ROMA – Seis meses después de recibir un informe sobre las respuestas a los abusos sexuales de menores por parte del clero que había sido encargado por la archidiócesis de Colonia, en Alemania, el Papa Francisco suspendió por seis meses al cardenal Rainer Maria Woelki por “serios errores”.

El comunicado publicado por la nunciatura apostólica en Alemania- disponible exclusivamente en alemán- añade que el Francisco recibió la semana pasada al cardenal de Colonia para una “larga conversación”, al término de la cual decidió no aceptar la renuncia a su cargo de arzobispo, presentada por Woelki.

Pero antes de volver al trabajo, el purpurado estará suspendido por seis meses, período durante el cuál deberá reflexionar sobre su futuro. Mientras tanto, la archidiócesis queda en manos del obispo auxiliar Rolf Steinhäuser como administrador apostólico.

Mientras esté suspendido de su cargo como arzobispo de Colonia, Woelki no podrá intervenir en los debates del camino sinodal en curso en Alemania.

El informe sobre la gestión de los abusos, encargado en 2018 por el propio Woelki a un estudio de abogados, no señalaba encubrimiento ni negligencias por parte del cardenal, pero sí de su predecesor -el cardenal Joachim Meisner, fallecido en 2017-, y de otros altos cargos diocesanos. En total, al menos en 79 casos la archidiócesis no actúo de manera adecuada.

Pero Woelki decidió, por temor a las repercusiones, retrasar la publicación del informe, y se comportó de modo poco sensible para con las víctimas.

La decisión de Francisco, anunciada el viernes, responde también a datos recogidos el pasado mes de junio durante la visita apostólica realizada por el cardenal de Estocolmo, Anders Arborelius, y el obispo de Rotterdam, Johannes van den Hende, a la archidiócesis de Colonia.

Woelki fue nombrado obispo auxiliar de Colonia por Juan Pablo II en 2003, y arzobispo por Benedicto XVI en 2011.

El comunicado de la nunciatura en Alemania reconoce que el cardenal cometió “graves errores en su tratamiento del tema”, particularmente en el terreno de la comunicación, lo cual “ha contribuido significativamente a la crisis de confianza que sufren numerosos creyentes”.

El comunicado también dice que "no hay pruebas de que haya actuado en contra de la ley en la gestión de los casos de abusos sexuales" y que las acusaciones contra el cardenal por encubrir estos casos han sido refutadas por la documentación examinada por la Santa Sede y por los hechos que han salido a la luz.

Siempre según el comunicado, "la determinación del arzobispo de hacer frente al crimen de los abusos, atender a las víctimas y promover la prevención" fue vidente, sin embargo, el cardenal Woelki también cometió grandes errores en su gestión general del asunto”, lo que contribuyó esencialmente “a la crisis de confianza en la archidiócesis".

“Por supuesto que cometí errores cuando, cometí errores al comunicarme. Asumo la responsabilidad de eso. Lo siento, lo lamento”, dijo Woelki hablando ante los medios.

Por otra parte, el Papa, tras examinar la información recibida de los visitadores apostólicos, decidió no aceptar tampoco la renuncia de los dos obispos auxiliares de Colonia, Dominikus Schwaderlapp y Ansgar Puff. El comunicado de la Nunciatura afirma que "se han constatado fallos de gestión en ambos, pero no la intención de encubrir los abusos o ignorar a las víctimas". Por este motivo, monseñor Puff reanudará su cargo inmediatamente, mientras que a monseñor Schwaderlapp el Papa le aceptó su solicitud de ejercer su ministerio pastoral durante un año en la archidiócesis de Mombasa, Kenia, antes de reanudar su trabajo en Colonia.

La suspensión de Woelki se dio a conocer unos minutos después de que el Vaticano anunciara el cese de la directiva de la asociación Memores Domini, las mujeres consagradas del movimiento laical Comunión y Liberación.