ROMA - Después de que un importante sacerdote jesuita fuera acusado de abusar sexualmente de una niña, el presidente chileno Gabriel Boric anunció que está contemplando la posibilidad de abrir una investigación a nivel nacional sobre la Iglesia local.

El padre Felipe Berrios, que pasó los últimos siete años viviendo en el campamento de migrantes de La Chimba, en el norte del país, fue acusado por una mujer de haber abusado de ella mientras estaba en un colegio del este de Chile entre 1998 y 2003, cuando tenía entre 12 y 17 años.

Los abusos no habrían tenido lugar en la escuela, sino en el hogar: Tras una tragedia en la familia de la denunciante, Berríos se habría convertido en el guía espiritual de ella y su familia.

Según un comunicado de los jesuitas, la denuncia se recibió el 29 de abril y Berríos fue rápidamente apartado del ministerio público. El sacerdote indicó que se ponía "a disposición de la Compañía para esclarecer los hechos lo antes posible."

En un informe publicado en mayo de 2021, los jesuitas chilenos reconocieron que 64 personas fueron víctimas de abusos sexuales -34 de ellas durante su infancia o adolescencia- por parte de 11 de sus clérigos que fueron investigados por la orden católica entre 2005 y 2020.

La Fundación para la Confianza -organización que busca combatir los abusos sexuales- anunció que han "acompañado exhaustivamente a la denunciante, por lo que el 29 de abril presentamos una denuncia canónica ante la Arquidiócesis de Santiago."

La arquidiócesis es liderada por el cardenal Celestino Aos, quien fue elegido por el Papa Francisco para reemplazar al cardenal Ricardo Ezzati, quien tenía varias acusaciones de mal manejo de denuncias de abuso presentadas en su contra cuando se aceptó su renuncia en 2019. El predecesor de Ezzati, Javier Errázuriz, también ha sido acusado durante mucho tiempo por las víctimas de abusos de haber gestionado mal los casos, incluido el del sacerdote pederasta más infame del país, Fernando Karadima, que murió en 2021, dos años después de ser apartado del sacerdocio.

En su declaración, los jesuitas enfatizaron que "esperamos un proceso rápido y transparente, pero especialmente cuidadoso con la víctima."

Berríos es el fundador de Techo, una ONG que en los últimos 25 años ha construido 131.000 viviendas en 18 países para personas necesitadas.

Las acusaciones contra Berríos se hicieron públicas cinco semanas después de que saliera a la luz la noticia de un intento fallido del gobierno de Boric de convertirle en asesor de un programa de gestión de campamentos para inmigrantes y personas sin hogar. La invitación había partido del ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes. Una nota de felicitación de los jesuitas, destinada a ser privada, se filtró a los medios de comunicación, y la noticia enfureció a la ministra de la Mujer y la Igualdad de Género del presidente, Antonia Orellana Guarello.

Orellana, periodista, fue una de las manifestantes que interrumpió una misa en 2013 en la Catedral de Santiago durante una concentración a favor del aborto, derribando un confesionario y pintando lemas a favor del aborto en el edificio. La iglesia tuvo que permanecer cerrada durante varios días por "blasfemia".

Boric dijo a los periodistas que está abierto a la posibilidad de "una alternativa que acoja a las víctimas, para que no se sientan desprotegidas", incluyendo la creación de una comisión para la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas de abusos sexuales del clero.

Sobre la comisión, afirmó que "he hablado con algunos grupos de víctimas de abusos por parte de personas vinculadas al mundo eclesiástico que han planteado esta alternativa."

"Me parece que es algo en lo que tenemos que trabajar juntos", en referencia a la colaboración con los defensores de los supervivientes. "Para mí tiene sentido. No quiero anunciar algo que ahora, como reacción a [Berrios], la idea sigue verde, pero me parece que tiene sentido."

Pocas Iglesias locales se han visto tan afectadas por la crisis de los abusos sexuales del clero como la chilena: Clérigos clave, tanto de izquierda como de derecha, han sido acusados y declarados culpables de abusar de menores.

Karadima fue el mentor de cuatro obispos chilenos, entre ellos Juan Barros, quien fue nombrado por el Papa Francisco para la diócesis sureña de Osorno. Tras negarse obstinadamente a destituir a Barros, el pontífice acabó cediendo tras enviar a dos funcionarios clave del Vaticano a investigar las acusaciones.

Otro destacado sacerdote, el padre jesuita Renato Poblete, abusó de al menos 22 mujeres, cuatro de ellas menores de edad en el momento de los abusos, durante un periodo de casi 25 años.

Cuando se conoció el caso contra Poblete, el propio Berríos habló de lo tormentoso que fue conocer la doble vida del sacerdote. "El shock de descubrir a esta otra persona es algo que nos duele, nos crea una desilusión, una desconfianza que esperamos superar (...). Como congregación tenemos la responsabilidad de hacerlo bien", dijo en agosto de 2019, en una entrevista con Radio La Clave.