MEXICO CITY -- El obispo nicaragüense Rolando Álvarez apareció inesperadamente en la televisión nicaragüense el 24 de marzo, más de seis semanas después de negarse a ser exiliado de su país y recibir una sentencia de 26 años tras las rejas.

Pálido, demacrado y vestido de azul, el obispo Álvarez se reunió con su hermano y su hermana para una comida en la prisión La Modelo, donde ha estado recluido desde que fue condenado apresuradamente en un juicio secreto por conspiración para cometer "menoscabo a la integridad nacional" y difundir información falsa.

La aparición del obispo se produjo después de semanas en las que líderes católicos y grupos de derechos humanos exigieron una prueba de vida -- ya que las últimas fotos del obispo Álvarez aparecieron en un juicio que tuvo lugar el 10 de enero. Anteriormente había estado en arresto domiciliario tras ser detenido en una redada en agosto de 2022 en su sede diocesana.

Medios de comunicación afines al gobierno mostraron al obispo Álvarez comiendo con sus hermanos, y luego pasaron a una entrevista forzada. Se pidió al obispo Álvarez que confirmara que había recibido un "trato digno" -- algo que confirmó, aunque otros presos políticos han descrito sus condiciones como miserables.

El entrevistador dijo entonces al obispo Álvarez: "Nos alegra verlo bien", a lo que el obispo, sonriente, respondió: "¿Me ves bien? ¿Saludable? ¿La cara, cómo me la ves?".

La respuesta del obispo Álvarez desató una tormenta en las redes sociales entre los nicaragüenses -- muchos de los cuales han huido del país centroamericano a medida que el régimen de Ortega se vuelve cada vez más tiránico y reprime todas las voces disidentes.

"Me he alegrado mucho al ver las fotos de mi hermano, Mons. Rolando. ¡Doy gracias a Dios que está vivo!", tuiteó el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, exiliado en Miami. "La escenografía de la dictadura ha sido repugnante y cínica y no borra su crimen. Se ha revelado la fuerza de la oración del pueblo y la presión internacional. ¡Libérenlo ya!"

Monseñor Báez dijo en su homilía del 26 de marzo: "A los que han encerrado y han querido apagar la voz de Rolando, no se engañen, ustedes son los verdaderos prisioneros de la maldad y de la mentira, de la ambición y la crueldad. Quiten la piedra de la cárcel y liberen al obispo".

El abogado nicaragüense Yader Morazán dijo a OSV News que el régimen probablemente tuvo en cuenta la presión internacional al presentar al obispo, ya que los abogados de derechos humanos están investigando la desaparición forzada.

También señaló que el atuendo del obispo no coincidía con la ropa que se les da a los reclusos en las cárceles nicaragüenses.

"Podemos también ver esto como parte de la instrumentalización como parte de justicia para propaganda política, ya que han exhibido a una persona de una manera", dijo Morazán, quien huyó de Nicaragua en 2018 y recientemente fue despojado de su ciudadanía.

Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, han tachado a los obispos católicos de "terroristas" y "golpistas", y recientemente han roto sus relaciones diplomáticas con el Vaticano. El Vaticano cerró su embajada en Managua en marzo, y el encargado de las gestiones allá, monseñor Marcel Diouf, abandonó el país.

"Tenemos un obispo preso, un hombre muy serio y capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio", dijo el Papa Francisco al medio argentino Infobae justo antes de que se rompieran las relaciones con Nicaragua. "Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera una dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35".

Nicaragua liberó a 222 presos políticos el 9 de febrero, enviándolos a Estados Unidos y despojándolos de su ciudadanía nicaragüense. Monseñor Álvarez se negó a subir al avión y posteriormente fue declarado culpable y condenado.
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David Agren escribe desde OSV News desde Ciudad de México.