El próximo domingo 25 de julio se llevará a cabo la primera Jornada Mundial de los abuelos y las personas mayores instituida por el Papa Francisco, una oportunidad para revalorar a quienes son los primeros encargados en orientar la fe dentro de los hogares, afirmó Mons. Dario Gervasi, Obispo Auxiliar delegado para la pastoral familiar de la Diócesis de Roma.
Ante esto, el obispo auxiliar delegado para la pastoral familiar de la Diócesis de Roma, Mons. Dario Gervasi, destacó la importancia de esta primera Jornada Mundial de los abuelos y las personas mayores que se realizará cada año el cuarto domingo de julio, en la cercanía a la fiesta de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús.
Según el calendario vaticano, el Santo Padre podría presidir una Misa en la Basílica de San Pedro a las 10:00 a.m., pero aún no se ha confirmado oficialmente.
Se trata de una ocasión importante para “valorizar el rol de los abuelos y de los ancianos en la familia y la Iglesia” porque resalta “la importancia de cada uno, en cada edad de la vida”, dijo Mons. Gervasi.
Por ello, la Eucaristía estará dedicada en forma especial “a aquellos que están llamados más que nadie a cuidar las raíces y que en una familia representan el primer eslabón de la cadena de una genealogía, capaz de marcar y orientar nuestra fe y hacernos reconocer de dónde venimos”, añadió el obispo delegado para la pastoral familiar.
Por su parte, el vicario del Papa para la Diócesis de Roma, Cardenal Angelo De Donatis, alentó en una carta a que en cada parroquia se lleve a cabo una celebración en la que se rece especialmente por los ancianos, tal y como lo pidió el Papa Francisco.
Con ocasión de esta jornada mundial, el Cardenal De Donatis pidió también que las personas se acerquen a las casas donde viven personas mayores, involucrando a los jóvenes, y entreguen el mensaje del Papa que dirigió para los ancianos.
Mensaje del Papa Francisco
El tema de la primera Jornada Mundial de los abuelos y de las personas mayores es: “Yo estoy contigo todos los días”, es una frase de Jesús narrada en el Evangelio de San Mateo.
En el texto, el Santo Padre alienta a las personas ancianas a proclamar el Evangelio a las jóvenes generaciones “no importa la edad que tengas, si sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos. Es necesario ponerse en marcha y, sobre todo, salir de uno mismo para emprender algo nuevo”, dijo.
Además, el Papa reconoció que actualmente “es un momento difícil” porque “la pandemia ha sido una tormenta inesperada y violenta, una dura prueba que ha golpeado la vida de todos, pero que a nosotros mayores nos ha reservado un trato especial, un trato más duro”.
“Muchos de nosotros se han enfermado, y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo”, reconoció el Papa Francisco.
Sin embargo, el Santo Padre destacó la importancia de que se realice por primera vez en este año “después de un largo aislamiento y una reanudación todavía lenta de la vida social” y pidió que “cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada persona mayor -sobre todo los que están más solos- reciba la visita de un ángel”.
En esta línea, el Pontífice recordó que “Jesús dice a los Apóstoles: Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado’ y añadió que “estas palabras se dirigen también hoy a nosotros y nos ayudan a comprender mejor que nuestra vocación es la de custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños”.
“Pido al Señor que, gracias también a su ejemplo, cada uno de nosotros ensanche su corazón y lo haga sensible a los sufrimientos de los más pequeños, y capaz de interceder por ellos. Que cada uno de nosotros aprenda a repetir a todos, y especialmente a los más jóvenes, esas palabras de consuelo que hoy hemos oído dirigidas a nosotros: ‘Yo estoy contigo todos los días’. Adelante y ánimo. Que el Señor los bendiga”, escribió el Papa.