CIUDAD DE GAZA, Franja de Gaza -- El Patriarcado Latino de Jerusalén emitió una enérgica condena después de que el ejército israelí atacara una escuela católica en Gaza matando a cuatro personas, entre ellas un alto cargo de Hamás.

En un comunicado publicado el 7 de julio, el patriarcado dijo que estaba monitoreando los informes de un ataque contra la Escuela de la Sagrada Familia, que "ha sido, desde el comienzo de la guerra, un lugar de refugio para cientos de civiles".

"El Patriarcado Latino condena, en los términos más enérgicos, los ataques contra civiles o cualquier acción beligerante que no garantice que los civiles permanezcan fuera de la escena de combate", afirmó la declaración.

El patriarcado pidió un acuerdo de alto el fuego "que ponga fin inmediatamente al horrible baño de sangre y a la catástrofe humanitaria en la región".

Según múltiples noticias, entre ellas las de The Associated Press (AP), los ataques aéreos israelíes se produjeron durante la noche del 6 al 7 de julio en Gaza, matando a 13 palestinos.

El ataque contra la Escuela de la Sagrada Familia, que funcionaba como refugio, se cobró la vida de cuatro personas, entre ellas Ihab al-Ghussein, subsecretario de Trabajo de Hamás. En un comunicado, Hamás lamentó la muerte de al-Ghussein, cuya esposa e hija murieron en los ataques de los primeros días de la guerra, informó AP.

Funcionarios militares israelíes justificaron el ataque contra la escuela, argumentando que el bombardeo alcanzó un edificio militar de Hamás y una instalación de fabricación de armas "en la zona de un edificio escolar".

Sin embargo, esta es la segunda vez en menos de 24 horas que las fuerzas israelíes atacan una escuela, lo que ha vuelto a suscitar una creciente preocupación e indignación contra las tácticas militares del país en sus supuestos esfuerzos por acabar con Hamás.

La agencia de noticias Reuters informó el 6 de julio de que las Fuerzas de Defensa israelíes llevaron a cabo un ataque aéreo contra una escuela de Al-Nuseirat, situada en el centro de Gaza, que causó 16 muertos y más de 50 heridos.

La escuela, gestionada por el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), servía también de refugio a los civiles que huían de los ataques militares israelíes. Un testigo presencial declaró a Reuters que había visto "cadáveres de niños despedazados" en un patio de recreo.

No obstante, el Comisario General de la UNRWA, Philippe Lazzarini, condenó el ataque y dijo que la escuela "albergaba a casi 2.000 desplazados internos" de la zona.

"Otro día. Otro mes. Otra escuela golpeada", publicó Lazzarini el 7 de julio en su cuenta X.

Denunciando las acusaciones de Israel de que las instalaciones de la UNRWA estaban siendo "utilizadas por grupos armados palestinos", Lazzarini dijo que ha pedido en repetidas ocasiones "investigaciones independientes para esclarecer los hechos e identificar a los responsables de los ataques contra las instalaciones de la ONU o de su uso indebido".

"Cuanto más dure esta guerra, más profundas serán las desavenencias y más sufrimiento soportará la gente", escribió. "Ya basta".

Las Fuerzas de Defensa israelíes afirmaron que estaban atacando a hombres armados de Hamás escondidos en la zona. Sin embargo, Hamás negó que sus combatientes estuvieran allí.

El Patriarcado Latino dijo en su declaración del 7 de julio que "siguen rezando por la misericordia del Señor".

Mientras tanto, al cumplirse nueve meses desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre, manifestantes israelíes bloquearon carreteras por todo el país el 7 de julio, pidiendo al primer ministro Benjamin Netanyahu que dimitiera y presionando por un alto el fuego que permitiera recuperar a decenas de rehenes aún retenidos por Hamás, informó AP.