ROMA – Llegaron a Roma, acompañados por los obispos canadienses, tres delegaciones de pueblos indígenas canadienses que se reunirán esta semana con Francisco en el Vaticano para describirle al Papa los abusos cometidos contra ellos por sacerdotes y trabajadores escolares católicos.
Momentos después de su encuentro con Francisco, un grupo de indígenas Métis dijo a los periodistas que habían invitado al Papa a "nuestro camino de la verdad, la justicia y la curación" y que ahora le corresponde a él y a todos los católicos comprometerse con este proceso.
Según dijeron, durante la audiencia el pontífice repitió en inglés las tres palabras "verdad, justicia, curación".
La comitiva espera también que Francisco se disculpe públicamente por el rol de la Iglesia católica en los polémicos colegios residenciales, financiados por el estado, pero dirigidos por la Iglesia y por otros movimientos cristianos.
Desde 1863 hasta 1947, más de 150.000 niños indígenas fueron separados de sus familias y trasladados a estas escuelas diseñadas para asimilar a los nativos. A menudo se les prohibía hablar su propia lengua y muchos fueron maltratados, golpeados y abusados sexualmente.
Una comisión creada en 2008 descubrió que muchos nunca regresaron a sus hogares. En el 2015, el gobierno canadiense se disculpó por los errores del pasado, el informe de Verdad y Reconciliación publicado ese año habló de "genocidio cultural".
Los encuentros de los 32 representantes de las Primeras Naciones, los inuit y los mestizos con el Papa Francisco tendrán lugar entre los días 28 y 31 de marzo. Fueron organizadas por la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Canadiense. El viaje estaba previsto inicialmente para el mes de diciembre, pero se retrasó por la pandemia del COVID-19.
“El 1 de abril tendrá lugar la Audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, con la participación conjunta de las distintas delegaciones y de la Conferencia Episcopal Canadiense, durante la cual el Papa tendrá la oportunidad de dirigirse a ellas", dijo el portavoz del Vaticano Matteo Bruni.
Entre los miembros de las tres naciones que viajaron a Roma se encuentran jefes, supervivientes, ancianos, guardianes del conocimiento y jóvenes, y tienen una enorme responsabilidad: compartir las historias y el impacto de más de 150 años de genocidio cultural a través de 139 instituciones eclesiásticas y estatales de todo el país.
El gobierno canadiense ha admitido que los abusos físicos y sexuales eran generalizados en estas instituciones, y que los estudiantes eran golpeados por hablar sus lenguas nativas. Este legado de abusos y aislamiento ha sido citado por los líderes indígenas como una de las causas principales de las altas tasas de alcoholismo y drogadicción en las reservas.
Casi tres cuartas partes de las 130 escuelas residenciales fueron dirigidas por congregaciones misioneras católicas.
El pasado mes de mayo, la nación Tk'emlúps te Secwépemc anunció el descubrimiento de unas 215 tumbas cerca de Kamloops (Columbia Británica), halladas mediante un radar de penetración terrestre. Fue el mayor internado indígena de Canadá, y el descubrimiento de las tumbas fue el primero de numerosos hallazgos en todo el país.
Incluso antes de que se descubrieran estos lugares, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá pidió específicamente se ofreciera una disculpa papal en suelo canadiense, por el rol que la Iglesia Católica tuvo en los "abusos espirituales, culturales, emocionales, físicos y sexuales de los niños de las Primeras Naciones, inuit y mestizos en los internados católicos".
"Es una tarea inmensa", dijo Cassidy Caron, delegada y presidenta del Consejo Nacional Métis, refiriéndose al encuentro con Francisco. "¿Cómo representamos lo mejor posible a una nación con ocho personas?".
Más allá de la audiencia del viernes, los tres grupos tendrán reuniones privadas con el Papa Francisco el lunes y el jueves, que serán a puerta cerrada.
El pasado mes de octubre, Francisco aceptó visitar Canadá, aunque no se han fijado fechas oficiales.
Cuando una delegación de la Asamblea de las Primeras Naciones viajó al Vaticano en 2009 para reunirse con el entonces Papa Benedicto XVI, el pontífice les habló en una reunión privada de su "angustia personal" por los abusos sufridos por los niños indígenas en los internados gestionados por la Iglesia.
Lo que en su momento se calificó como una expresión de profundo y sincero arrepentimiento ya no se considera suficiente: el año pasado se descubrieran en la Columbia Británica unas 200 tumbas sin marcar y sin documentar de niños de lo que fue el mayor internado indígena de Canadá.
Los niños que asistían a estas instituciones eran despojados de sus lenguas y cultura nativas y a menudo eran obligados a convertirse al cristianismo. Se han documentado abusos generalizados en las escuelas, y se ha informado de hasta 6.000 muertes.
El otoño pasado, luego del descubrimiento de las tumbas sin marcar cerca de Kamloops, los obispos católicos de Canadá, como conferencia, pidieron "inequívocamente" perdón a los pueblos indígenas por el sufrimiento que padecieron en los internados. Ahora, según los supervivientes y sus aliados, es hora de que el Papa Francisco haga lo mismo.
Ahora, los líderes indígenas esperan una disculpa pública del Papa Francisco, y funcionarios del gobierno, incluido el primer ministro Justin Trudeau, apoyan su causa. Pero más que una disculpa, los representantes indígenas también esperan ser escuchados por el líder de la Iglesia Católica.
El argentino ha hablado a menudo de los pueblos indígenas, no sólo del impacto negativo que la colonización ha tenido en sus culturas, sino también de las bendiciones, la sabiduría y la perspicacia de las tradiciones indígenas, y de la inspiradora relación que suelen tener con la tierra y la creación de Dios.
Se espera que el encuentro de Francisco con los indígenas tenga el poder movilizador que tuvo su primer encuentro con víctimas de abuso sexual por parte del clero en 2014, en el Vaticano. Esa reunión marcó un antes y un después en su relación con los supervivientes. Y muchos de los que están en Roma esta semana esperan la visita a Canadá tenga lugar en el futuro cercano, y que incluya paradas en tierras indígenas.
"Lo que realmente impulsó las cosas fue Kamloops", dijo Phil Fontaine, que fue jefe nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones y encabezó la delegación que se reunió con el papa Benedict. "Llamó la atención de mucha gente".
Fontaine, de 77 años, dijo que él y sus compañeros sufrieron abusos físicos y sexuales cuando era un niño en la Escuela Residencial India de Fort Alexander, en Manitoba, donde se le prohibió ver a su familia excepto durante dos horas los domingos, a pesar de que vivían cerca.
"Por fin los canadienses dicen: 'Oh, así que es verdad. Esto es lo que ocurría en los internados'", añadió. "Y creo que eso ha ejercido mucha presión sobre la Iglesia católica y el Vaticano. Hay que tener en cuenta que el propio primer ministro pidió a Francisco que se disculpara".
El arzobispo de Regina, Don Bolen, dijo que aunque apoya la petición de disculpas, reconoce que ha habido opiniones divergentes dentro de la iglesia.
"Creo que lo principal que tiene que ocurrir es que los delegados indígenas... tengan la oportunidad de hablar con su corazón al Papa Francisco, y que él tenga la oportunidad de escucharlos y oírlos de verdad", dijo Bolen.
Dijo que el Papa Francisco está comprometido a "trabajar con las personas que han sido perseguidas, que han sufrido mucho."
La Conferencia Canadiense de Obispos Católicos se ha comprometido a recaudar 30 millones de dólares para un Fondo de Reconciliación Indígena que ayude a realizar reparaciones.