ROMA - Un movimiento mundial inspirado por el Papa Francisco convoca una marcha global en favor de las mujeres afganas para el 28 de agosto, con el fin de visibilizar los desafíos que enfrentan luego de que los talibanes tomaran nuevamente el poder en Afganistán.

La organización Economía de Francisco invita todas las personas de buena voluntad a participar en una acción mundial el sábado, tanto online como en las calles. La iniciativa nace después de que hayan surgido imágenes que muestran el drástico cambio en la vida de las mujeres afganas causado por el regreso al poder de los talibanes tras la retirada de las tropas estadounidenses y el colapso del gobierno.

Las imágenes compartidas en las redes sociales por reporteros que se encontraban en Kabul el domingo en el que el ejército estadounidense dejó Kabul, mostraban anuncios en escaparates en los que aparecían mujeres con vestidos de novia o con el cabello a la vista pintados de blanco o negro, para hacer desaparecer a las mujeres. Esta acción fue definida como un adelanto de la versión extrema de la sharía que los talibanes van a imponer en Afganistán. Según la misma, la conversión del islam a otra religión es apostasía, castigada con la muerte, la cárcel o la confiscación de bienes.

Un comunicado en la página web de Economía de Francesco pide que la gente al grito de las mujeres y niñas afganas que piden apoyo "antes de que un paño azul las oculte", en referencia al burka que las mujeres de este país centroasiático se verán obligadas a llevar.

La Economía de Francesco es un movimiento mundial de jóvenes economistas, empresarios, teólogos, ecologistas, desarrolladores e investigadores que intentan cambiar el sistema económico mundial y responder al pedido del Papa Francisco de poner a la persona humana por encima del “dios dinero”.

Cuando los talibanes gobernaban Afganistán a mediados de los años noventa, las mujeres no podían caminar solas por las calles, eran apedreadas si eran acusadas de adulterio, se les amputaban los miembros si eran acusadas de robo y se prohibía a las niñas mayores de 12 años asistir a la escuela.

Ningún funcionario del Vaticano se ha pronunciado todavía sobre la situación en Afganistán, más allá del propio Papa Francisco quien expresó su preocupación el 15 de agosto. Sin embargo, el miércoles pasado el periódico oficial del Vaticano publicó un artículo de portada en el que preguntaba por el futuro de las mujeres en Afganistán.

"Independientemente de las promesas de los insurgentes, para las mujeres afganas esto parece el comienzo de una nueva pesadilla", dice el artículo de portada de L'Osservatore Romano del 18 de agosto. "Cuando dirigieron Afganistán durante la segunda mitad de los años 90, los talibanes llevaron al país a la oscuridad total: Las mujeres fueron, de hecho, 'canceladas' de la sociedad. Y con el regreso de los talibanes, existe el riesgo concreto de que vuelva también la versión más extremista de la sharia, la ley coránica".

El comunicado de Economía de Francesco invitando al mundo a alzar la voz en favor de las mujeres de Afganistán dice que "valientemente, en las calles de Kabul, gritan: 'las mujeres afganas existen'. Y piden: '¡Apoyen nuestras voces, no nos dejen desaparecer! Mundo, ¿nos oyes?"

La campaña de Economía de Francesco anima a las personas de buena voluntad a llevar "en nuestras manos y en las ventanas de nuestras casas, una tela azul, como la que quiere ocultar a las mujeres afganas".

Proponen que el paño azul se lleve o se exhiba cada día, en un gesto que diga a las mujeres de Afganistán "estamos con vosotras, os vemos, os oímos".

La campaña incluye un llamado a "salir a la calle, a las calles de nuestras ciudades, para gritar: 'Las mujeres afganas existen. Juntas estamos de pie'".

También se anima a la gente a dar "visibilidad a estas acciones" y a "dar voz a las silenciadas" etiquetando fotos y vídeos con los hashtags #AfghanWomenExist, #TogetherWeStand, #AfghanistanIsCalling, es decir, las mujeres afganas existen, estamos juntos y Afganistán nos llama.

Sigue a Inés San Martín en Twitter: @inesanma