ROMA - El sábado, el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes bendijo varias imágenes de la Virgen de Fátima que irían a cada diócesis.

El domingo, el gobierno prohibió a un sacerdote de la diócesis de Matagalpa, donde el obispo local está prácticamente bajo arresto domiciliario, recibir la imagen.

El padre Erick Díaz, párroco de la localidad de Tuma-La Dalia, fue informado por la policía de que se le prohibía ir a la catedral a recibir la imagen.

Los comentarios en un informe de Facebook del medio local Boletin Ecologico afirmaban que a todos los sacerdotes de Matagalpa se les había prohibido salir de sus casas, pero Crux no ha podido confirmarlo de forma independiente.

Cientos de fieles que se dirigían a la catedral para venerar la imagen de María fueron devueltos a sus casas, en la última medida contra la Iglesia católica del régimen de Daniel Ortega.

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, lleva 12 días bajo "arresto eclesiástico", con prohibición de salir de la sede de la diócesis, donde está recluido junto a seis sacerdotes y cinco laicos, entre ellos dos seminaristas. La policía y las milicias progubernamentales custodian la sede. A los amigos de los que están dentro se les ha prohibido darles comida, agua o medicinas, y las fuentes han dicho a Crux que la situación está empeorando cada día dentro del recinto.

A pesar del confinamiento de Álvarez, estaba previsto que el domingo llegara a la catedral una réplica de la imagen de la Virgen de Fátima. Fue enviada por Brenes el sábado, quien clausuró el Congreso Nacional Mariano en la catedral de Managua. Bendijo nueve imágenes de la Virgen que iban a ser distribuidas por todo el país.

Una réplica peregrina de la imagen original, realizada en Portugal, llevaba 31 meses recorriendo el país visitando parroquias.

En los momentos finales de la misa, los fieles corearon su apoyo a Álvarez: "Rolando, nuestro amigo, el pueblo está contigo".

El viernes, el gobierno había comunicado a la archidiócesis que la procesión prevista de la imagen estaba prohibida por "razones de seguridad interna".

Durante su homilía, Brenes dijo que la congregación se reunió "con mucha alegría, pero también con mucha tristeza" debido a "la situación que hemos vivido en nuestras parroquias."

"Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen", dijo Brenes.

También el sábado, Álvarez celebró una misa desde la curia diocesana, y la transmitió por Facebook Live.

"En este décimo día detenido en la curia, queremos pedir especialmente por los niños, para que nosotros, los adultos, seamos capaces de heredarles una sociedad mejor que la que hemos sido capaces de construir, en la que reine la paz, la justicia, la santidad y la libertad", dijo.

Álvarez también rezó por una sociedad "sin exclusiones", que "priorice a los pobres" y que no se rija por "la venganza y el resentimiento, sino por el amor y la amistad".

Aunque el Papa Francisco y todos sus asesores más cercanos se han mantenido en silencio sobre la situación de Nicaragua -la última vez que el pontífice habló de este país públicamente fue en 2019-, el observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos mostró su preocupación durante una sesión extraordinaria del consejo permanente del organismo.

Monseñor Juan Antonio Cruz llamó a "encontrar caminos de entendimiento basados en el respeto y la confianza recíprocos, buscando sobre todo el bien común y la paz."

Durante la sesión, 27 países aprobaron una resolución que condena "el cierre forzado de organizaciones no gubernamentales y el acoso y las restricciones arbitrarias impuestas a las organizaciones religiosas" en Nicaragua. Hubo un voto en contra y cuatro abstenciones.

La policía no ha permitido grandes reuniones públicas, excepto las patrocinadas por el gobierno o el partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional, desde septiembre de 2018.

Aunque el régimen de Ortega siempre ha tenido una huelga autoritaria, las cosas empeoraron tras las enormes protestas callejeras de abril de 2018, cuando una revolución liderada por estudiantes pidió la caída del régimen.

Hubo dos intentos de conversaciones para resolver la crisis, en los que participaron los obispos católicos a petición de Ortega, pero fracasaron.

Desde entonces, el régimen de Ortega ha tratado a la Iglesia Católica como un enemigo del Estado.

En 2021, después de encarcelar a todos los líderes de la oposición, Ortega volvió a ser reelegido presidente. Con la consolidación de su poder, se ha sentido envalentonado para endurecer su control sobre las voces disidentes, cerrando más de 1.000 organizaciones no gubernamentales. Entre ellas, las Misioneras de la Caridad, la orden religiosa fundada por la Madre Teresa de Calcuta, que fueron exiliadas del país a principios de este año.

En los últimos meses se han cerrado dozenas de emisoras de radio y televisión católicas, aunque algunas han desafiado al gobierno emitiendo por Internet.