El presidente del comité de política internacional de los Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) expresó un "profundo desacuerdo" el 12 de enero con la decisión del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, de agregar a Cuba a la lista de patrocinadores estatales del terrorismo.
"Por décadas, junto con la Santa Sede y la mayoría de la comunidad internacional, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos ha instado a la colaboración y las relaciones de beneficio mutuo entre Estados Unidos y Cuba, así como al levantamiento total del embargo económico contra la nación insular", dijo el obispo David J. Malloy de Rockford, Illinois.
El obispo dijo que el Comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB, que él preside, ha dicho muchas veces que "necesitamos más relaciones entre Estados Unidos y Cuba, no menos, para construir lazos comerciales, culturales y científicos de beneficio mutuo que den fruto una prosperidad duradera para nuestras dos naciones".
Añadió: "Rezo para que nunca nos cansemos de trabajar hacia estos objetivos y que ambas partes reconozcan la necesidad de amistad y colaboración".
En su anuncio del 11 de enero sobre Cuba, Pompeo dijo que la administración Trump estaba designando a Cuba como estado patrocinador del terrorismo "por brindar apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacionales" al "otorgar puerto seguro a terroristas".
La administración "se ha centrado desde el principio en negar al régimen de Castro los recursos que utiliza para oprimir a su pueblo en casa y contrarrestar su maligna interferencia en Venezuela y el resto del hemisferio occidental", dijo.
El gobierno cubano "por décadas", dijo Pompeo, "ha alimentado, alojado y brindado atención médica a asesinos, fabricantes de bombas y secuestradores, mientras que muchos cubanos pasan hambre, se quedan sin hogar y sin medicinas básicas".
La isla "también alberga a varios fugitivos estadounidenses buscados por la justicia o condenados de cargos de violencia política, muchos de los cuales han residido en Cuba durante décadas", agregó, y mencionó a varios fugitivos, entre ellos Joanne Chesimard, quien el FBI buscaba "por ejecutar a un policía estatal de Nueva Jersey Werner Foerster en 1973".
"Con esta acción, una vez más responsabilizaremos al gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: El régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense", agregó Pompeo.
Otros críticos de la acción del Departamento de Estado dijeron que obstaculizará los planes del gobierno del presidente electo Joe Biden para "restaurar relaciones más amistosas con La Habana", según un artículo del periódico The New York Times.