CIUDAD DEL VATICANO -- El Papa Francisco ha rectificado el nombramiento irregular de un obispo en China por el "mayor bien de la diócesis", dijo el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.

"El Santo Padre ha nombrado a monseñor Joseph Shen Bin obispo de Shanghái, en China continental, trasladándolo desde la Diócesis de Haimen", anunció el Vaticano el 15 de julio.

Monseñor Shen, de 53 años, había sido asignado a la Diócesis de Haimen en 2010 "con el consentimiento de las dos partes", es decir, China y la Santa Sede, decía el anuncio.

Sin embargo, había sido transferido a la Diócesis de Shanghái por las autoridades chinas en abril sin el acuerdo del Vaticano y haciendo caso omiso de un acuerdo conjunto entre el Vaticano y el gobierno de China.

Firmado en 2018, el acuerdo describe los procedimientos para garantizar que los obispos católicos sean elegidos por la comunidad católica en China y aprobados por el Papa antes de sus ordenaciones e instalaciones. El acuerdo se renovó en 2020 y de nuevo en 2022.

Cuando las autoridades chinas trasladaron a monseñor Shen en abril, lo hicieron sin implicar en modo alguno al Vaticano en esa decisión, declaró el cardenal Parolin a Vatican Media el 15 de julio.

En noviembre, sólo un mes después de la última renovación, el Vaticano emitió una declaración pública de "sorpresa y pesar" cuando el obispo John Peng Weizhao de Yujiang fue instalado como obispo auxiliar de Jiangxi, una diócesis no reconocida por la Santa Sede, sin consultar ni informar al Vaticano, dijo.

Ambas transferencias "se hicieron sin involucrar a la Santa Sede", lo que refleja una forma de proceder que "parece no tener en cuenta el espíritu de diálogo y colaboración" establecido por las dos partes a lo largo de los años y sobre el que se basa el acuerdo, dijo.

Sin embargo, dijo el cardenal, el Papa Francisco "decidió, no obstante, sanar la irregularidad canónica creada en Shanghái, en vista del mayor bien de la diócesis y del ejercicio fructífero del ministerio pastoral del obispo".

La intención del Papa, dijo, es "fundamentalmente pastoral" para permitir a monseñor Shen, que es un "pastor estimado", trabajar con "mayor serenidad para promover la evangelización y fomentar la comunión eclesial".

"Al mismo tiempo, esperamos que pueda, de acuerdo con las autoridades, facilitar una solución justa y sabia a algunas otras cuestiones pendientes desde hace tiempo en la diócesis, como -- por ejemplo -- la posición de los dos obispos auxiliares, monseñor Thaddeus Ma Daqin, que sigue impedido, y monseñor Joseph Xing Wenzhi, que se ha jubilado", dijo el cardenal Parolin.

Hay otras cuestiones que deben abordarse, dijo, pero entre las más urgentes están: la creación de una conferencia episcopal con unos estatutos adecuados que detallen su naturaleza y misión pastoral para ayudar a fomentar "el crecimiento de la responsabilidad de los obispos en el liderazgo de la Iglesia en China"; y el establecimiento de una comunicación regular entre los obispos de China y el Papa, que es "indispensable para una comunión efectiva".

"De hecho, hay que decir que demasiadas sospechas frenan y obstaculizan la labor de evangelización", dijo el cardenal Parolin. "Los católicos chinos, incluso los denfinidos 'clandestinos', merecen confianza porque desean sinceramente ser ciudadanos leales y ser respetados en su conciencia y en su fe".

Es "indispensable", dijo el cardenal, que "todos los nombramientos episcopales en China, incluidos los traslados, se hagan por consenso, según lo acordado, y mantener vivo el espíritu de diálogo entre las partes".

"Es inevitable que haya problemas, pero si este diálogo crece en la verdad y el respeto mutuo, puede ser fructífero para la Iglesia y la sociedad china", dijo.

Para facilitar el diálogo de modo que sea "más fluido y fructífero, me parece que sería supremamente útil la apertura de una oficina de enlace estable de la Santa Sede en China", dijo. Esto favorecería el diálogo con las autoridades civiles y "contribuiría a la plena reconciliación en el seno de la Iglesia china y a su camino una deseable normalidad".

"Juntos debemos prevenir las situaciones de falta de armonía que crean desacuerdos y malentendidos", también entre los católicos, dijo. Aplicar bien el acuerdo "es una manera de hacerlo, junto con el diálogo sincero".