CIUDAD DEL VATICANO -- El cardenal brasileño Claudio Hummes, antiguo funcionario del Vaticano, defensor de los pobres durante mucho tiempo, principal impulsor del Sínodo de los Obispos para la Amazonia y "buen amigo" del papa Francisco, murió el 4 de julio, un mes antes de su 88º cumpleaños.
El Papa Francisco dijo a los periodistas en 2013 que el cardenal Hummes le ayudó a inspirarse en el nombre de San Francisco de Asís cuando fue elegido Papa.
Durante el cónclave de marzo de 2013, dijo: "Estaba sentado al lado del arzobispo emérito de São Paulo y prefecto emérito de la Congregación para el Clero, el cardenal Claudio Hummes: ¡un buen amigo, un buen amigo!"
"Cuando las cosas se veían peligrosas, él me animó. Y cuando los votos alcanzaron los dos tercios, se produjo el aplauso habitual, porque el Papa había sido elegido", continuó el Papa Francisco. "Y me dio un abrazo y un beso y me dijo: "¡No te olvides de los pobres!".
"Entonces, enseguida, pensando en los pobres, pensé en Francisco de Asís", dijo a los periodistas tres días después de su elección.
En un mensaje de condolencia a la archidiócesis de São Paulo, el Papa Francisco volvió a mencionarlo. "Siempre llevo vivas en la memoria las palabras que me dijo Dom Claudio el 13 de marzo de 2013, pidiéndome que no me olvidara de los pobres", escribió, utilizando "dom", el término cariñoso en portugués para referirse a un pastor católico.
El Papa expresó su gratitud a Dios por los "largos años de servicio dedicado y celoso -siempre guiado por los valores evangélicos- a la santa madre iglesia en las diversas responsabilidades pastorales que se le confiaron en Brasil y en la Curia Romana, y por su compromiso en los últimos años con la iglesia en el Amazonas."
El Papa Francisco eligió al cardenal Hummes, entonces presidente fundador de la Red Eclesial Panamazónica, REPAM, para ser relator general del sínodo sobre la Amazonia en 2019.
Durante el sínodo, el cardenal presidió una misa a primera hora de la mañana en las Catacumbas de Domitilla, donde él y varias decenas de participantes en el sínodo firmaron el "Pacto de las Catacumbas por la Casa Común."
Invocando a los cristianos mártires enterrados en las catacumbas y a los mártires de la Amazonia, los firmantes del nuevo documento prometieron defender la selva amazónica, promover una "ecología integral" de cuidado de las personas y de la tierra y, "ante la avalancha del consumismo", vivir "un estilo de vida felizmente sobrio, sencillo y solidario con los que tienen poco o nada."
El cardenal Hummes, un franciscano conocido como un pacificador que mediaba en los conflictos laborales, que acogía a los nuevos movimientos católicos en la Iglesia sin apartar a los grupos más antiguos, y que trabajaba para promover la unidad de los cristianos y unas mejores relaciones con los judíos, fue incluso considerado uno de los principales candidatos latinoamericanos al papado al entrar en el cónclave de 2005 que eligió al Papa Benedicto XVI.
Poco antes de la muerte de San Juan Pablo II, en abril de 2005, el cardenal Hummes fue invitado a ser el orador principal en la conmemoración en el Vaticano del documento del Concilio Vaticano II "Gaudium et Spes", la Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno. El texto clave explica el compromiso de la Iglesia con la justicia y con la aplicación de los valores del Evangelio en la vida económica, social y política.
El cardenal dijo en la conferencia que, aunque la Iglesia católica está llamada a promover la unidad, el progreso y el diálogo, "una Iglesia servidora debe tener como prioridad la solidaridad con los pobres".
Además, dijo, para servir al mundo y mostrarle el camino de la salvación, la iglesia debe dialogar con el mundo, con políticos y economistas, con miembros de otras religiones y con científicos.
La Iglesia debe "saber escuchar, debatir, discernir y asimilar todo lo que es bueno y verdadero, justo y humanamente digno" en las ideas de los demás, así como compartir con ellos la plenitud de la verdad que se encuentra en el Evangelio, dijo el cardenal Hummes.
"Sin embargo, esto debe ser siempre un diálogo y no la imposición de las convicciones y métodos de la iglesia", dijo. La Iglesia debe "proponer y no imponer, servir y no dominar".
Hijo de inmigrantes alemanes, Claudio Hummes nació en Montenegro, Brasil, el 8 de agosto de 1934, y fue ordenado sacerdote franciscano el 3 de agosto de 1958. Después de ser superior de la provincia franciscana de Rio Grande do Sul y presidente del Consejo Franciscano Latinoamericano, fue nombrado obispo coadjutor de Santo André en marzo de 1975 y pasó a dirigir la diócesis en diciembre.
En esta diócesis, donde Volkswagen y Ford tenían sus mayores fábricas de América Latina, el Cardenal Hummes adquirió experiencia pastoral entre los trabajadores y en varias ocasiones desempeñó el papel de mediador entre las empresas y sus sindicatos.
A finales de los años 70, abrió las puertas de las iglesias como refugio para los perseguidos por el régimen militar.
En 1996, fue nombrado arzobispo de Fortaleza y reforzó su fama de pacificador, esta vez abriendo las puertas a nuevos movimientos católicos, como el chari
En 1996, fue nombrado arzobispo de Fortaleza y reforzó su fama de pacificador, esta vez abriendo las puertas a nuevos movimientos católicos, como los carismáticos, sin generar tensiones entre las comunidades cristianas de base más progresistas.
Fue nombrado arzobispo de São Paul en abril de 1998. El Papa Juan Pablo II le nombró miembro del Colegio Cardenalicio en 2001.
El Papa Benedicto le nombró prefecto de la entonces Congregación para el Clero a finales de 2006 y se retiró en 2010.
Su muerte deja al Colegio Cardenalicio con 207 miembros, 116 de los cuales tienen menos de 80 años y pueden votar en el cónclave.