidad trágica que él va a vivir, sus amigos comienzan a hablar de otra cosa, no le quieren preguntar sobre este tema, entre ellos comienzan a preguntarse quién va a ser el más importante en el Reino. Empiezan a discutir poder”.

Según el obispo de San Isidro, los apóstoles “concebían a Jesús como un Mesías que les iba a dar el poder, el poder concreto, el poder temporal”. El prelado argentino insiste en que “entonces aparece la vanidad de cada uno, quien va a ocupar el primer lugar, aparecen las comparaciones, aparece el creerse superior al otro, esta cosa tan humana… Ellos lo siguen a Jesús, todavía por una ideología”.

Frente a eso, “Jesús les propone el servicio, el servicio que supera a toda ideología: ‘entre ustedes el primero debe ser el último de todos y el servidor de todos el que quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos’”, afirmando que “lo que viene a traer Jesús, no la lógica de la ideología sino la lógica del servicio”.

Es en este contexto que el prelado reflexionó sobre la realidad argentina, país del papa, diciendo que también en esta tierra “discutimos poder, no discutimos proyecto de Nación, no discutimos a dónde vamos, no pensamos a dónde tenemos que ir, no nos podemos poner a pensar juntos, sino que discutimos poder, poder mediático, poder económico, poder político”.

Como ocurrió con Jesús, que “se desangraba tratando de comunicarse con ellos para que lo entendieran”, frente a la lucha de poder de los discípulos, Mons. Ojea afirmó que “también muchas veces nosotros -y también en la Argentina- caemos solo en la trampa de las discusiones de poder, sin animarnos a pensar juntos lo esencial, hacia dónde vamos”.

Desde hace meses los ánimos están crispados en Argentina, donde casi la mitad de la población vive en la pobreza, la corrupción política está a la orden del día, al igual que la impunidad. Por este motivo, muchos de los obispos este fin de semana hicieron un llamado al diálogo y la concordia durante sus homilías.

Por ejemplo, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, dijo que, ante la realidad de una sociedad muy dividida y “que tiende con frecuencia a la violencia verbal, a la agresión y a la descalificación en todos los niveles de la vida social, necesitamos cultivar una vez más los valores de la convivencia en la diferencia, del respeto mutuo, de la conversación constructiva, del aprecio del valor del otro como ser humano más allá de la diversidad de opiniones.”

A su vez, tomando las palabras de Jesús, dijo: “Quien quiera ser el primero que se haga el servidor de todos”, y afirmó que “son palabras que invitan a dejar de obsesionarse por el propio yo, en esa egolatría que siempre genera violencia, para optar por el ideal del servicio, de la generosidad, del aporte constructivo”.

Cuatro días antes, a través de una columna de opinión en el diario argentino La Nación, el arzobispo critico duramente al presidente por el manejo de la pandemia del coronavirus y por sus prioridades.

"Por amor a esta Patria herida, muchos esperamos que el Presidente pueda revisar a tiempo su agenda de prioridades, para evitar una debacle que terminaría dañando todavía más a nuestro pueblo", escribió Fernández, añadiendo: "Lo hemos visto muy entretenido con el aborto, la marihuana y hasta la eutanasia, mientras los pobres y la clase media tenían otras hondas angustias que no obtenían respuesta".

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