ROMA  -- El Papa Francisco reanudó sus llamados para un alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza después de que siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen, una organización humanitaria que entrega alimentos en países devastados por la guerra, fueran asesinados en un ataque con misiles israelíes en la Franja de Gaza el 2 de abril.

"Expreso mi profundo pesar por los voluntarios muertos mientras participaban en la distribución de ayuda humanitaria en Gaza. Rezo por ellos y por sus familias", manifestó el pontífice durante la audiencia general del 3 de abril.

En un comunicado del 2 de abril, World Central Kitchen (o WCK, por sus siglas en inglés) fundada por el famoso chef católico José Andrés, señaló que los trabajadores estaban saliendo del almacén Deir al-Balah después de entregar 100 toneladas de alimentos humanitarios en "dos vehículos blindados con el logotipo de WCK" cuando ocurrió el ataque.

La organización añadió que, a pesar de coordinar la entrega con el ejército israelí, el convoy fue atacado el 1 de abril en un aparente "ataque dirigido por las FDI", o Fuerzas de Defensa de Israel.

La directora ejecutiva de WCK, Erin Gore, expresó que se encontraba "desconsolada y consternada" por la muerte de los trabajadores humanitarios que provenían de Australia, Polonia, Reino Unido, "un ciudadano con doble nacionalidad de Estados Unidos y Canadá, y (otro de) Palestina".

"Este no es solo un ataque contra WCK, es un ataque contra organizaciones humanitarias que acuden en las situaciones más desesperadas donde la comida se utiliza como arma de guerra. Esto es imperdonable", manifestó Gore.

La organización de ayuda señaló que, debido al ataque, pausarían sus operaciones en la región "de inmediato".

En un mensaje de video, el portavoz militar israelí Daniel Hagari expresó sus condolencias "a toda la familia de World Central Kitchen" y añadió que las FDI abrirán una investigación independiente "para examinar este grave incidente más a fondo".

"Esto nos ayudará a reducir el riesgo de que ocurra un evento similar nuevamente", agregó Hagari.

"Desafortunadamente, en el último día hubo un incidente trágico donde nuestras fuerzas atacaron involuntariamente a personas inocentes en la Franja de Gaza", declaró el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu el 2 de abril. "Sucede en la guerra, y estamos investigando a fondo".

Inmediatamente después del ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre, que dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, Israel comenzó la ofensiva en la Franja de Gaza. Hasta el 3 de abril, el número de muertos palestinos se acerca a los 33.000, según el Ministerio de Salud de Gaza.

El Papa Francisco, durante la audiencia general, renovó su llamado "para que se permita el acceso de la población civil, exhausta y sufriente, a la ayuda humanitaria y para que se libere inmediatamente a los rehenes".

La Orden de Malta lamentó profundamente el ataque al personal de World Central Kitchen. "La ayuda humanitaria es y debe seguir siendo neutral y aquellos que la necesitan y quienes brindan asistencia deben estar protegidos", señaló la orden religiosa católica laica que distribuye ayuda humanitaria en muchos lugares del mundo en una publicación en X, anteriormente Twitter, el 2 de abril.

El Consejo Polaco de cristianos y judíos, en un comunicado enviado a KAI, la agencia polaca de información católica, expresó que esperan "que las autoridades israelíes expliquen las causas de este drama y hagan todo lo posible para evitar que una situación así vuelva a ocurrir".

"Creemos que la ayuda humanitaria debe entregarse en cantidades suficientes y tratarse de manera neutral, que los israelíes secuestrados deben ser liberados por las autoridades de Hamas, y que todas las partes deben esforzarse por poner fin a la guerra que permita una convivencia pacífica duradera", manifestó el consejo el 2 de abril.

Un ciudadano estadounidense-canadiense, Jacob Flickinger, fue asesinado en el ataque. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, describió a los trabajadores humanitarios como "héroes", que "simplemente intentaban ayudar a sus semejantes". Instó "a una investigación rápida, exhaustiva, e imparcial para entender exactamente lo que sucedió".

Damian Soból, de Polonia, fue uno de los siete trabajadores humanitarios asesinados en el ataque israelí.

"Nunca tuvo miedo a nada", manifestó Krzysztof Rodzen, su amigo de la ciudad polaca de Przemysl, en la frontera con Ucrania, a OSV News.

Soból era católico "y un hombre que ayudaría a cualquiera incluso a costa de su propia vida", añadió.

"Todo comenzó con la guerra en Ucrania. Antes formaba parte del equipo que construía un hospicio en Przemysl, pero una vez que comenzó la guerra, lo dejó todo y fue a ayudar con World Central Kitchen", afirmó Rodzen sobre su amigo.

Soból también participó en esfuerzos humanitarios en Marruecos y Turquía después de los terremotos mortales en 2023.

En un video publicado por WCK en X el 2 de marzo, se mostraba a Soból hablando apasionadamente sobre el sistema de tratamiento de agua que habían construido en el techo de su cocina en Gaza.

"Con este equipo podemos producir toda el agua limpia necesaria para preparar decenas de miles de comidas diarias para los palestinos desplazados", decía la publicación.

"Hubo algo particular en su última visita después de Navidad", comentó Rodzen, con una voz llena de tristeza. "Trajo souvenirs para todos, como si quisiera despedirse".

"Damian no era un soldado. Soy un soldado, y no sé si tendría el valor tan grande como él tenía para ayudar a las personas necesitadas", subrayó Rodzen.

Despidiéndose de los fallecidos, el presidente polaco Andrzej Duda manifestó: "Estas personas valientes cambiaron el mundo para mejor con su servicio y dedicación a los demás. Esta tragedia nunca debería haber ocurrido y debe ser explicada".

La australiana Lalzawmi "Zomi" Frankcom, de 43 años, de Melbourne, también fue asesinada en el ataque. Frankcom murió "haciendo el trabajo que ama", expresó su familia en un comunicado citado por la BBC.

Ella era la líder de ayuda de WCK en Gaza. Fue descrita como una "persona amable, altruista, y excepcional (que) viajó por el mundo ayudando a otros en su momento de necesidad", manifestó la BBC.

El conductor palestino Saifeddin Issam Ayad Abutaha, de 25 años, quien fue asesinado en el ataque, fue enterrado en su ciudad natal, Rafah, en la Franja de Gaza, el 2 de abril.

Los tres británicos fallecidos fueron John Chapman, de 57 años, James (Jim) Henderson, de 33, y James Kirby, de 47.

En relación con el ataque al convoy de WCK, se señaló que no es la primera vez que se acusa al ejército israelí de atacar a trabajadores humanitarios en Gaza.

En diciembre, Thomas White, director de la UNRWA, la agencia de ayuda de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, declaró que un convoy de ayuda de la ONU fue atacado por soldados israelíes cuando "regresaba del norte de Gaza a lo largo de una ruta designada por el ejército israelí".

Según The Associated Press, las tropas israelíes también fueron acusadas de disparar a palestinos que intentaban obtener alimentos de un convoy de ayuda. Israel señaló que la mayoría de las 100 personas que murieron el 29 de febrero fueron asesinadas en un tumulto, y los soldados dispararon solo cuando se sintieron amenazados por la multitud.

"Que se evite todo intento irresponsable de ampliar el conflicto en la región y que se trabaje para que ésta y otras guerras que siguen llevando muerte y sufrimiento a tantas partes del mundo terminen cuanto antes", expresó el Papa Francisco el 3 de abril. "Recemos y trabajemos sin descanso para que callen las armas y vuelva a reinar la paz".

En su homilía durante la Misa de Pascua el 31 de marzo, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, también lamentó la guerra que "parece no tener fin".

"La única voz fuerte y decisiva parece ser la de las armas", añadió el cardenal Pizzaballa. "En vano han sido los muchos intentos de cesar las hostilidades. Parecen inútiles los llamados al alto al fuego, que intentaron resolver el conflicto de manera diferente al de las armas".

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Junno Arocho Esteves escribe para OSV News desde Roma. Paulina Guzik colaboró en este reportaje desde Cracovia, Polonia.