ROMA - Luego de que el gobierno de Daniel Ortega prohibiera formalmente el trabajo de las Misioneras de la Caridad en Nicaragua, las religiosas fueron obligadas a salir del país, escoltadas por la policía.

Antes de las 8 de la mañana del miércoles 6 de julio, las 15 monjas de la orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta salieron de su casa en Managua, escoltadas por las autoridades migratorias, informó La Prensa.

El gobierno cerró a mediados de junio la asociación que les daba estatus legal para trabajar en Nicaragua. Fuentes confirmaron a Crux que la mayoría de las monjas deportadas el miércoles son de la India, pero también hay miembros de Guatemala, Filipinas, México, Ecuador y España.

La orden de deportación de Ortega se produjo casi cuatro décadas después de que las acogiera en el país, tras una visita de la Madre Teresa.

Las monjas fueron a Costa Rica, donde la orden tiene una casa religiosa, informó La Prensa.

El obispo Manuel Eugenio Salazar Mora, de la diócesis de Tilarán, en Costa Rica, confirmó la llegada de las monjas.

"Nuestra diócesis está abierta para recibirlas, gracias por su ejemplo, dedicación y servicio a los más pobres", escribió.

También ofreció oraciones por la Iglesia católica de Nicaragua.

El cardenal Leopoldo Brenes, de Managua, emitió el lunes un comunicado en el que lamenta la decisión del gobierno de disolver la Asociación de las Misioneras de la Caridad en Nicaragua, que daba a la orden religiosa un estatus legal en el país.

"Lamentamos profundamente el dolor de tantos hermanos nuestros que ya no tendrán la atención que recibían de las hermanas", dijo.

Las hermanas mantenían una guardería, un hogar para niñas maltratadas y abandonadas y un hogar para ancianos en la archidiócesis. También administraban un centro de acogida para adolescentes abandonados y maltratados en el suroeste de Nicaragua, al que proporcionaban ayuda psicológica y educación integral, incluida la enseñanza de oficios para ayudarles a reintegrarse en la sociedad.

Según un informe de la Dirección General de Registro y Control de Organizaciones sin Fines de Lucro del Ministerio del Interior, las Misioneras de la Caridad no cumplieron "con sus obligaciones" según la ley que las regula, así como con la ley de lavado de dinero, financiación del terrorismo y financiación de la proliferación de armas de destrucción masiva.

Otra razón para disolver la ONG, según el Ministerio del Interior, es que en su junta directiva no había suficientes ciudadanos nicaragüenses. Una ley promulgada hace dos meses establece que sólo el 25 por ciento de la junta directiva puede ser extranjera.