Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua (Nicaragua), en el exilio desde hace algunos años, expresó su alegría por el nombramiento de Mons. Rolando Álvarez, desterrado a Roma en enero de este año, para participar en el Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano.
Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, ha sido nombrado por el Papa Francisco para participar en el Sínodo de la Sinodalidad, cuya segunda sesión se realizará en el Vaticano del 2 al 27 de octubre.
“Me alegra mucho que el Santo Padre haya nombrado a mi hermano obispo, Mons. Rolando J. Álvarez, para participar en la 2da. etapa del Sínodo sobre la Sinodalidad”, escribió el prelado en su cuenta de la red social X.
“Su experiencia personal y pastoral sin duda enriquecerá grandemente la reflexión sinodal. Lo acompaño con mi oración”, agregó.
Por su parte, Arturo McFields Yescas, exembajador de Nicaragua ante la OEA, calificó el nombramiento pontificio como una “gran noticia” y rogó para que “Dios le siga bendiciendo a este guerrero de la fe de #Nicaragua”, en referencia a Mons. Álvarez.
¿Quién es Mons. Rolando Álvarez?
Mons. Rolando José Álvarez Lagos, de 57 años, fue nombrado Obispo de Matagalpa en 2011 por el Papa Benedicto XVI. Su férrea defensa de los derechos humanos frente a los abusos del régimen —especialmente durante las manifestaciones civiles de 2018— le valió la persecución del dictador Daniel Ortega.
Mons. Álvarez fue obligado a permanecer recluido dentro de su casa episcopal desde inicios de agosto de 2022, junto a sacerdotes, seminaristas y un laico.
Dos semanas después, cuando casi se habían quedado sin alimentos, la policía irrumpió en la casa y se llevó secuestrado a Mons. Álvarez rumbo a Managua, capital del país.
En medio de un cuestionado proceso, la dictadura lo condenó el 10 de febrero de 2023 a 26 años y cuatro meses de prisión, acusándolo de “traidor a la patria”. Desde entonces, fue recluido en la cárcel La Modelo, donde son enviados los presos políticos.
Un día antes de ser condenado, Mons. Álvarez se había negado a subirse a un avión en el que la dictadura deportó a más de 200 presos políticos rumbo a Estados Unidos.
El prelado nicaragüense fue finalmente deportado a Roma el 14 de enero de 2024, tras la mediación del Vaticano, junto al Obispo de Siuna, Mons. Isidoro Mora –quien antes de ser obispo trabajaba en la diócesis de Matagalpa–, otrossacerdotes y seminaristas.