ROMA -- La diversidad de la Iglesia católica en Estados Unidos requiere que ésta desarrolle un enfoque culturalmente sensible para prevenir los abusos, afirmó un experto en salvaguardia.
Aunque la Iglesia estadounidense, al igual que la europea, cuenta con estructuras para promover la salvaguardia (o prevención de abusos) en mayor medida que las iglesias con menos recursos, "hay aspectos culturales que deben tenerse en cuenta", dijo el jesuita padre Hans Zollner, presidente del Instituto de Antropología: Estudios Interdisciplinarios sobre la Dignidad y el Cuidado Humanos, de la Pontificia Universidad Gregoriana.
"Cuanto más diversa es una sociedad y una iglesia local, más necesita respetar las diferentes culturas, lenguas, hábitos y mentalidades que están representadas", dijo a Catholic News Service el 18 de junio al margen de una conferencia internacional sobre salvaguardia organizada por el instituto.
Dada la diversidad dentro de la Iglesia estadounidense, ésta debe "ser consciente de que hay diferentes tipos de (formas de) establecer relaciones, de interactuar y de expresarse, en diferentes partes del mundo", dijo el padre Zollner.
Según un informe de 2023 del Pew Research Center, el 57% de los católicos estadounidenses son blancos no hispanos, mientras que el 33% son hispanos, el 4% asiáticos, el 2% negros y el 3% de otra raza.
La diversidad racial, étnica y cultural en las iglesias de EE.UU. plantea el reto de comunicar la sensibilidad en torno a la salvaguardia de manera que trascienda las diferencias culturales, dijo.
"Cuando hablamos con personas de diferentes orígenes, ¿hablamos realmente el mismo lenguaje en lo que respecta a la sexualidad, al acoso? ¿Cómo nos acercamos a la gente, cómo nos relacionamos, hablamos de temas difíciles?", preguntó el padre Zollner.
Dijo que la Iglesia en Estados Unidos debe hacer un esfuerzo significativo "para que estas etnias tengan más probabilidades de incorporarse, y para que la gente no tenga la impresión de una especie de 'neocolonialismo' al limitarse a aplicar el mismo tipo de estructura, lenguaje o programas educativos a personas que tienen un punto de vista diferente".
"La ley y las directrices son importantes", dijo, "pero la ley no cambia el corazón. No cambia automáticamente la mentalidad".
El padre Zollner subrayó la necesidad de que la Iglesia "aprenda a narrar la intención de las directrices. Y la narración tiene que venir en símbolos, en lenguaje, que pueda entenderse sobre el terreno".
En muchas culturas, por ejemplo, la sexualidad es "un completo tabú en el debate público" y, como resultado, "la gente no tiene el valor de hablar de esto y no se educa en la familia, las escuelas o las religiones para hacerlo".
Aun así, sostuvo que la Iglesia Católica sigue siendo líder en materia de protección contra los abusos, ya que "ninguna religión ni confesión ha hecho los mismos progresos en la actividad de salvaguardia, lo que significa establecer directrices para todo tipo de instituciones, (y) la formación del personal, a tiempo completo o voluntario".
Pero aún así, la implementación por parte de la Iglesia de las prácticas de salvaguardia está "lejos de ser perfectas y lejos de ser coherentes", dijo el padre Zollner.
"En muchos lugares, no aplicamos nuestra propia ley", por ejemplo, a la hora de abordar el encubrimiento de abusos, dijo, lo cual es "un fallo institucional de gran importancia porque socava la credibilidad del mensaje evangélico".
Aunque el padre Zollner elogió la amplia labor ya realizada por la Iglesia católica para prevenir los abusos, él señaló que la Iglesia a menudo no colabora en la salvaguardia con otras religiones, confesiones, el Estado y organizaciones no gubernamentales. Y recalcó que "somos el mayor actor en este campo, por lo que tenemos una obligación especial".