CIUDAD DE MÉXICO -- Las autoridades nicaragüenses desalojaron a un equipo de jesuitas de su residencia en la capital, Managua, poco después de confiscar una prestigiosa universidad a la orden religiosa, un acto que la Compañía de Jesús calificó de "espectáculo".

Los jesuitas, que trabajaban en la Universidad Centroamericana, conocida localmente como UCA, antes de su confiscación el 15 de agosto, fueron notificados del desalojo a primera hora de la tarde del 19 de agosto, según un comunicado de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe.

"Después de que los jesuitas les mostraran el título, que probaba que la propiedad no pertenecía a la universidad, los agentes no aceptaron la documentación y les ordenaron desalojar la casa", dice el comunicado.

"Este es un espectáculo más en el que la verdad, la justicia y el respeto a los derechos inalienables de los seres humanos se enfrentan a medidas que pretenden acallar las voces que se alzan y apoyan la lucha por un país en el que se respeten los derechos de todas las personas, su integridad y su deseo de vivir libremente".

Los seis jesuitas abandonaron la casa con sólo unas pocas pertenencias personales cada uno y se dirigieron a la residencia de otra comunidad jesuita en Managua, según un comunicado de la provincia jesuita de América Central.

El desalojo puso de relieve la última indignidad para los católicos en Nicaragua, donde el régimen del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, ha tachado de "terroristas" a los obispos de la Iglesia católica, ha encarcelado y exiliado al clero y ha expulsado a órdenes religiosas, incluidas las Misioneras de la Caridad.

La toma de la UCA provocó indignación en toda la región, y líderes y organizaciones católicas enviaron declaraciones de solidaridad.

El gobierno de Estados Unidos impuso restricciones de visado a 100 funcionarios nicaragüenses, "que participaron en los esfuerzos por reprimir a las organizaciones de la sociedad civil, cerrar espacios cívicos como el de la Universidad Centroamericana y detener injustamente a personas valientes que apoyan una sociedad civil libre, incluido el obispo Rolando Álvarez", según una declaración del 19 de agosto.

El obispo Álvarez cumplió un año de su detención el 19 de agosto de 2022 en un allanamiento de la curia diocesana en la ciudad de Matagalpa. Dos semanas antes, el 4 de agosto, la policía rodeó el edificio de la curia e impidió al obispo Álvarez salir de él. Posteriormente fue declarado culpable y condenado a 26 años de prisión tras un juicio simulado en el que no pudo elegir a su propio abogado defensor.

El régimen de Ortega-Murillo cerró la UCA después de que un tribunal acusara a la institución, de 63 años de antigüedad, de "terrorismo" y "organización de grupos criminales", y ordenara el embargo de sus bienes. El régimen no tardó en cambiar el nombre de la universidad, nombrar nuevos dirigentes e izar la bandera del partido sandinista fuera del campus.

Al menos 27 universidades -incluidas otras instituciones católicas- han sido incautadas en Nicaragua, según un comunicado de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina.

Los observadores acusaron al régimen de guardar rencor a la universidad por su papel en las protestas de 2018, que pedían la destitución de Ortega. Las autoridades de la escuela abrieron el campus a los manifestantes heridos que huían de la policía y los paramilitares.

"Ha sido una voz crítica frente al autoritarismo de Ortega y (...) quisieron castigar a la UCA porque en ocasiones apoyó a las víctimas de la represión nicaragüense", dijo a medios locales el padre jesuita José María Tojeira, exrector de la escuela hermana de la UCA en El Salvador.

"Ciertamente, la Compañía de Jesús va a sobrevivir al gobierno sandinista... y algún día volveremos a Nicaragua", añadió el padre Tojeira. "Pero, lamentablemente, están luchando contra la inteligencia, la educación y el conocimiento, y procediendo de forma muy autoritaria."

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David Agren escribe para OSV Noticias desde Ciudad de México.