LVIV, Ucrania -- "He venido con las tres armas más sofisticadas del Evangelio: la oración, el ayuno, y la limosna", expresó el cardenal Konrad Krajewski a periodistas en el oeste de Ucrania el 10 de marzo, cuando se preparaba para dirigirse hacia Kiev y otras ciudades que están bajo bombardeo ruso.

A petición del papa Francisco, el cardenal Krajewski, limosnero papal, llegó a Polonia el 7 de marzo para brindar apoyo y ayuda material a los refugiados ucranianos y a los voluntarios que los asisten. Dos días después, cruzó la frontera hacia Ucrania.

"El Santo Padre quería hacer llegar sus bendiciones a todas las personas: ucranianos, luchadores, aquellos que se vieron obligados a abandonar su patria. Quiere que la gente sienta su cercanía, sus bendiciones, y también reciban su apoyo material", señaló el cardenal a Catholic News Service.

Después de un servicio de oración interreligiosa en la mañana del 10 de marzo y una misa vespertina en la Iglesia de San Juan Pablo II en Lviv, el cardenal se preparó para continuar su viaje.

"Iré a donde la situación de guerra lo permita", manifestó a CNS.

El arzobispo Sviatoslav Shevchuk de Kyiv-Halych, jefe de la Iglesia Católica ucraniana de rito oriental, viajó desde Kyiv para reunirse con el cardenal Krajewski y con el arzobispo Mieczyslaw Mokrzycki, jefe de la archidiócesis de rito latino de Lviv.

Los tres se unieron a representantes de otras iglesias cristianas y de otras religiones en la catedral de rito latino para orar por la paz.

El arzobispo Shevchuk se dirigió a Dios, rezando: "Ante tus ojos, presentamos hoy la tristeza y el dolor de Ucrania. Montañas de cadáveres, ríos de sangre, y mares de lágrimas. Rezamos por todos aquellos que dieron su vida por la patria, por nuestro ejército, por los hijos e hijas de Ucrania, que protegen vidas con sus propios cuerpos frente al enemigo.

"Rezamos por todas las personas pacíficas de Ucrania que han sido asesinadas inocentemente: mujeres, niños, ancianos. Rezamos por las víctimas de Mariúpol que están siendo enterradas en fosas comunes masivas sin un entierro cristiano ni honores", continuó diciendo. "Recibe nuestras oraciones por su eterno descanso".

Andriy Sadovy, alcalde de Lviv, indicó que 200,000 personas desplazadas de partes de Ucrania han buscado refugio en su ciudad.

El arzobispo Mokrzyki dijo a CNS que la iglesia ayuda a proporcionarles comida a todos, un lugar para quedarse, "pero, sobre todo, el calor de nuestros corazones, porque están muy cansados, bombardeados internamente".

"Estamos haciendo todo lo posible para que la gente obtenga paz aquí, se calme, adquiera fuerza" para lo que, "desafortunadamente", probablemente será un viaje lejos de Ucrania, acotó el arzobispo.

Junto con los dos arzobispos, el cardenal Krajewski recorrió las instalaciones que se han convertido en refugios y visitó un almacén donde los alimentos, la ropa, y las medicinas donadas desde el extranjero se clasifican y se envían a otras partes de Ucrania, especialmente a las ciudades bajo fuertes bombardeos.

El papa Francisco había enviado dinero para ayudar a pagar el combustible de los camiones, manifestó.

El cardenal también dijo que había estado en contacto con los obispos en Kyiv, Odessa, y Kharkiv, quienes le informaron que las entregas se están realizando. "Quiero asegurarles a todos los donantes que sus regalos del corazón van a las personas que más lo necesitan, la mayoría en el este de Ucrania", expresó.

"Ucrania tiene una gran necesidad de ayuda, especialmente ayuda material, solidaridad, y oración, porque nuestra fe puede mover montañas y, por lo tanto, detener la guerra", dijo a CNS.

El cardenal también habló sobre su visita anterior a Polonia, donde se está llevando a cabo un esfuerzo masivo, en su mayoría de personal voluntario, para ayudar a las mujeres, los niños, y los ancianos que huyen de los combates.

La Agencia de la ONU para los Refugiados dijo el 11 de marzo que más de 2.5 millones de personas habían abandonado el país en busca de seguridad en el extranjero; más de 1.5 millones de ellos fueron a Polonia.

El cardenal Krajewski dijo que se había reunido con miembros de los Caballeros de Colón, "quienes están donando todo su tiempo, su esfuerzo, y sus bienes materiales para ayudar a Ucrania, que está en extrema necesidad".

Miles de refugiados están siendo acogidos por familias privadas, señaló. "Hay un proverbio polaco: 'Un huésped en la casa es Dios en la casa', y eso se implementa".