Los migrantes que llegaron a Ciudad Juárez en los últimos años han permanecido estancados en esta ciudad fronteriza mexicana sin poder solicitar asilo en Estados Unidos, quedando vulnerables a delitos como secuestro, robo, y extorsión.

Durante la administración del expresidente Donald Trump hubo una drástica reducción de categorías para solicitar asilo. Muchos solicitantes de asilo se vieron obligados a esperar en México mientras sus casos se escuchaban en tribunales estadounidenses. Sin embargo, con la pandemia, la gente fue rechazada inmediatamente o expulsada.

Todas estas dificultades causaron angustia, manifiestan activistas que trabajan con migrantes.

"Había gente que por dos años había estado en Ciudad Juárez y estaba teniendo muchos problemas emocionales debido a esa situación", expresó María Sajquim de Torres de Servicios Jesuitas a Refugiados (o JRS por sus siglas en inglés).

La difícil situación psicológica que enfrentan los migrantes, dijo Sajquim, comenzó antes de la toma de posesión del presidente Joe Biden en enero, pero ha continuado bajo su administración.

"La gente llegó a un nivel de desesperación muy grande", explicó Sajquim a Catholic News Service.

El Servicio Jesuita a Refugiados ha iniciado un programa para estos migrantes y solicitantes de asilo en Ciudad Juárez. Este programa, llamado "Caminar Contigo", tiene como objetivo brindar apoyo psicológico, ya que las reglas para solicitar asilo siguen siendo inciertas.

"Los problemas en la frontera de Estados Unidos y México a menudo han dejado a miles de personas, sin nombre y sin rostro, en los titulares de nuestros periódicos, pero son nuestros hermanos y hermanas, y estamos comprometidos a caminar con ellos, reconociendo su inherente dignidad y mostrándoles nuestra solidaridad y apoyo", dijo Patricia Hernández López, directora de JRS de México, en un comunicado el 21 de abril.

Esta iniciativa surge cuando los migrantes están llegando a la frontera de Estados Unidos y México en números cada vez mayores, huyendo de la pobreza, la violencia, y el impacto desastroso de los huracanes gemelos que azotaron a Centroamérica.

Sajquim señaló que muchos están llegando con la esperanza de ingresar rápidamente a Estados Unidos debido al cambio de gobierno en enero.

"Aunque pareciera que cambió la situación (y) que hay una imagen más positiva," sostuvo Sajquim, "en realidad las prácticas no han cambiado mucho. La gente sigue siendo expulsada a México".

Sajquim dijo que los migrantes aún son expulsados a Ciudad Juárez. A veces, dijo, los funcionarios estadounidenses transportan en avión a migrantes de otras partes de la frontera a la vecina ciudad de El Paso, Texas, y luego los liberan en Ciudad Juárez.

Con la nueva iniciativa para atender las necesidades psicológicas de los migrantes, Sajquim dijo que intenta establecer contacto con ellos.

"Hablo con ellos por algún tiempo, es mínimo, obviamente, y no es suficiente, pero la idea es entrar en contacto con ellos y así dar un (poco de) alivio", agregó.