La Asamblea Nacional de Hungría enmendó el martes 15 de diciembre la definición de familia en su Constitución, lo que permitió que se prohíba la adopción de menores de edad por parte de parejas del mismo sexo.
La nueva constitución húngara define a la familia como “basada en el matrimonio y la relación entre padres e hijos. La madre es una mujer, el padre un hombre”, y dispone de este modo que solo los matrimonios heterosexuales puedan adoptar niños.
La adopción por parejas del mismo sexo era posible hasta ahora si una de las parejas se presentaba como persona soltera. Si bien Hungría nunca ha permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo, reconoce las uniones civiles.
“Hungría defiende el derecho de los niños a identificarse con su género de nacimiento y asegura su crianza basada en la identidad constitucional de nuestra nación y los valores basados en nuestra cultura cristiana”, continúa el nuevo texto.
El gobierno del primer ministro, Viktor Orban, propuso la reforma constitucional a principios del 2020, y su partido Fidesz tiene una mayoría de dos tercios en el parlamento.
El Gobierno húngaro se ha destacado desde hace algunos años por su lucha por la vida, la familia, y en contra de la ideología de género.
El martes 19 de mayo de 2020 el Parlamento húngaro aprobó una ley que impide el avance de la ideología de género al rechazar el registro del “cambio de sexo” de transexuales en su documento de identidad.
La norma establece que en los documentos oficiales debe registrarse el sexo biológico, determinado por los cromosomas, y que este dato no puede modificarse.
En 2018, Hungría decidió dejar de financiar y acreditar universidades para sus programas de maestría y doctorado en estudios de género porque esta disciplina “es una ideología y no una ciencia”, y porque la demanda laboral de los graduados era “cercana a cero”.
En junio del mismo año la ministra de Familia, Juventud y Asuntos Exteriores de Hungría, Katalin Novak, dio una conferencia en la Academia Juan Pablo II para la Vida y la Familia, en Roma, en la que explicó cómo las políticas profamilia del país habían mejorado la situación de las familias entre 2010 y 2017.
En comparación con 2010, en el 2017 hubo más nacimientos (91.600 frente a 90.335), más matrimonios (50.600 frente a 35.520) y un mayor porcentaje de empleo femenino (de 50,2% al 61,3%); y por otro lado, el número de abortos cayó (de 40.449 a 28.500), así como el número de divorcios (de 23.800 a 18.600).
Unos meses antes, la ministra afirmó que “tener hijos es el camino viable para sobrevivir como sociedad”. En ese sentido, en febrero de 2019, el primer ministro Orbán anunció que las mujeres con cuatro hijos o más estarán exentas de pagar el impuesto a la renta de por vida.